BIRMANIA: La cárcel es una lenta pena de muerte

Estar preso en Birmania, sea cual sea la condena, equivale a una muerte lenta, en especial para ancianos y enfermos.

La muerte en junio del abogado y escritor U Tin Shwe trajo de nuevo a la palestra las inhumanas condiciones de vida en la prisión de Insein, donde se cree que muchos dirigentes políticos murieron luego de que se les negó atención médica adecuada.

Tin Shwe, de 67 años, figuró en la lista de "elementos destructivos internos" elaborada por la dictadura militar. El abogado murió el 6 de junio en un hospital de Rangún, según las autoridades.

Pero sus allegados atribuyeron la muerte a la omisión de asistencia médica habitual y deliberada en la cárcel de Insein.

Esta es la más grande y antigua de las 36 prisiones de Birmania, todas ellas célebres en todo el mundo por sus cámaras de tortura y sus degradantes condiciones de vida.

Insein también alberga a presos comunes, pero los prisioneros políticos son tratados con especial crueldad, y más aun si pertenecen a la opositora Liga Nacional para la Democracia (LND), triunfante en las elecciones de 1990, cuyo resultado no fue reconocido por la junta militar.

"Para los viejos y enfermos, no hay modo de sobrevivir en las cárceles birmanas", dijo el ex preso político Win Naing Oo.

Al menos cuatro altos dirigentes opositores murieron en prisión. U Hla Than, parlamentario electo, murió con sida el año pasado. El cónsul de los países escandinavos en el país, Leo Nichols, también murió en Insein el año pasdo.

El ex líder estudiantil Moe Thee Zun acusó a la junta militar de negligencia por la muerte de Tin Shwe. "Los presos políticos no reciben asistencia médica. ¿Es esa una forma de matarlos con lentitud?", inquirió.

Un ex preso político dijo que los funcionarios del centro de reclusión suelen negar los medicamentos a los prisioneros "para que se enfermen y mueran".

"Intentan matarnos. Si hay algún enfermo que necesita inyectables, debe compartir la jeringa con otros. Un preso contrajo el virus de inmunodeficiencia humana y luego murió con sida", explicó.

A fines de los años 80, la inteligencia militar birmana apuntó contra Tin Shwe y otros intelectuales que adherían a la LND. El escritor se negó a huir a la frontera con Tailandia, donde muchos de sus amigos obtuvieron refugio.

Por el contrario, Tin Shwe continuó siendo un opositor activo contra la junta militar hasta que fue arrestado en 1990, poco después de las elecciones mientras planeaba conmemorar el segundo aniversario de las manifestaciones populares en Mandalay.

El abogado fue conducido a Rangún y juzgado en una corte militar en al prisión de Insein. Al fin, fue sentenciado a pasar 14 años entre rejas.

Tin Shwe había defendido y asistido a activistas políticos y estudiantes acusados de desestabilizar el gobierno. Pero no pudo defenderse a sí mismo en el juicio, que transcurrió a puertas cerradas.

El abogado era conocido entre los opositores como un hombre renacentista. Su actividad política se enraiza con los movimientos estudiantiles en las universidades de Mandalay y Rangún en los años 50.

Fue nombrado en 1957 secretario general de la Unión de Estudiantes de Mandalay y luego integró el Comité de Paz Interna fundado por Thakin Kodaw Hmaing, el arquitecto de la independencia birmana.

Tin Shwe se consideraba el último discípulo vivo de Hmaing, de quien escribió una biografía.

Como escritor, fue conocido por sus seudónimos, Maung Tin Shwe y Monywa Tin Shwe. Sus artículos sobre derecho eran fuente invalorable de consulta de jóvenes abogados.

Aung Saw Oo, dirigente de la LND en el exilio, recordó que a comienzos de los ochenta lo defendió en juicio.

El incansable defensor de los derechos humanos llegó a abogar por activistas clandestinos, entre ellos 200 rebeldes de la etnia karen que fueron encarcelados sin juicio.

"Aún recuerdo su poderosa voz en la corte. Los tres jueces estaban tan incómodos que dos de ellos debieron abandonar el lugar. La gente lo aclamó", manifestó Aung Saw Oo.

Tin Shwe exhortó a sus colegas abogados a unirse al movimiento democrático durante las manifestaciones de 1988. Cuando la junta prometió elecciones libres y justas en 1990, el dirigente se unió a la LND, liderada por Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz y encarcelada desde entonces.

"Era admirable. Del alba a la noche, trabajaba muy duro para convencer a la gente de Mandalay de que debían votar a la LND", recordó Myo Win, otro abogado birmano. (FIN/IPS/tra- en/az/ral/mj/hd ip/96

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