/DERECHOS HUMANOS/: Amnistía Internacional cuestiona a la ONU

La Organización de Naciones Unidas (ONU) debe poner más énfasis en la defensa de los derechos humanos en conflictos armados, advirtió Pierre Sane, secretario general de Amnistía Internacional.

Sane destacó el lunes al Consejo de Seguridad la labor de la ONU en apoyo de los derechos humanos en El Salvador y Haití, pero puntualizó que el foro mundial no ha demostrado igual compromiso en los conflictos en Africa.

El respaldo a los derechos humanos es esencial para evitar el resurgimiento de guerras, agregó. Al respecto, señaló que la matanza de 1994 en Ruanda estuvo anunciada por los preparativos de la mayoría étnica hutu para atacar a la minoría tutsi, aunque la comunidad internacional no tomó medidas para frustrar esos planes.

Sus propias fuentes advirtieron a la ONU que "las detenciones y las ejecuciones sumarias en curso" exigían "rápida acción" para impedir que Ruanda, y también la vecina Burundi, "cayeran en un pozo de sangre", pero el foro no reaccionó, dijo Sane.

Amnistía Internacional observa ahora que la ONU demuestra menos preocupación por el estado de los derechos humanos en Liberia y Angola que por poner fin a conflictos armados en esos dos países.

Pero, a menos que la ONU promueva la educación en derechos humanos, toda tregua será sólo sería transitoria en Angola y Liberia, afirmó Sane.

En cambio, los tribunales internacionales creados para castigar a los culpables de crímenes de guerra en Ruanda y la antigua Yugoslavia ayudan a esclarecer los hechos y al logro de la reconciliación en esas dos regiones, agregó.

Los tribunales para Ruanda y la República Democrática de Congo (RDC, ex Zaire) también pueden contribuir a acabar con la tradicional impunidad en esos países, según Sane.

El Consejo de Seguridad aceptó aparentemente las sugerencias del representante de Amnistía Internacional. "En mi opinión, fue un diálogo fructífero", declaró el embajador de Portugal en la ONU, Antonio Monteiro.

La tarea de la ONU en materia de derechos humanos está bajo crítica en varias naciones. El enviado del foro mundial a Guatemala, Jean Arnault, fue acusado este año por el gobierno de Alvaro Arzú de ocultar información acerca de la muerte en 1996 de un dirigente de la ex guerrillera Unión Revolucionaria Nacional Guatemalteca.

Así mismo, el gobierno impuesto por las armas en la RDC posterga la investigación de una denunciada matanza de refugiados hutus ruandeses en la zona oriental del país.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, destituyó a un investigador, Roberto Garretón, cuando el presidente de la RDC, Laurent Kabila, acusó a éste de actuar de modo sesgado.

El relevo de Garretón es "un precedente muy peligroso" para la investigación independiente de violaciones de derechos humanos, señaló Binaifer Nowrojee, de la organización Human Rights Watch/Africa.

Posteriormente, Annan debió renunciar al propósito de intervención de la ONU en el conflicto de Argelia, cuando el gobierno argelino arguyó que el foro mundial había superado los límites de sus atribuciones.

En conflictos complejos, la ONU sólo puede comprobar los hechos, pero en otros casos, debe destinar suficiente personal y recursos a la defensa de los derechos humanos, algo que no hace en determinados conflictos de Africa, dijo Sane.

En particular, señaló el frágil cese del fuego en Liberia y Angola, dos países en que el esfuerzo diplomático por la reconciliación ha relegado la tarea de supervisión del estado de los derechos humanos.

La ONU no mantiene una presencia directa importante en Liberia y delega responsabilidades en la Comunidad Económica de los Estados de Africa Occidental (ECOWAS), sin controlar adecuadamente la actuación del contingente militar de esa organización, agregó Sane. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/ff/hd/97

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