Los puestos 280 y 282 de la Feria Internacional de Libros de Zimbabwe (ZIBF) podrían pasar desapercibidos a no ser por un cartel rosado en el que se lee "GALZ, ¿quiénes somos?".
GALZ son las siglas en inglés de Gays y Lesbianas de Zimbabwe, una organización que defiende los derechos de los homosexuales. En la feria del año pasado, la participación del grupo provocó una tormenta que azuzó el propio presidente Robert Mugabe.
El gobierno de Zimbabwe condenó entonces la presencia de GALZ en el acontecimiento cultural. Los organizadores accedieron a cerrar los puestos por temor a perder el apoyo financiero del estado, pero esa decisión motivó la renuncia de cuatro miembros de la junta que administra la ZIBF.
La literatura de los homosexuales se exhibe este año con total libertad a los editores y expertos que deambulan por la feria desde el día 1.
De todos modos, GALZ no es expositor oficial, pues distribuye su material en un puesto compartido con organizaciones de mujeres, humanitarias y universitarias y dedicado a los derechos humanos.
Trish Mbanga, director ejecutivo de la ZIBF, sostuvo que la intención es "facilitar el acceso a la información". "La feria está comprometida con la libertad de expresión, el más básico de los derechos humanos", explicó.
Hasta ahora, no hubo críticas, pero puede suceder cualquier cosa cuando la feria se abra al público este jueves. Muchos habitantes de Zimbabwe se caracterizan por su poca tolerancia hacia los homosexuales, y las declaraciones de Mugabe el año pasado fueron solo un ejemplo.
"Nuestro puesto permaneció abierto apenas dos días y debimos abandonar la feria. Pero, como usted puede ver, aquí no hay pornografía", dijo a IPS un activista de GALZ que reclamó reserva sobre su identidad.
"Este año, ni siquiera solicitamos un puesto para exhibir, pues sabíamos las consecuencias. El arreglo al que llegamos es bueno pues nos permite exponer, aunque no podemos manejar de modo directo un puesto. Pero venimos de vez en cuando a ver si todo funciona bien", agregó.
El material exhibido en los puestos incluye información sobre cómo hacer contacto con organizaciones de homosexuales, prácticas de sexo seguro, problemas personales o de identidad, conflictos familiares y enfermedades de transmisión sexual, en especial el VIH y el sida.
"No estamos reclutando gente para que haya más homosexuales. Queremos ayudar a los homosexuales, que temen hablar con apertura, a vivir como son a través del consejo", dijo el integrante de GALZ.
Las autoridades no emitieron comentario alguno sobre la participación del grupo en la feria de este año.
En 1996, el director de Información del gobierno, Bornwell Chakaodza, dijo que el decreto que impidió la exhibición del material del GALZ no respondía a "contravenciones de las leyes de Zimbabwe o de la Declaración de Derechos", sino a la necesidad de "garantizar la salud cultural" del país.
El propio presidente Robert Mugabe reaccionó ante las repercusiones que la medida de su gobierno tuvo en Occidente.
"Que Estados Unidos guarde para sí su sodomía, su bestialismo, y su estúpido y tonto modo de vida. Que los gays se queden en Estados Unidos y en Europa. Pero en Zimbabwe, los gays siempre vivirán tristes", declaró Mugabe.
Un activista de GALZ sostuvo que los dichos del mandatario permitieron, al menos, que se discutiera de manera abierta sobre la homosexualidad en el país.
"Muchos se intimidaron por las declaraciones de Mugabe, pero obraron a nuestro favor porque fueron el comienzo de algo: la gente comenzó a hablar", dijo. (FIN/IPS/tra-en/lm/pm/mj/hd cr/97