El gobierno de India resiste la presión internacional por la eliminación de restricciones a la importación de productos agrícolas, una decisión que provocaría masivo desempleo en el campo.
Países del Norte industrial amenazan con recurrir al Panel de Resolución de Disputas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en Ginebra, si India no acelera la apertura comercial en el sector granjero.
El ministro de Agricultura, Chaturanan Mishra, advirtió que la competencia de importaciones a bajo costo podría aniquilar a los pequeños productores de cereales, lácteos y aves en India.
Dos tercios de los 960 millones de habitantes de este país viven en el medio rural, dedicados en su mayoría a la agricultura de subsistencia. La liberalización comercial eliminaría sus fuentes de trabajo y aumentaría la carga del gobierno, que tendría que absorber la mano de obra excedente.
"Importar alimentos equivale a importar el desempleo", afirmó M.S. Swaminathan, promotor de la "revolución verde" de India en los años 70, que rescató al país de la dependencia del suministro externo de víveres.
Así mismo, se arguye que un mercado mundial agrícola liberalizado sería dominado por Estados Unidos, la Unión Europea y otros países ricos que todavía subsidian su producción.
Brasil, Egipto, Nigeria, Perú, Sri Lanka y hasta Pakistán, rival histórico de India, respaldan la posición de Nueva Delhi.
"India decidió resistir la presión del Norte", aunque realizó concesiones, en evidencia de "su debilidad", dijo Devinder Sharma, del centro de investigación Foro de Biotecnología y Seguridad Alimenticia.
En efecto, el gobierno indio se comprometió a incorporar al comercio libre 800 rubros agrícolas, sobre un total de 2.700.
También aceptó, bajó presión de la OMC, reducir de nueve a siete años el plazo para eliminar gradualmente las restricciones al ingreso de esos productos. Pero los países industriales insisten que la liberalización debe realizarse en 18 meses.
Sharma señaló la inestabilidad política del país como causa de las concesiones realizadas.
Dados sus problemas de balanza de pagos, India fue autorizada en 1994 por el Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT), predecesor de la OMC, a mantener transitoriamente restricciones al ingreso de mercaderías del exterior.
Hoy, India asegura que, si aceptase las condiciones de la OMC, su balanza de pagos quedaría fuera de control. Mientras, el Norte sostiene que la situación externa de este país cambió desde 1994.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), India tiene reservas en moneda extranjera por 22.500 millones de dólares y está en condiciones de hacer frente a sus importaciones en los próximos seis meses y de eliminar las restricciones arancelarias en un plazo de dos años.
Pero India considera sus reservas internacionales un medio de atender sus necesidades de desarrollo. Además, no sería prudente utilizarlas para pagar las importaciones, pues entre ellas se cuentan depósitos a corto plazo, puntualizaron funcionarios del gobierno.
Las recomendaciones del FMI en materia macroeconómico son "sólo una opinión" que no implica compromiso, declaró S.P. Shukla, de la Comisión de Planificación, que representó a India en el GATT entre 1984 y 1989.
Swaminathan advirtió que India podría comprometer su autosuficiencia alimentaria si cediera a las exigencias del Norte industrial. La liberalización agrícola "nos convertiría de un día para el otro en importadores de alimentos, y no tendríamos puertos suficientes para importar los volúmenes necesarios para 1.000 millones de personas".
El economista Abhijit Sen, presidente de la Comisión de Costos y Precios Agrícolas, señaló que la parcial apertura comercial anunciada reducirá los precios agrícolas, y el gobierno deberá pagar subsidios a los productores. "No sé de dónde saldrá el dinero", agregó Sen.
Verghese Kurien, promotor de las cooperativas de granjeros que protagonizaron la exitosa "revolución láctea", observó que India no sólo es ahora autosuficiente en materia de producción de lácteos, sino que empieza a exportar.
"Lleva años armar una buena industria lechera", y "las políticas que convirtieron a India en el segundo productor de leche del mundo no deben revertirse en nombre de la globalización", declaró Kurien al Ministerio de Agricultura.
Kurien y Swaminathan suponen que los países industriales no renunciarán al uso de barreras comerciales, aunque sea de modo encubierto.
Así mismo, Swaminathan señaló que India puede invocar la cláusula de la OMC que exonera transitoriamente del cumplimiento estricto de las reglas internacionales de comercio a todo país que pueda perder seguridad alimentaria por la adopción de esas normas.
"Los 320 millones de habitantes de India que viven por debajo de la línea de la pobreza son razón razón suficiente para obtener ese tratamiento", finalizó. (FIN/IPS/tra-en/bbp/an/aq-ff/if/97