CHINA: Reformas económicas y políticas van de la mano

Poco antes del importante Congreso del Partido Comunista en que el presidente de China y jefe del partido, Jiang Zemin, revelará un proyecto de reformas económicas, un académico advirtió que las mismas fracasarán si no se acompañan de la democratización del país.

En un gesto político sin precedentes desde el movimiento estudiantil por la democracia de 1989, Shang Dewen, profesor de economía de la Universidad de Beijing, hizo público un programa para la democratización gradual del sistema político.

"Sé que la decisión de levantarse y hablar es difícil de tomar, pero alguien debía hacerlo", dijo el profesor, quien cree que ha llegado el momento para una transición gradual hacia la democracia en China y advirtió que no se debe dejar pasar la oportunidad de realizar reformas políticas.

Se espera que Jiang Zemin, quien pretende integrar la economía de mercado al sistema socialista, solicite a fines de septiembre una reestructuración del alicaído sector estatal, lo que provocará más despidos masivos.

Shang teme que el esfuerzo de Jiang por transformar al sector estatal mediante la privatización resulte en un fracaso si no se acompaña de reformas políticas.

"Si el sistema político no cambia, temo que el intento del 15 Congreso del Partido estará condenado al fracaso", vaticinó, y agregó que hay una seria contradicción entre la forma en que opera la economía de China y cómo se gobierna a la sociedad.

Sin un "tratamiento general" de la enfermedad que afecta al sistema político chino, el intento de reformar al sector estatal será sólo "cirugía plástica", predijo el profesor.

Sus opiniones aparecen en un momento en que la máquina propagandística del Estado está en plena campaña para asegurarse el apoyo público al audaz proyecto de Jiang para la privatización y reforma del sector estatal.

Millones de obreros de las industrias estatales fueron despedidos en los últimos años y millones más se enfrentarán al mismo destino si el 15 Congreso aprueba el programa de privatización nacional de Jiang.

En anticipación del importante encuentro, el vehículo ideológico del Partido, el "Diario del Pueblo", publica diariamente artículos de economistas y académicos que reclaman "experimentación audaz y mentalidad abierta" en el ámbito económico.

"Los mayores desafíos a los que nos enfrentamos son cómo emplear mayor audacia y resolución para reformar el viejo sistema", decía la semana pasada un comentario de primera plana del diario, exhortando al Partido a "liberar su manera de pensar" y "abrir el camino por delante".

Sin descartar la necesidad de reestructurar las industrias estatales en crisis, el profesor Shang arguyó que la cuestión no es el principal desafío al que se enfrenta China. Tampoco lo son la inflación, la delincuencia galopante o la falta de valores espirituales.

"El mayor problema de la China actual es la contradicción entre el sistema económico de mercado y el político", señaló. "La corrupción y el comportamiento ilegal surgen porque los dos pueden operar juntos sin errores de funcionamiento".

El reclamo de cambio político provino de la misma Universidad de Beijing donde en 1989 los estudiantes comenzaron su campaña por reformas democráticas en la plaza de Tiananmen, que terminó en un sangriento aplastamiento.

Pero el hombre que hoy propone el cambio es un ejemplar miembro antiguo y fiel del Partido que aún cree que la solución a los problemas políticos de China se encuentra en su ideología comunista.

Shang ha sido miembro del Partido durante gran parte de sus 65 años de edad. En 40 años como profesor de economía, escribió 20 libros sobre temas como filosofía y teoría económica marxista- leninista. Dos de sus cuatro hijos también son miembros del Partido.

No hay nada en la historia personal o la experiencia de Shang que lo haya impulsado a elaborar su audaz propuesta de reforma política.

Nacido en una pobre familia campesina de la provincia de Shandong, el joven Shang participó en la guerra civil entre comunistas y nacionalistas del Kuomintang en los años 40 y tiene antecedentes intachables en el Partido.

Sheng comprendió la inevitabilidad del cambio político en China a través del análisis teórico y años de estudio del pensamiento de Marx, Lenin, Mao Zedong y Deng Xiaoping.

Su propuesta, entregada en primer lugar a la oficina de Beijing del mayor diario en inglés de Hong Kong, South China Morning Post, prevé una reforma política planificada que podría durar 25 años.

Entre los principales cambios a realizarse durante la reforma, Shang señala la redacción de una nueva Constitución y la celebración de elecciones libres directas para un jefe de Estado y otras autoridades de jerarquía.

Otras reformas incluyen la libertad de prensa y la independencia del sistema judicial y el banco central.

Shang admitió que será difícil la aceptación de su propuesta de reforma por la dirigencia actual, considerando que no tuvo éxito en su intento de divulgarla a través de la prensa nacional.

El hombre que acaparó la atención de los medios de comunicación internacionales no tuvo la misma suerte con diarios populares locales como el Beijing Youth Daily, por ejemplo.

"Ningún periódico local se habría atrevido a publicarla sin la aprobación del Departamento de Propaganda del Comité Central del Partido. Pero temo que aun ellos necesitarían la resolución de Jiang Zemin", declaró Shang. (FIN/IPS/tra-en/ab/ral/aq-ml/ip/97

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