AMERICA CENTRAL: La guerra terminó, pero los desafíos persisten

La guerra es cosa del pasado en América Central, que se enfrenta hoy al desafío de consolidar la democracia y garantizar la paz social, mientras persisten algunas causas de los apagados conflictos.

América Central alcanzó su meta de silenciar las armas cuando en diciembre, gobernantes y guerrilleros guatemaltecos estamparon su firma en un tratado de paz, luego de 35 años de guerra interna.

"Pero ahora viene lo más difícil para el área, probar que sabe vivir y progresar en democracia", dijo a IPS Francisco Barahona, rector de la Universidad para la Paz, de Costa Rica, adscrita a la Organización de Naciones Unidas.

Al igual que otros analistas consultados, Barahona alabó los resultados conseguidos desde el 7 de agosto de 1987, cuando cinco presidentes de América Central firmaron en Esquipulas, Guatemala, el plan de paz para la región.

Sin embargo, insistió en señalar que la meta principal de democracia real sigue lejana.

Rodrigo Madrigal, quien se desempeñaba como canciller de Costa Rica al negociarse y firmarse el plan de paz, indicó que el istmo ha logrado "avances extraordinarios, porque en el presente se puede hablar con cordialidad, sin suspicacias, sin recelos, en procura de las metas de desarrollo".

Sin duda, la paz alcanzada en Nicaragua, El Salvador y Guatemala es uno de los hechos más importantes en la historia de América Central, "pero la tarea está inconclusa", advirtió por su parte el analista y ex diputado costarricense Alvaro Montero.

Montero añadió que es innegable el adelanto registrado en el camino hacia las libertades políticas. Pero puntualizó que"siguen vigentes la injusticia social y la pobreza" por cuya superación, más que por emitir un voto, entregaron su sangre cientos de miles de centroamericanos.

El primer país centroamericano que puso fin al conflicto armado interno fue Nicaragua, que lo logró en 1990, poco después de que Violeta Chamorro sustituyera en la Presidencia al sandinista Daniel Ortega.

Dos años después, el gobierno de El Salvador y el rebelde Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional firmaron la paz, después de una guerra civil de 12 años que costó la vida a 80.000 personas y causó pérdidas en infraestructura cercanas a 1.500 millones de dólares.

El proceso pacificador se tornó lento en Guatemala, hasta que en diciembre de 1996, y luego de cinco años de negociaciones, el gobierno y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca firmaron un acuerdo definitivo.

Unas 180.000 personas murieron en la guerra de Guatemala, según organismos defensores de derechos humanos, mientras los desplazados forzosos fueron un millón y alrededor de 50.000 personas se refugiaron en México, desde donde empezaron a regresar en los últimos años.

El plan de paz obligó a los diferentes países, aún aquellos en los que no existía conflicto armado, a realizar ajustes en la legislación y las estructuras del Estado, para facilitar la instauración o el perfeccionamiento de regímenes de derecho.

"En aquel tiempo sólo se hablaba de asuntos relacionados con la guerra. Hoy se permite a los pueblos dialogar con otros propósitos en busca de soluciones, en un ambiente de tolerancia", destacó Madrigal.

También comentó que, en el presente, las autoridades de la región y representantes de la sociedad civil discuten proyectos de desarrollo económico, de protección del ambiente, y sobre derechos humanos, democracia y solidaridad.

"En los años de conflicto era difícil sostener ideas de diálogo, tolerancia y comprensión, porque las cosas se miraban aún a través de los cristales de la guerra fría", explicó Madrigal.

Mientras, Barahona señaló que "la sociedad civil no es tomada en cuenta todavía en el nivel que merece por los sectores políticos".

Esa indiferencia de los partidos políticos ante las inquietudes y necesidades de sectores marginados de la población genera malestar que puede traducirse fácilmente en hechos violentos, agregó.

"Se necesita un mayor esfuerzo en la resolución pacífica de los conflictos, pues de lo contrario, la violencia brotará en cualquier momento", advirtió Barahona.

Así mismo, destacó la trascendencia de las reuniones de presidentes del área, que "han logrado crear una plataforma ideológica regional que da mayor unidad a Centroamérica".

Los mandatarios de América Central realizaron a mediados de este mes en Panamá su 19 reunión desde el comienzo del proceso de paz, y en ella definieron las metas a alcanzar a corto, mediano y largo plazo.

El ex diputado Montero observó que en América Central "se logró la paz, pero no la justicia social", por lo que aún, agregó, no puede hablarse de democracia plena.

Montero sostuvo que las causas estructurales de la guerra siguen vigentes, lo que implica que deben hacerse grandes esfuerzos para la distribución de la tierra y el ingreso.

"Los procesos llamados democráticos deben demostrar capacidad para solucionar el drama social de los centroamericanos", declaró.

Para fundamentar sus afirmaciones, señaló que entre los primeros años 80 y la primera mitad de la presente década, la pobreza creció 60 por ciento en Guatemala, 56 por ciento en Honduras y 59 por ciento en Nicaragua.

Además, la pobreza se incrementó 30 por ciento en Panamá, 26 por ciento en el Salvador y 20 por ciento en Costa Rica, de acuerdo con un estudio auspiciado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. (FIN/IPS/ug/ff/ip dv/97

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe