La Central Unitaria de Trabajadores de Chile (CUT) y la central sindical AFL-CIO de Estados Unidos lucharán conjuntamente para impedir que los dos países inicien negociaciones de tratados comerciales.
El socialista Roberto Alarcón, presidente de la CUT, anunció que el poderoso sindicato estadounidense financiará un encuentro "contra el fast track", previsto para noviembre en Santiago con sindicalistas de América del Norte y América del Sur.
El presidente estadounidense Bill Clinton presentó este martes al Congreso la solicitud de vía rápida para negociaciones comerciales exclusivamente con Chile, invitado desde 1994 a adherirse al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC).
Clinton cumplió así la oferta hecha en mayo al presidente chileno Eduardo Frei, en el sentido de insistir en la solicitud, que fue rechazada en 1995 por razones atribuidas a la coyuntura preelectoral de los Estados Unidos.
El mandatario estadounidense está empeñado en llegar con avances concretos en materias comerciales a la Cumbre de América de abril de 1998 en Santiago, que debe marcar la continuidad de la cita similar realizada en Miami en diciembre de 1994.
En la capital chilena deberían lanzarse formalmente las negociaciones para crear en los primeros años del nuevo milenio el Area de Libre Comercio de América (ALCA), para la cual Clinton concibe como germen al TLC.
En el caso de Chile aun no se ha resuelto si se insistirá en que ingrese al tratado que conforman también Canadá o México, o si Washington buscará un acuerdo bilateral de comercio, pero en uno u otro caso Clinton requiere de la vía rápida.
Las reacciones en Chile fueron moderadas y cautelosas, a la espera que contar con mayores elementos sobre las presiones a las que el presidente estadounidense debió ceder para no exponerse a un nuevo fracaso en el Congreso.
El elemento que más preocupa a las autoridades y a los empresarios chilenos es la inclusión en un tratado comercial de cláusulas laborales y ambientales, exigida en Washington por el propio Partido Demócrata de Clinton.
La oposición republicana es contraria, en cambio, a aceptar materias "ajenas al libre comercio", y como la Casa Blanca necesita sus votos para el fast track optó por plantear una solución de compromiso.
Se trataría de incorporar disposiciones ambientales y laborales cuando aludan a temas vinculados específicamente con el comercio y dejar las consideraciones generales sobre el ambiente y los derechos laborales para tratados o acuerdos paralelos.
La AFL-CIO no está dispuesta a ceder en su posición de incluir explícitas cláusulas sobre ambos temas en el tratado y dispuso ya un fondo de un millón de dólares para financiar su campaña contra el fast track solicitado por Clinton.
Es en ese contexto que se realizaría en noviembre el encuentro conjunto con la CUT, invitando a sindicalistas de México, Canadá y de los cuatro países del Mercado Común del Sur (Mercosur): Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
El embajador de Estados Unidos en Santiago, Gabriel Guerra Mondragón, subrayó que Clinton está buscando un "trato excepcional" para Chile, en la línea de los compromisos ya empeñados desde la cumbre de Miami de 1994.
El gobierno del presidente Frei, consciente de que es Clinton quien debe jugarse a fondo en este momento, tuvo una reacción cautelosa ante las peculiaridades de este nuevo pedido de vía rápida, aunque tradicionalmente se ha opuesto a las cláusulas laborales y ambientales.
La gestión de la Casa Blanca ante el Capitolio se produjo en momentos en que el canciller chileno, José Miguel Insulza, realizaba una visita de trabajo a Washington para tratar específicamente problemas comerciales entre los dos países.
En una decisión aparentemente desvinculada del tema del fast track, Insulza anunció este miércoles la contratación del ex senador y ex candidato presidencial republicano Robert Dole como abogado de Chile en un juicio por supuesto dumping a exportaciones de salmón.
Dole, derrotado por Clinton en las últimas presidenciales, es un decidido defensor del libre comercio y declarado partidario de la incorporación de Chile al TLC y podría influir sobre sus coidearios republicanos para la aprobación del fast track.
El tema a resolver sigue siendo el de los aspectos ambientales y laborales, dentro de una pugna que por ahora se reactiva en Estados Unidos pero que en los próximos meses se trasladará también a Chile. (FIN/IPS/ggr/dg/if-en/97