Grace Chiloanes, niña negra de nueve años, aún recibe una educación que resta importancia a su raza y su género tres años después de que Sudáfrica abandonó el apartheid (régimen de segregación racial institucionalizada).
A medida que se elimina ese legado, se registran cambios en los programas de estudios, pero los textos escolares aún ensalzan las virtudes de los blancos y la superioridad masculina ante una nueva generación.
Por ejemplo, Chiloanes afirma que no conoce a ningún gran héroe africano en la historia, excepto quizá Shaka, el guerrero zulú. Pero sí reconoce a David Livingstone, "el primer hombre que descubrió las cataratas de Victoria", y a varios misioneros que trajeron la educación a Africa.
La denigración, sutil pero efectiva, se encuentra en los textos de primaria y secundaria en un país que hace tres años superó el prolongado apartheid que en sus últimos estertores lideró Frederik De Klerk. La educación del régimen estaba diseñada para entrenar a los negros para la servidumbre.
En muchos textos, africanos o indios siempre representan lo malo. Los niños negros que tratan de identificarse con los vencedores se encuentran alabando a los exploradores blancos.
El texto de tercer año "El inglés puede ser divertido" contiene una conversación entre dos niñas, una negra, Daisy, y otra blanca, Mary.
Aunque Daisy sostiene que puede correr más rápido y patear una pelota más lejos, Mary es la más ingeniosa, lo que refuerza los estereotipos habituales según los cuales los negros son más fuertes y atléticos y los blancos son más inteligentes.
Daisy también puede hacer muecas y sacar su lengua tan lejos como puede.
Otro libro de lectura, "El inglés es fácil, 6", relata que David Livingstone fue a civilizar al "continente oscuro" e "hizo más que nadie para poner fin a la esclavitud en Africa".
Tras su muerte, "los sirvientes africanos, que lo amaban como a un padre, transportaron su cuerpo en un viaje de nueve meses hacia la costa para llevarlo a Inglaterra", continúa la historia.
En muchos libros se refuerza también la atribución tradicional de roles de acuerdo con el género.
Las mujeres son vistas con mayor frecuencia en la cocina. Cuando trabajan fuera del hogar, son maestras de primaria con directores hombres o trabajadoras sociales. Las posiciones profesionales son reservadas para los hombres blancos.
Según la Convención sobre la Eliminación de Toda Forma de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW), los conceptos estereotipados de roles ejercidos por hombres y mujeres deben acabar, "en especial a través la revisión de textos y programas escolares y la adaptación de métodos de enseñanza".
John Pampallis, director del Centro para el Desarrollo de Política de Educación, declaró a IPS que el gobierno de Nelson Mandela trabaja en la reforma del sistema educativo, pero el racismo y el sexismo continúan en la mayoría de las escuelas.
La discriminación "permea a todo el sistema escolar. El gobierno intenta realizar un cambio fundamental en el programa de estudios pero lo que necesitamos es un cambio a corto plazo para ocuparnos de problemas urgentes, porque las escuelas siguen igual que antes", aseguró Pampallis.
Inmediatamente después de las elecciones de 1994, el gobierno solicitó la revisión del programa escolar para eliminar todos los elementos racistas.
"Quitaron elementos racistas del programa de estudios, pero los textos aún los tienen", explicó Pampallis.
Psicólogos advierten sobre la traumatización que niños negros sufren durante la infancia, cuando solo leen sobre héroes blancos y se identifican con aventureros y exploradores como Robert Moffat, en misión "civilizadora" hacia Africa.
"No se reconoce su experiencia como niños negros porque la norma es ser blanco", sostuvo la psicóloga Claire Alderton, que trabaja en el Centro para el Estudio de la Violencia y la Reconciliación.
Cuando los niños crecen y comprenden que son negros, ocurre una seria crisis de identidad ya que ellos también son los "malos" sobre los que leyeron.
Muchos de los libros disponibles son aún escritos por blancos y los negros deben verse a sí mismos a través de sus ojos.
"El escolar negro de las Antillas, quien en sus lecciones habla de 'nuestros ancestros los galos', se identifica con el explorador, el que trae la civilización, el hombre blanco que porta la verdad a los salvajes, una verdad blanca", escribió el psiquiatra y escritor Frantz Fanon.
Aunque Fanon se refería a su investigación en las islas del Caribe francés en su libro "Piel Negra, Máscaras Blancas", llama la atención a las realidades que viven los sudafricanos.
La literatura tendrá efecto en los niños, en especial en una edad crucial e impresionable como es la de los menores de nueve años, dijo la educadora Noreen Kallaghan.
"Es el período en que aprenden a diferenciar los roles de género", afirmó.
"Los textos refuerzan los roles que los niños ven en la familia, si provienen de ese tipo de familias. A las madres se les otorga un rol de crianza y las mujeres no cuentan con muchas alternativas", añadió Kallaghan.
"Los niños toman las cosas literalmente. No ven otro significado más profundo que lo que se les presenta. Confían en lo que les damos", destacó.
En libros de lectura básicos, por lo habitual existe un niño y una niña y ambos realizan acciones consideradas apropiadas para ellos. "El varón es el más activo física y mentalmente. La niña es menos activa y más preocupada por la cocina y las muñecas", señaló la psicóloga Alderton.
El ministro de Educación Sibusiso Bengu anunció a principios de año otro cambio radical del programa de estudios.
Previsto para comenzar en 1988, el nuevo programa pretende descartar el aprendizaje basado en la memorización y estimular el pensamiento crítico y flexible, y la enseñanza innovadora.
Pero las maestras con poca capacitación, materiales de enseñanza y recursos financieros inadecuados siguen siendo la base de lo que es, en potencia, un programa revolucionario. (FIN/IPS/tra-en/gm/pm/aq-mj/ed pr/97