IBEROAMERICA: Una mexicana defiende a pequeños productores

La dirigente campesina mexicana Beatriz Paredes demandó en esta ciudad de Venezuela respaldo directo a los pequeños productores, para su inserción en la economía globalizada.

Maturín fue sede hasta este miércoles del II Foro Iberoamericano de Agricultura, que tuvo participación de ministros y delegados de 19 países latinoamericanos más España y Portugal, y que sesiono con mesas paralelas de cooperativistas y pequeños productores y de agroempresarios.

Paredes, que fue gobernadora del estado de Tlaxcala a los 33 años y comparte en la actualidad sus funciones de senadora y secretaria general de la Confederación Nacional Campesina, integrada por cuatro millones de pequeños productores, fue una de las voces dominantes en la cita de los campesinos.

La propuesta de los cooperativistas y pequeños productores para el fortalecimiento de las formas asociativas rurales fue incorporada a un plan de acción inmediato, presentado a los ministros este miércoles y asumido como un acuerdo del foro.

En su documento, resaltó Paredes a IPS, los pequeños productores defendieron las formas asociativas como una opción eficaz y eficiente para atender el proceso de modernización.

También señalaron que la actividad agropecuaria ocupa a 200 millones de personas en América Latina, por lo que tiene gran peso económico, social y cultural.

Además, los pequeños productores pidieron que los sectores oficiales y las entidades que apoyan al campesino impulsen relaciones de equidad entre géneros como condición para la realización personal y el desarrollo integral.

Y también, el rescate del proceso de reforma agraria como instrumento de desarrollo, señaló Paredes. Otros puntos de coincidencia de los campesinos latinoamericanos fueron la necesidad de aumentar la capacitación, la transferencia de tecnología y el acceso a más créditos en condiciones asequibles.

Paredes, siempre vestida con atuendos típicos mexicanos, explicó que, perteneciente al área rural, se incorporó al moviento campesino desde muy joven y no tuvo problema en ser aceptada como lider por los hombres, porque éstos aprecian que sus hijos se formen y prosperen, como cristalización de su esfuerzo.

Destacó que la realidad campesina de su país es muy compleja por la enorme diversidad de ecosistemas y de la población, con alta representación mestiza, 56 pueblos indígenas y extrema pobreza, y campesinos y grandes exportadores agrícolas.

Según la dirigente, la revolución supuso un gran cambio para los campesinos mexicanos en las primeras dos décadas del siglo XX, pero posteriores trabas productivas provocaron un indeseado éxodo desde las áreas rurales a la marginalidad urbana.

Como en muchos otros países latinoamericanos, el modelo de desarrollo impulsado priviligió lo urbano y abandonó el campo.

Paredes explicó que la situación de los prqueños productores de su país nejoró en los últimos dos años, al promoverse una Alianza para el Campo, con un conjunto de programas de respaldo directo a los productores.

Entre las medidas de apoyo, detalló la transferencia de tecnología y la mejora genética de las semillas, y la menor dependencia de recursos fitogenéticos importados.

También se está luchando por títulos de propiedad para los llamados "ejidatarios", una forma de organización productiva colectiva propia de México que asegura la tenencia de la tierra, pero hasta ahora no la propiedad.

Paredes dijo que la preocupación por los pequeños productores y el apoyo para mejorar la productividad y la eficiencia como mecanismo para posibilitar su inserción en la apertura de mercados, ha mejorado en el último bienio a nivel regional.

Pero es aún muy insuficiente, "pese a que somos los pobres entre los pobres" y "de nosotros depende la seguridad alimentaria" de la que tanto se habla .

Paredes recordó que la Cumbre Mundial de Alimentación, celebrada en Roma en noviembre, destacó la necesidad de fortalecer la capacidad productiva de alimentos, como fórmula para erradicar el hambre en el mundo.

Los participantes en la cumbre de Roma también se comprometieron a impulsar circuitos regionales de autoabastecimiento y a dar a la alimentación el rango de derecho humano básico.

Paredes consideró positivo pero insuficiente, que los gobiernos comiencen a dar a la mujer del campo un papel más protagónico como factor multiplicador de la mejoría de la calidad de vida en el espacio rural y en la producción de alimentos.

Eso sucedió después que la mujer del campo se hiciera cargo de la familia y de la producción de subsistencia, en aquellos casos en que la pobreza obligaba al hombre a emigrar al medio urbano. (FIN/IPS/eg/ff/dv/97

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