La producción agropecuaria en Colombia comenzó a sufrir los efectos del fenómeno del Niño, que se reflejan en el desabastecimiento de productos clave en la canasta de alimentos y el aumento de la inflación.
La escasez de lluvias que acompaña al fenómeno climático afectó las cosechas en el primer semestre del año y la Sociedad de Agricultores de Colombia afirma que el mayor impacto se da en los cultivos de papa, maíz, fríjol, arroz, cebada, plátano, algodón y cacao.
Los caficultores advirtieron, por su parte, que si la situación no cambia en las próximas semanas la cosecha de octubre podría ser una de las peores para el sector.
La advertencia preocupa al gobierno, que para 1997 ha centrado sus expectativas de crecimiento económico en la recuperación de los precios internacionales del café y la producción petrolera.
Marino Restrepo, director del Comité Departamental de Cafeteros de Caldas, atribuyó la fuerte sequía actual a las variaciones climáticas producidas por el Niño, que se caracteriza por el calentamiento de las aguas del oceáno Pacífico en las costas de Perú, Ecuador y el sur de Colombia.
La falta de lluvias en Caldas, que impide que el grano de café en formación crezca y cumpla con los requisitos para la exportación, reduciría la cosecha en 12.000 hectáreas, afectando unas 8.000 familias que viven de la caficultura en ese departamento.
Según la Federación Nacional de Cerealistas, en municipios del centro de Colombia se han dejado de sembrar unas 27.000 hectáreas de sorgo, maíz, soya y arroz por falta de lluvias.
Jorge Visbal, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos, afirmó que la sequía provocó un incremento de los costos de producción en el sector de 16,43 por ciento entre enero y agosto, mientras la inflación en el mismo período fue de 13,57 por ciento.
El Ministerio de Agricultura estima que para los próximos meses la producción alimentaria podría caer entre cinco y 10 por ciento.
En agosto, la inflación fue 1,23 por ciento y, según el Departamento Nacional de Estadísticas (DANE), el rubro de alimentos fue el que más contribuyó al incremento.
Si no se buscan soluciones a las repercusiones del fenómeno del Niño en los alimentos, se verá afectada la meta inflacionaria del gobierno para este año, por debajo del 18 por ciento, frente al 21 por ciento de 1996.
Entre enero y agosto, la inflación acumulada fue de 13,57 por ciento, según cifras del DANE.
No obstante, Pablo Leyva, director del Instituto de Hidrología, Meteorología (IDEAM), aseguró que Colombia es uno de los países mejor preparados para manejar los efectos socioeconómicos y al fenómeno del Niño.
El IDEAM y el Ministerio de Agricultura elaboraron un plan de contingencia, con un presupuesto de 2,1 millones de dólares, que determinó como sectores estratégicos los de agua potable, agrícola, suministro de energía eléctrica y salud.
Aunque el fenómeno se conoce desde el siglo pasado, sus efectos comenzaron a tenerse en cuenta en Colombia en 1982, cuando la costa del Pacífico resultó afectada por las inundaciones.
El más recordado fue el de 1992, cuando la escasez de lluvias y las deficiencias del sector energético ocasionaron racionamientos de hasta 80 por ciento en el suministro de energía eléctrica durante un año, causando grandes daños económicos.
Según el IDEAM, los pronósticos de instituciones meteorológicas internacionales señalan que las alteraciones que acompañan al Niño, como sequía en algunas regiones e inundaciones en otras, se mantendrán durante el resto de este año y el primer semestre del próximo.
La Organización Meteorológica Mundial advirtió que los efectos del fenómeno podrían superar los del ocurrido entre 1982 y 1983, que provocó cerca de 2.000 muertes y pérdidas de unos 13 billones de dólares en todo el planeta. (FIN/IPS/yf/ag/en/97