IBEROAMERICA: Erradicar el hambre antes del 2015 deciden en foro

Erradicar el hambre en América Latina, declarar la agricultura y la ruralidad sectores estrátegicos y asumir la alimentación como un derecho humano fundamental fueron algunos de los compromisos asumidos en esta ciudad de Venezuela por el II Foro Iberoamericano de Agricultura.

En la reunión de tres días en Maturín, a más de 500 kilómetros al sudeste de Caracas, participaron ministros y delegados de 19 países latinoamericanos más España y Portugal, así como agroempresarios y pequeños campesinos.

El Foro elevará sus decisiones a la VII Cumbre Iberoamericana, que se desarrollará en la isla venezolana de Margarita en noviembre, donde los planteamientos serán acogidos por los 21 jefes de Estado y de gobierno.

El encuentro culminó con una Declaración de Maturín "para la consolidación de la agricultura y la ruralidad como soporte de la democracia", un plan de acción para ejecutar los compromisos durante el primer foro y propuestas de los agroindustriales y los cooperativistas y pequeños campesinos.

El anfitrión, el ministro venezolano Raúl Alegrett, indicó al dar a conocer las conclusiones del foro que todos los países coincidieron en que América Latina tiene capacidad para superar el hambre entre el 2010 y el 2015.

Esa es la meta trazada por la Cumbre Alimentaria Mundial de noviembre de 1996 en Roma para reducir a la mitad los más de 800 millones de personas afectadas actualmente por el hambre.

En la actualidad en América Latina 15 por ciento de la población no llega a tener acceso a alimentos que garanticen su sobrevivencia, según datos suministrados en Maturín por Severino de Melo, representante regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

De la propuesta venezolana como base para la discusión de MAturín se decidió eliminar, en cambio, los elementos políticos como el impacto negativo sobre el desarrollo rural del narcotráfico, la guerrilla, la corrupción y la seguridad jurídica y personal.

Guatemala y Costa Rica se negaron a mencionar la guerrilla en la declaración, mientras que Chile se opuso a que apareciera la corrupción y México la mención al narcotráfico.

Desde los pequeños empresarios a los ministros, todos expresaron que la globalización es un fenómeno insoslayable pero indicaron que la necesaria competitividad requiere de innovaciones y capacitación para que los más vulnerables puedan asumir el reto.

La declaración oficial recordó que más de la mitad de la población latinoamericana, 200 millones de personas, dependen de la agricultura y viven en el área rural, por lo que el desarrollo social y el logro de acortar la gran desigualdad e inequidad en la región depende del desarrollo del sector.

También se acordó impulsar todos los mecanismos de fortalecimiento de la agricultura y del medio rural aceptados en el marco de la Organizacion de Comercio como prácticas no desleales.

En ese sentido los tres sectores presentes en Maturín coincidieron en que la capacitación, la transferencia real de tecnología, la mecanización, el acceso al crédito en condiciones asequibbles, la dotación de infraestructura y el manejo ambiental de la actividad son las vías para un impulso equilibrado del sector.

Alegrett destacó que la seguridad alimentaria puede alcanzarse en forma regional en lugar de nacional, pero que si bien todos coinciden en que ese debe ser el camino, apoyados en la integración y la liberalización comercial, aún no está maduro cómo establecer un plan preciso en ese sentido.

La seguridad alimentaria dejó de verse como un concepto autárquico de autoabastecimiento nacional y se la considera como la obtención de un superáavit de la balanza agrícola, coincidieron los siete ministros presentes y los demás delegados.

"Lo importante es lograr altos grados de autoabastecimiento mediante un mancomunado esfuerzo nacional y regional y limitar la tendencia de terceros", dijo Alegrett en referencia a los mercados del Norte industrial, que en cuanto un país pasa a ser más eficaz en un producto le impone sobretasas proteccionistas.

Esos mismos países, que exigen además la apertura total de los mercados latinoamericanos y la eliminación de toda protección, mantienen incentivos y subsidios para proteger su competitividad exportadora, recordó.

El ministro admitió que hay consenso en asumir la globalización, no todos coinciden en los ritmos y los modos.

El Mercado Común del Sur (Mercosur) es el que quiere una frontal apertura, dejando a los productores a la suerte de su grado de eficiencia.

En el medio, los países andinos y México promueven la liberalización pero con gradualidad y apoyando una transición más lenta para los sectores vulnerables de la cadena productiva, como los minifundistas.

En tanto América Central se define por una gradualidad total, que dé tiempo a esa zona a superar los traumas que en el sector rural produjeron en productividad y pauperización los conflictos armados de los que acaban de salir. (FIN/IPS/eg/dg/if-ip/97)

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