/DERECHOS HUMANOS/HONDURAS: Trabajo infantil, el rostro de la pobreza

El trabajo infantil constituye el rostro de la pobreza en Honduras, donde unos 160.000 niños y niñas se lanzan a las calles en busca de dinero o comida, según estudios de UNICEF y organizaciones locales independientes.

En las fábricas, el comercio y las calles de las principales ciudades del país es frecvuente ver niños trabajando, pidiendo e incluso prostituyéndose.

La situación de los menores trabajadores, en especial en las fábricas de ensamblaje, se debe en parte a las leyes hondureñas, que tipifican como población apta para trabajar a las personas comprendidas entre 10 y 64 años.

Cifras oficiales indican que el pais tiene una población infantil estimada en 2,7 millones de personas, 51 por ciento de la poblacion. La población económicamente activa está estimada en 2,3 millones de personas.

Según la Coordinadora de las Instituciones Privadas Pro Niños y Niñas y sus Derechos en Honduras (Ciproden), el uno por ciento de los hogares del país está a cargo de menores en entre 10 y 18 años, con un ingreso mensual de menos de 60 dólares.

Bernardo Cameratti, representante en Tegucigalpa del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), dijo que el trabajo infantil permanece oculto en las cifras oficiales y es preciso abordarlo desde una perspectiva más crítica para analizar sus consecuencias y efectos en el desarrollo de la niñez.

La situación de la infancia debe ser abordada en forma permanente, teniendo en cuenta cuatro aspectos básicos relacionados con la superviencia, el desarrollo, la protección y la participación, propuso Cameratti.

El funcionario, quien impulso en Honduras la aprobación de un Codigo del Menor que contempla penas severas para quienes violen los derechos de los niños, busca también la abolición del trabajo infantil.

Alex Alfredo Sierra, de trece años, trabaja con su hermano a medio tiempo en la venta de agua potable. Su madre, de 50, se dedica a la venta de tortillas de harina de maíz, que constituye la dieta básica de los hondureños.

Sierra, quien nunca conoció a su padre, sostiene que su mayor anhelo es ser un buen mecanico y "obtener un mayor dinero para ayudar a su madre". Por las noches cursa tercer año de primaria.

Según las investigaciones de Unicef, uno de los problemas de los niños y niñas trabajadores es que no pueden completar su educación primaria.

En el caso de las niñas, un estudio realizado por Coiproden indica que inician su actividad productiva a los 11 años y, en muchos casos, son obligadas por sus padres a prostituirse a los 14 años.

De acurdo al estudio, la mayoría de las niñas obligadas a ejercer tempranamente la prostitución, fueron violadas en su entorno familiar y una de cada cinco niñas prostitutas es analfabeta.

El 80 por ciento de los menores lanzados al trabajo provienen de hogares desintegrados y de acuerdo a los estudios de UNICEF, las políticas estatales de protección ameritan mayor eficacia para regular el abuso del trabajo infantil.

El trabajo infantil pernicioso debe ser abolido en esta nacion centroamericana, así como el que produce daños morales y sicológicos, como la prostitución, afirmó Cameratti. (FIN/IPS/tm/ag/pr-hd/97

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