AMBIENTE: Incendios amenazan al tigre amur en el este de Rusia

Una serie de incendios forestales en la reserva ecológica Sikhote-Alin y sus alrededores, en el extremo oriental de Rusia, amenaza el hábitat del tigre amur y otras raras especies silvestres.

El último incendio estallado en la reserva ya destruyó varios kilómetros cuadrados y es uno de varios que aún arden en el norte del Territorio Marítimo de la costa del Pacífico, aunque otros, en la parte central del Territorio, ya están controlados.

Los incendios forestales ocurren regularmente en la región, donde no ha llovido en los últimos dos meses. Algunos de los siniestros son iniciados deliberadamente con la finalidad de abrir bosques y atraer a los ciervos, así como para estimular el crecimiento de un popular helecho comestible.

La población rural lucha por su supervivencia desde el colapso de las granjas colectivas, y la gente está más preocupada por plantar papas que por salvar a los tigres.

El número exacto de tigres y leopardos se desconoce. Hasta hace poco, se estimaba la población rusa de tigres siberianos en 200, distribuidos entre el Territorio Marítimo del Sur y Komsolmolsk-na- Amure, al norte de Khabarovsk.

Pronto se conocerán cifras más precisas, cuando concluya un estudio de la población de tigres que forma parte de un programa conjunto del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y el Proyecto de Política Ambiental y Tecnología (EPT).

Estados Unidos financia el trabajo como parte de un proyecto ruso-estadounidense para la creación de un sistema de utilización racional de la naturaleza en el extremo oriental de Rusia, en el marco del acuerdo Chernomyrdin-Gore sobre cooperación.

El programa es coordinado por guardabosques y cazadores de Khabarovsk y Territorios Marítimos. Se prevé que el nuevo estudio colocará la cifra alrededor de los 400.

Se cree que no hay más de 56 o 60 tigres en el Territorio de Khabarovsk. En el Territorio Marítimo los animales gozan de cierta protección en la reserva ecológica de Ussuri, pero es insuficiente para mantener a raya a los cazadores furtivos.

El problema existente en Ussuri hace varios años era la disminución del número de animales que sirven de alimento a los tigres. Los expertos estiman que 430 tigres necesitan una población de 300.000 animales como presa, y sólo quedan unos 60.000 en la región.

La caza de ciervos, alces, jabalíes y otros animales fue prohibida sólo en 1985. No obstante, tras el colapso de la Unión Soviética y la pérdida del control central, la caza furtiva de tigres se transformó en un gran negocio.

Se estima que más de 100 tigres murieron en el Territorio Marítimo y más de 60 en Khabarovsk en las últimas cuatro estaciones de caza, durante el invierno.

Según una investigación realizada en 1995 por la organización ecologista londinense Traffic Internacional, los principales mercados de exportación para los huesos de tigre son China y Corea del Sur.

En 1993, se incautó en Harbin, China, un embarque de 500 kilogramos de huesos de tigre, equivalente a 20 o más animales. La piel del tigre, por otra parte, se destina principalmente a Japón, donde es intercambiada por automóviles de segunda mano, entre otros artículos.

Aunque el nuevo estudio descubriera que hay unos 400 tigres en Rusia, aun estarían amenazados.

"Sean 200 o 400, igualmente están en grave peligro", declaró al diario "Vladivostok News" Dale Miquelle, encargada de EPT en el extremo oriental de Rusia. Teóricamente, una población estable de tigres necesita un mínimo de 500 ejemplares en edad reproductiva, señaló

"Mucha gente cree que la única forma de proteger a los tigres es creando zonas protegidas y parques nacionales, pero eso no funciona. Los animales necesitan demasiado territorio", opinó Miquelle. (FIN/IPS/tra-en/ai/rj/ml/en/97

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