El presidente de Panamá, Ernesto Pérez Balladares, planteó el martes a su par de México, Ernesto Zedillo, la instalación en su país de un centro regional antidrogas en una de las bases que dejará Estados Unidos en 1999.
La creación de este centro multilateral es cuestionada en Panamá y otros países del área por considerársela una continuidad de la presencia militar de Estados Unidos en la zona del canal.
Estados Unidos deberá retirarse antes del 31 de diciembre de 1999 de las ocho bases militares que mantiene en el canal de Panamá, según los tratados firmados en 1977 por los presidentes Omar Torrijos y Jimmy Carter.
Pérez Balladares considera fundamental la participación de México para que el centro antidrogas proyectado en la actual base militar Howard sea "realmente multilateral".
El presidente panameño afirmó que la idea tuvo buena acogida en Washington y entre los gobiernos de América Latina con los que mantuvo contactos "informales". El gobierno de Zedillo respalda la iniciativa, informaron fuentes diplomáticas.
Sin embargo, hasta ahora ningún país de la región dio de forma explícita su anuencia para participar en el centro y se desconoce cuándo y cómo Panamá y Estados Unidos pasarán de las negociaciones bilaterales a las multilaterales.
Las conversaciones directas con Washington en torno a la propuesta, planteada por el presidente de Panamá en 1995 ante sus pares del Grupo de Río, comenzaron la semana pasada, informaron los dos gobiernos en sendos comunicados.
La base aérea Howard es ahora un centro de inteligencia contra el narcotráfico bajo el exclusivo control de Estados Unidos, cuyos funcionarios continuarían manejando el moderno equipamiento de rastreo de aviones y embarcaciones en caso de prosperar la propuesta de Pérez Balladares.
El presidente panameño ha afirmado que el esfuerzo contra el narcotráfico desarrollado por Estados Unidos de forma unilateral en la base Howard desde 1992 se perderá si, antes de su retiro de la zona del Canal, no se genera una alternativa regional y multilateral.
Según la propuesta, Estados Unidos mantendría en la base Howard sus equipos de vigilancia y detección del tráfico de drogas. También ejercería la dirección técnica del centro en coordinación con expertos civiles y militares de los países del área que se sumen a la iniciativa.
En la base aérea se instalaría el comando del centro y las operaciones de los aviones E 3 Sentry (AWACS), equipados con radares giratorios para detectar aeronaves y barcos sospechosos.
La información obtenida en el centro regional, de concretarse la iniciativa panameña, será compartida por todos los países que participen en la iniciativa, aseguró Pérez Balladares.
Las operaciones concretas contra los narcotraficantes en base a esa información no corresponderían al centro multilateral, pues serían desarrolladas por los gobiernos de los países en sus propios territorios y, por tanto, no habría "violación a ninguna soberanía", sostuvo.
También funcionaría allí un centro de formación y entrenamiento de funcionarios a cargo de la lucha contra el narcotráfico en toda la región.
"Si se llega a un acuerdo con otros países" en torno a la instalación del centro multilateral, "todos los panameños, sin excepción, tendrán la oportunidad de opinar sobre él", dijo Pérez Balladares.
Instalado en 1903 tras la firma del tratado perpetuo que suscribió la naciente República de Panamá para que Estados Unidos construyera el canal, el enclave militar de la "zona del canal" fue el más grande y poderoso ejército extrarregional instalado en América Latina en este siglo.
Los tratados Torrijos-Carter parecían haber sellado la suerte de los contingentes militares estadounidenses en Panamá a partir del 31 de diciembre de 1999, pero el gobierno de Bill Clinton planteó a Pérez Balladares en septiembre de 1995 la permanencia de algunas tropas en las bases.
Panamá dio por concluidas en septiembre de 1996 las negociaciones promovidas por Estados Unidos con tal fin, porque Washington se negó a pagar una renta por mantener su presencia militar en la zona del canal.
La permanencia de militares estadounidenses en el área del canal luego de 1999 generó fuertes reacciones en diversos sectores.
El ex canciller Juan Antonio Tack, negociador del tratado canalero, indicó que si Panamá y Estados Unidos acuerdan la permanencia de tropas violarían el Tratado de Neutralidad del Canal, refrendado por más de 50 países.
El también ex negociador de los tratados Carlos López Guevara afirmó que el espíritu de los tratados de 1977 era "deshacer el enclave militar" estadounidense en Panamá.
El canciller de Panamá, Ricardo Arias, reivindicó el derecho del gobierno a negociar fórmulas para la lucha regional contra las drogas y precisó que bajo ningún concepto habrá una base militar extranjera disfrazada luego de 1999.
"Será un centro multilateral regido por una entidad civil, con limitación de las tareas que puede llevar a cabo, y donde el personal uniformado será personal técnico, no de combate", subrayó.
Durante las conversaciones informales "hemos sido muy claros en decir que el centro multilateral no puede ser un subterfugio o un disfraz de una base militar ni de Estados Unidos ni de ningún otro país", agregó Pérez Balladares.
Pérez Balladares consideró con Zedillo en México mecanismos para desbloquear las negociaciones emprendidas por su país para adherir al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que integran además Canadá y Estados Unidos.
Panamá es el segundo socio comercial de México en América Central, luego de Guatemala.
Ambos presidentes firmaron un acuerdo sobre extradición y otros sobre asistencia jurídica y penal, cooperación educativa y supresión de visados. (FIN/IPS/mj/ag/ip/97