El lago Atitlán, uno de los principales atractivos turísticos de Guatemala, está gravemente afectado por la contaminacion, pero el daño podría ser reparado si se toman urgentes medidas de fondo, sostienen organizaciones ambientalistas.
Entre las principales fuentes de contaminación del lago está la falta de sistemas de drenajes para aguas negras, la carencia de un sistema adecuado para la recolección y disposición de desechos sólidos, así como la deforestación y la erosión.
El lago Atitlán , ubicado en el occidental departamento de Sololá, a unos 120 kilómetros de la Ciudad de Guatemala, es, después de la colonial Antigua ,el segundo lugar turístico más visitado del país .
Rodeando el lago se encuentran pequeñas comunidades indígenas que viven de la pesca, la artesanía y la agricultura, como Santiago Atilán, San Lucas Tolimán, San Pedro La Laguna, Santa Catarina Palopó y Panajachel, entre otras.
La cuenca de Atitlán da sustento a más de 200.000 peesonas y es una de las áreas más pobladas del altiplano guatemalteco.
Johanna Timeus, de la ONG ambientalista Amigos del Lago Atitlán, dijo a IPS que otro problema serio que produce contaminación es que los fertilizantes, químicos y pesticidas que se usan en el altiplano para la agricultura bajan al lago con las lluvias y contribuyen al crecimiento de algas.
También la ancestral costumbre de las indígenas de lavar la ropa a orillas del lago ahora produce contaminación, señala Timeus, ya que antes se utilizaban jabones biodegradables, hechos por ellos, pero ahora se ha generalizado el uso de detergentes, que también contribuye al crecimiento de algas.
Timeus informó que a través del Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT) se está contactando con un grupo de asesoría técnica de Japón para el apoyo a un programa de saneamiento ambiental orientado principalmente al área de Panajachel, la población más importante de las que rodean el lago.
"Si no es en el marco de un proyecto macro a nivel de la cuenca, dentro de un plan de manejo integrado que sea realmente estudiado técnicamente y bien planificado, no va a ser efectivo", advirtió.
Agregó que hay muchas fundaciones y grupos con buenas intenciones que hacen "proyectitos", pero que para ser eficaces deben ser a nivel macro.
Amigos del Lago Atitlán está dialogando con la Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA) y con la Comisión Nacional de Areas Protegidas (CONAP) en vistas de la elaboración de un plan integrado para la zona que abarque enfoques antropológicos, geológicos e hidrográficos.
Por su parte, Enrique Rodríguez, alcalde de Panajachel, dijo a IPS que en el lago también se encuentran altos niveles de contaminación fecal, debido a la falta de drenajes y plantas de tratamiento de aguas residuales.
Sin embargo, informó que el municipio está llevando a cabo un proyecto de alcantarillado para obligar a todos los habitantes, así como a los numerosos hoteles de Panajachel, a conectar sus instalaciones.
La obra, cuyo costo asciende a dos millones de dólares, se realiza con un aporte del 25 por ciento proporcionado por la Municipalidad y el resto por la Unión Europea.
Rodríguez denunció la existencia de gran cantidad de construcciones ilegales en las playas, en zonas prohibidas por la ley, que conectan sus desagües directamente al lago.
También han proliferado las playas privadas y sólo 10 por ciento de los 204 kilómetros cuadrados que mide la orilla del lago es playa pública.
Para Rodríguez, una de las ventajas de Atitlán es su oleaje natural. Todos los días alrededor del mediodía comienza el Xocomil, un viento que agita las aguas y produce cierta oxigenación.
Pero la contaminación y la irresponsabilidad no sólo han dañado al lago sino que también han ido desapareciendo especies de flora y fauna propias del lugar.
El deterioro de la fauna se debe, según Rodríguez, a que hace algunos años se sembró en el lago una variedad de peces llamado lubina negra, muy comercializable pero no adaptada al lugar. La lubina negra exterminó a todas las otras especies del lago.
El pato poc, natural del lago Atitlán, ya se extinguió completamente, en razón de que la lubina negra se comió a los pececillos que constituían su alimento.
Especies como mojarra azul, pepesca, pereche, pupo, cangrejo y caracol nativo ya no existen en el lago.
En cuanto a la flora, la depredación ha terminado con pinos y otras coníferas, además de los constantes incendios.
Sin embargo, "aún se está a tiempo de salvar al lago, si se trabaja con responsabilidad y con un plan de educación para la población y también para el turismo que tira basura en las aguas", señaló Timeus.
"Ahora estamos haciendo un proyecto de recolección de basura flotante, porque da vergüenza ver esa suciedad", dijo la ambientalista. (FIN/IPS/cz/dg/en/97