La reducción del presupuesto de ayuda de Japón refleja las preocupaciones económicas del mayor donante del mundo, pero también señala un cambio gradual en su política exterior, anclada en la asistencia oficial al desarrollo (AOD).
La AOD representa un pilar de la política de ayuda exterior de Japón porque es su única contribución al mundo. "Algunos pensadores conservadores intentan reducir la dependencia de Japón de la AOD y expandir sus relaciones internacionales a la par de otras potencias", explicó Yu Tanaka, de Forum 2001.
Forum 2001 es un grupo de ciudadanos japoneses que investiga sobre ayuda al desarrollo.
Japón gastó el equivalente a 9.600 millones de dólares en AOD en 1996, alrededor de 35 por ciento menos que el año anterior. Para 1998, el presupuesto proyectado revela un recorte de 10 por ciento a partir de los niveles actuales.
Dependiente de otros países para obtener recursos naturales, Japón, el mayor exportador del mundo, utilizó su asistencia al exterior para aliviar críticas internacionales sobre su gran excedente comercial.
En 1991, se ubicó entre los primeros en la lista de donantes internacionales, y desde entonces mantuvo su posición. Las asignaciones presupuestales para AOD crecieron alrededor de 6 por ciento al año, el único sector, además de defensa, que se salvó de los recortes.
El año pasado por primera vez hubo una disminución sustancial en las donaciones de dólares de Japón, un factor que contribuyó a reducir la caída de la moneda japonesa en relación a la estadounidense, de unos 100 yen por dólar a alrededor de 112.
Pero fue el crecimiento de entre uno y tres por ciento de la economía durante los últimos años el principal motivo tras la merma de los enormes excedentes.
La ayuda al desarrollo no fue el único presupuesto reducido, ya que los cortes afectaron a grandes ministerios, incluyendo el de Defensa, cuyos fondos se redujeron dos por ciento en 1996.
El presupuesto de AOD representa 2,7 por ciento del año fiscal 1997, y los gastos en defensa y obras públicas 11,3 y 19,7 por ciento respectivamente.
Los préstamos en yenes son el mayor componente de la ayuda japonesa. Indonesia es el mayor receptor de ayuda japonesa, seguida de China.
El primer ministro Ryutaro Hashimoto designó un comité de funcionarios y políticos para re-examinar el presupuesto de AOD de Japón y las políticas a la luz de las nuevas medidas de austeridad.
El comité recomendó nuevas reducciones a partir de 1998 y hasta el año fiscal 2000, que finaliza en abril de 2001. Políticos en el grupo, según medios japoneses, han manifestado su insatisfacción sobre el tratamiento preferencial dado a la AOD.
Algunos sostienen que los votantes están descontentos por tener que pagar un impuesto al consumo más alto para ver que su dinero se gasta en el exterior.
El impuesto al consumo de Japón trepó a cinco por ciento en abril, a partir de tres por ciento, causando resentimiento entre el público. El presupuesto fiscal 1998, según un anuncio de Hashimoto, evitará proyectos de largo plazo que requieran gastos presupuestales.
La meta quinquenal actual, de 70.000 a 75.000 millones de dólares finaliza con el año fiscal 1997.
Irónicamente, el decrecimiento en la asistencia exterior no produjo grandes resistencias entre el público o expertos en el tema.
El experto mundial de la Universidad de Kioto Terumasa Nakanishi subrayó a periodistas locales la necesidad de que Japón desarrolle nuevas ideas para cumplir sus compromisos internacionales.
"Lo más importante es el tipo de poder de defensa y las estrategias diplomáticas que tenemos. Los elementos financieros deberían llegar despúes", dijo.
El punto de vista de Nakanishi refleja un creciente llamado en Japón que destaca la importancia de que este país se convierta en un jugador internacional capza de influir sobre la política mundial de forma independiente a Estados Unidos.
"Los gobiernos extranjeros dan pocos puntos a Japón porque siempre sigue las decisiones de Estados Unidos en cuestiones internacionales importantes", dijo Nakanishi. "Quizás Japón pueda finalmente luchar por ser un poder diplomático ahora que no tiene dinero", concluyó.
La reducción en el presupuesto fue saludada por organizaciones no gubernamentales y activistas por una razón muy distinta.
"La asistencia japonesa se basaba en prestar en lugar de ayudar a los pobres, lo cual provocó que más países se endeudaran con Japón. En estos términos la restricción es bienvenida", explicó Tanaka.
Organizaciones de base esperan que el presupuesto de ayuda sea reexaminado y transformado en un compromiso que se extienda con donanciones y asistencia técnica que financie proyectos de autoayuda, salud y educación. (FIN/IPS/tra-en/ap/sk/ral/lp/dv-if/97