BRASIL: Tras las huellas del patrimonio nazi

Cinco décadas después de la segunda guerra mundial, una comisión oficial comenzó a rastrear en Brasil las huellas del patrimonio de los nazis que se habrían refugiado en este país.

El objetivo es encontrar parte de lo que las organizaciónes judías definen como el "mayor robo de la historia", cometido contra las víctimas del holocausto.

"El decreto presidencial que creó esta comisión le concedió todos los instrumentos necesarios para investigar el patrimonio obtenido por los nazis como producto de crímenes contra la humanidad", explicó el abogado Decio Milnitzky, uno de sus miembros .

La Comisión de Investigación del Patrimonio Nazi, coordinada por el Ministerio de Justicia e integrada por representantes de la sociedad civil y religiosos, tiene fines distintos a los de los banqueros suizos que recientemente divulgaron una lista de cuentas inactivas de víctimas del holocausto para dar con el paradero de sus herederos.

"Nuestra preocupación primordial es con el patrimonio traído a Brasil por los nazis. Por lo tanto son cuentas activas, que pueden haber sido utilizadas para traer bienestar a los criminales de guerra en su fuga y para fomentar movimientos nazis que por ventura existan hasta hoy", destacó Milnitzky.

La comisión tiene por delante una tarea detectivesca: adentrarse en los archivos de los órganos de inmigración, en las cuentas bancarias y en los documentos de la historia brasileña de hace 55 años.

En esa época, según el presidente de la Congregación Israelita de Sao Paulo, el rabino Henry Sobel, el gobierno de Getulio Vargas acogió a 1.500 nazis, después de la caída del Tercer Reich.

"Ellos depositaron su dinero en los bancos, compraron terrenos, se organizaron y hasta consiguieron traer a otros compañeros, mientras el gobierno de Vargas cerró un ojo. No impidió tal libertad de locomoción y se trataba de criminales", recordó Sobel, también integrante de la comisión.

Para la historiadora Maria Luiza Tucci Carneiro, especializada en temas de antisemitismo en Brasil, no hay ninguna duda sobre el compromiso ideológico de Vargas.

Tucci, que tendrá a su cargo la investigación histórica de la comisión, considera que ese gobierno actuó en connivencia con el nazismo.

"Por un lado el gobierno de Vargas era contrario a la entrada de judíos, es decir tenía una política inmigratoria antisemita, y por otro tenía una identificación ideológica bastante evidente en relación tanto al nazismo como al fascismo", subrayó.

Segun Tucci, en la época de Vargas, el Partido Nazi consiguió organizarse en Sao Paulo y en Porto Alegre.

"Esa documentación fue inventariada y servirá de sustentación para las investigaciones que hará la comisión. Allí tenemos nombres, direcciones y nacionalidades de los miembros de esos grupos", añadió.

Para pasar en limpio esa página de la historia brasileña, la comisión deberá además rastrear las fortunas de los supuestos inmigrantes nazis en el Banco de Brasil, que en esa época centralizaba las operaciones financieras.

Luego entrecruzará el nombre de esas cuentas con la lista de los colaboradores de la Gestapo, la policía secreta nazi, y, si una posterior autorización legal lo permite, podría recomendar la confiscación de ese patrimonio para ser distribuido entre los sobrevivientes del holocaus to y sus sobrevivientes.

"Queremos concientizar a la opinión pública sobre las atrocidades cometidas hace 55 años, eventualmente devolver los bienes a los judíos, y restaurar la dignidad de los sobrevivientes, en la medida de lo posible, después de haber perdido seis millones de vidas imposibles de restituir", explicó Sobel.

Una de las primeras tareas será investigar el origen de un tesoro depositado en el Banco de Brasil en Sao Paulo perteneciente al alemán Albert Blume, que se sospecha era un agente de la Gestapo.

La fortuna, que suma más de cuatro millones de dólares, incluye 240 objetos valiosos, como alianzas, anillos y barras de oro, además de 20 piezas dentales de oro, presuntamente robados a víctimas del holocausto.

Tras una disputa entre varios herederos de Blume, un juez determinó que la fortuna pertenece legalmente a Margarida Blume, de 94 años, que vive en el sur del país. Pero el historiador Ben- Abraham, vicepresidente de la Asociacion de Sobrevivientes del Holocausto, reclamó el derecho de los judíos sobre ese tesoro.

"Tengo documentos que prueban que Blume, antes de venir a Brasil, fue oficial de la Gestapo. Es un absurdo que bienes de judíos, como dientes retirados en campos de concentración, sean entregados a la heredera de un nazi", sostuvo el historidador.

La comisión también rastreará el camino de las remesas de judíos en Brasil a sus familiares en Europa y que nunca llegaron a destino. La comunidad judía brasileña – con 150.000 miembros – es la mayor de América Latina después de la de Argentina, que tiene con 220.000.

Sin embargo, fue la comisión brasileña y no la argentina la primera que comenzó a funcionar en la región. Sobel atribuyó la demora en Argentina a un "conflicto de intereses" del presidente Carlos Menem.

"Allí los judíos sufrimos por causa de la impunidad en relación a la destrucción de la embajada de Israel en 1992 y al centro comunitario de la AMIA, en 1994. No preciso decir más", argumentó el rabino. (FIN/IPS/ff/dg/ip-hd/97

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