Los presidentes de 12 países latinoamericanos concluyeron hoy en esta capital la XI Cumbre del Grupo de Río con un firme rechazo a las medidas unilaterales de Estados Unidos y el propósito de emprender programas de "educación para la democracia".
La reunión, cuyo cierre estaba previsto para el domingo, concluyó inesperadamente la noche de este sábado, debido a la urgencia de algunos mandatarios por regresar a sus países.
La Cumbre terminó con la firma de la Declaracisn de Asunción, de 54 puntos, y tres declaraciones adicionales referidas a medidas unilaterales, fortalecimiento y reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y defensa de la democracia.
"Esta es la Cumbre en que se ha hablado con más franqueza, con más dureza, de realidades y problemas sin que sea el consenso la motivación principal, sino el análisis y los posicionamientos de los países", dijo el presidente de Panamá, Ernesto Pérez Balladares, que este año ocupará la Secretaría del Grupo de Río.
La posición más contundente que asumió el Grupo en Asunción fue el enérgico rechazo a la aplicación unilateral y extraterritorial de leyes nacionales, que violan la igualdad jurídica de los estados y el principio de soberanía nacional
Entre esas medidas, los presidentes incluyeron los procesos de certificación en la lucha contra el narcotráfico, los criterios sobre temas ambientales y los intentos de condicionar la cooperación a las formas de votación de los países en los organismos internacionales.
Aunque los documentos no mencionan explícitamente a Estados Unidos, el mensaje está inequívocamente dirigido a Washington cuando habla de "medidas unilaterales" y de aplicación extraterritorial de leyes como la Helms-Burton, que refuerza el bloqueo norteamericano a Cuba.
Sobre la reforma del Consejo de Seguridad, la Cumbre respaldó las iniciativas para otorgar un nuevo espacios en ese organismo a la región latinoamericana.
Las declaraciones no hacen referencia a la polémica generada por la intención de Brasil de ocupar en forma permanente un lugar en el Consejo y advierte, en cambio, que América Latina deberá llenar el puesto que se le asigne mediante un proceso que goce de validez jurídica y legitimidad política.
Las reformas que el Grupo de Río exige se refieren a la ampliación del Consejo de Seguridad, la eliminación del veto y la transparencia en los métodos de trabajo, resumió el presidente de Paraguay, Juan Carlos Wasmosy, anfitrión de la Cumbre.
En cuanto a la defensa de la democracia, tema recurrente en las cumbres del Grupo de Río, los mandatarios ratificaron ese propósito, aunque sin aprobar una "cláusula democrática" que condicionara la permanencia de los países en el bloque, como se había anunciado en las reuniones preparatorias.
Decidieron, en cambio, desarrollar programas educativos destinados a promover una democracia plural, integradora y efectiva, en el marco de lo que han llamado "educación para la democracia".
En la Declaración de Asunción, texto central de la XI Cumbre, los presidentes ratificaron la validez del Grupo de Río como el mecanismo más representativo de consulta y concertación de la región.
En sus 54 puntos indentifica como desafío "la participación efectiva y responsable de los ciudadanos en la vida pública", el fortalecimiento de los partidos políticos y la promoción de organizaciones civiles.
Las luchas señaladas como prioritarias por los presidentes se refieren al narcotráfico, el terrorismo y la corrupcisn, que "amenazan la estabilidad democrática", y consideran que un impulso renovado a la educación "integradora para la democracia" ayudará a fortalecer la cultura cívica.
Los mandatarios acordaron también incorporar en los proyectos educativos nacionales materias sobre cultura democrática y orientar la enseñanza de la historia hacia la comprensión de los pueblos.
En materia de integración comercial hemisférica se proponen articular "una estrategia conjunta regional, en el marco de los trabajos del ALCA (Area de Libre Comercio de América)", para iniciar las negociaciones en abril próximo en Santiago de Chile.
Los miembros ratificaron también la necesidad de un enfoque integral y concertado de lucha contra el narcotráfico, partiendo de programas para reducir la demanda.
El Grupo de Río buscará mecanismos adicionales a la Convención Interamericana contra la Corrupción, fortalecer el marco jurídico para combatir el terrorismo y procurará consolidar a América Latina como área libre de minas terrestres antipersonales.
Las amplias discusiones sobre seguridad regional llevarán a "medidas de consulta y de fomento de la confianza" para crear "condiciones de mayor transparencia".
Los presidentes aspiran concluir las negociaciones sobre la Convención contra la Fabricación y el Tráfico Ilícito de Armas antes de finalizar este año.
Así como reclamaron la corresponsabilidad de consumidores, productores y comerciantes de droga, ahora subrayaron la corresponsabilidad de los países de origen y destino de los trabajadores migrantes, y expresaron su preocupación por las manifestaciones de racismo, xenofobia y tratos degradantes.
El objetivo de los 12 países apunta a un denominado Nuevo Orden Global Humano, con "desarrollo centrado en las personas", colocando el bienestar y la equidad social en el centro del desarrollo.
La XII Reunisn Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno se celebrará en Panamá el 4 y 5 de septiembre de 1998.
Los documentos aprobados en Asunción fueron firmados por los presidentes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. (FIN/IPS/jcr/ag/ip/97