/AMBIENTE/: Greenpeace y petrolera de EEUU enfrentadas en el Artico

El debate por el recalentamiento del planeta subió de temperatura en el Artico, donde los esfuerzos de Greenpeace por bloquear la extracción de petróleo fueron bloqueados por una acción legal de la gigante del petróleo de Estados Unidos ARCO y el estado de Alaska.

La "nueva corrida petrolera en Alaska", según la define Greenpeace, plantea el problema de la contaminación causada por los combustibles fósiles que recalientan y destruyen el ambiente.

"La extracción de más petróleo, ante las evidencias científicas sobre el recalentamiento planetario, es irresponsable", afirmó Kalee Kreider, de Greenpeace.

El Artico es una zona especialmente delicada, y se calienta alrededor de un grado más rápido que el resto de la Tierra.

"Debido a que la quema de combustibles fósiles como petróleo y carbón causa el cambio climático, en el Artico se encuentran las causas y los efectos del cambio climático representado dramáticamente en la misma región", dijo Kreider.

Tras una serie de intentos fracasados por impedir a ARCO que extrajera petróleo en Alaska, Greenpeace utilizó la semana pasada uno de sus barcos para impetir que la compañía avanzara hacia un futuro sitio de extracción en el mar de Beaufort, fuera de la costa del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Artico.

El portavoz de ARCO Al Greenstein declaró que "cerrar la explotación de petróleo en el Artico no es una solución al recalentamiento del planeta, sólo implica que importaremos más petróleo".

"Guste o no, Estados Unidos es dependiente del petróleo y nuevas reservas deben ser encontradas en este país si no queremos ser totalmente dependientes de las importaciones", agregó.

El viernes, ARCO solicitó a una corte federal que impida a Greenpeace interferir con su explotación de petróleo en las reservas potencialmente ricas del Artico.

Sólo un puñado de científicos niega que la quema de combustibles fósiles como petróleo, gasolina y carbón produce gases con efecto invernadero que atrapan el calor en la atmósfera y aumentan la temperatura de la superficie de la tierra.

Con el tiempo, pueden causar cambios en el clima de la Tierra, incluyendo una mayor frecuencia e intensidad de tormentas, inundaciones, olas de calor y sequías.

La mayoría de las empresas petroleras, incluyendo ARCO, discrepan con los 2.000 científicos que firmaron una prohibición sobre el efecto invernadero en la conferencia sobre medio ambiente de la Organización de las Naciones Unidas.

Con la excepción de British Petroleum, todas las empresas petroleras afirman que no hay suficiente evidencia científica que relacione el recalentamiento con la quema de combustibles fósiles, destacó Gary Cook, de Greenpeace.

ARCO también alega que la extensión para la extracción de crudo a lo largo de la costa de Alaska es minúscula, y que no contribuirá al recalentamiento planetario. "Las huellas de ARCO en el Artico son mínimas", aseguró el ejecutivo de la empresa Ron Chappell.

Aunque el gobierno de Estados Unidos ha sido firme en su oposición a la extracción en la reserva, Greenpeace asegura que el gobierno es amistoso con corporaciones petroleras multinacionales de otras maneras.

Por primera vez en más de una década, el Departamento del Interior de Estados Unidos lanzó recientemente un plan para arrendar la Reserva Nacional de Petróleo, la mayor extensión de tierras públicas sin explotar en América del Norte.

Cinco compañías, ARCO, British Petroleum, Chevron USA, Petrofina Delaware y Anadarko, pagaron casi 14,5 millones de dólares por contratos que cubren casi 40.000 hectáreas.

El Congreso aprobó la medida alegando que la apertura del área a la extracción reduciría la dependencia de Estados Unidos de las importaciones.

Mientras, el presidente Bill Clinton firmó una ley para poner fin a la prohibición de 23 años sobre las exportaciones de crudo de Alaska, una acción alentada por empresas petroleras que podría aumentar los márgenes de ganancia.

Ante la próxima reunión de la convención de Cambio Climático que se realizará en Kioto, Japón, Clinton declaró que la evidencia del cambio climático inducido por la actividad humana es "innegable", y que planifica negociar un tratado internacional para reducir las emisiones de gases invernadero.

Greenpeace sostiene que las políticas del gobierno para permitir ventas en aguas federales en Alaska son inconsistentes con la declarada preocupación del presidente ante el cambio climático.

"Si Clinton estuviera realmente preocupado por el cambio climático, subsidiaría fuentes de energía renovables como el sol o el viento, en lugar de hacer favores a las compañías petroleras", dijo Steve Sawyer en conversación telefónica desde el barco de Greenpeace en el Artico.

Lo que sucederá con el barco fuera de la corte dependerá en gran medida de la Guardia Costera que mantiene a manifestantes de Greenpeace a unos 500 metros de la plataforma petrolera de ARCO.

Ambas partes tienen hasta fin de agosto para moverse en la región, antes de que comience la pesca de ballenas, período en que está prohibido el traslado de barcos en el mar de Beaufort. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/lp/en/97

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