Asediado por una nueva campaña de xenofobia, el gobierno italiano rechazó este fin de semana las presiones de la oposición para reprimir a los inmigrantes procedentes de fuera de la Unión Europea.
En Italia no se vive una situación de emergencia, y los inmigrantes son "esenciales" para muchos sectores de la economía, que de otra forma se paralizarían, dijo el ministro del Interior, Giorgio Napolitano.
La ministra de Solidaridad social, Livia Turco, acusó este lunes a la oposición derechista de instrumentalizar los temores de un sector de la población y de levantar una "bandera ideológica" contra los extranjeros.
La Iglesia Católica, por su parte, se proncunció a favor de los inmigrantes. "Si son bien acogidos, son un gran recurso, que será siempre necesario en el futuro", dijo el arzobispo de Milán y presunto candidato a la sucesión papal, cardenal Carlo María Martini.
"El problema de la inmigración concierne a la economía mucho antes que al orden público", subrayó Napolitano, miembro del Partido Democrático de Izquierda (PDS, ex-comunista).
"Hay que estar atentos: si no se encuentran formas de cooperación entre los países más desarrollados y los países más pobres, la presión (migratoria) puede ser siempre más fuerte", advirtió.
La nueva alarma xenófoba se originó en varios robos, riñas e intentos de violación ocurridos en las últimas semanas en las localidades turísticas del noreste italiano, sobre el mar Adriático, y atribuidos a norafricanos y albaneses.
La oposición derechista exige medidas duras contra los clandestinos y rechaza un proyecto de ley presentado por el gobierno en febrero, que garantiza a los inmigrantes derechos sociales y civiles, incluido el voto en elecciones locales.
El diputado Maurizio Gasparri, portavoz de Alianza Nazionale (sucesora del fascista Movimiento Social Italiano), dijo que denunciaría al gobierno por atropello a la Constitución si se otorga derecho a voto a los inmigrantes.
Gasparri tambien exigió la expulsión inmediata de 10.000 refugiados albaneses.
Con la venia de las autoridades municipales, en las playas de Rimini, en el mar Adriático, se han establecido patrullas policiales y de colaboradores civiles, que persiguen -a veces con violencia- a vendedores y paseantes de piel oscura.
Según el cotidiano milanás L'Osservatore, este año se han denunciado 260 agresiones contra inmigrantes, incluidos varios asesinatos.
Un estudio realizado por la investigadora Chiara de Florio, publicado en Bolonia por el boletín "Informacion y Marginalidad", indica que prácticamente todos los medios de comunicación italianos utilizan estereotipos discriminatorios cuando se refieren a los inmigrantes.
Otro es el caso de la cobertura de denuncias de violación y torturas perpetradas en 1993 por soldados italianos integrantes de la fuerzas de paz de las Naciones Unidas en Somalia, considerados como hechos aislados que no comprometen a la estructura militar.
Este fin de semana se reveló que un puesto de guardia italiano en Somalia fue atacado por fuerzas rebeldes en 1993 en venganza por la violación de una muchacha somalí, hecho conocido -según el diario de vida de un sargento- por el jefe de los paracaidistas italianos.
El diario L'Unita, del PDS (partido lider de la gobernante coalición centroizquierdista del Olivo), exigió este lunes en un editorial que el ejército "diga toda la verdad" de lo ocurrido en Somalia y no se refugie en la solidaridad de cuerpo.
En Italia hay cerca de un 1,1 millones de inmigrantes legales y algunas decenas de miles de clandestinos -la mayor parte del norte de Africa y de Europa oriental- sobre una poblacion de 60 millones de habitantes.
El proyecto de ley sobre inmigración presentado por el gobierno ha permanecido en el parlamento durante seis meses, y se le han introducido cerca de 800 enmiendas.
El principal problema represivo, según el gobierno, es la incapacidad de ejecutar las decisiones de expulsión a quienes se les niega el permiso de residencia, pues estos, una vez notificados, aprovechan el plazo legal de apelación para escapar.
Napolitano dijo que, en el futuro, los postulantes a permanecer en Italia seran mantenidos en centros especiales hasta tanto se decida su destino.
"Son tres los nodos fundamentales de la ley de inmigracion: la regulación de los ingresos, la lucha contra la clandestinidad, y el reconocimiento de los derechos del extranjero presente en nuestro pais", aclaró la ministra Turco
El principal defecto de la legislación vigente, agregó, no es sólo la ineficacia de los instrumentos de expulsión (de los ilegales), sino "la ausencia de una política de integración" para los inmigrantes.
Pero el alcalde de Rimini, Giuseppe Chicci, ve las cosas de otro modo: propuso establecer pasaportes internos para controlar el desplazamiento de extranjeros -aún los legales- dentro del territorio italiano, para evitar la contaminación de su exclusivo balneario. (FIN/IPS/ak/ff/pr/97