El gobierno de Zimbabwe se propone acabar con la desigual propiedad de la tierra, mediante la idea rectora de "una granja por cada agricultor".
El problema de la tenencia de la tierra es el principal obstáculo para el desarrollo en esta nación de Africa austral, 17 años después de su independencia.
Casi la mitad de las mejores extensiones agrícolas están en manos de unos 4.500 propietarios blancos, mientras la casi totalidad de los campesinos negros sobreviven en tierras comunales semiáridas.
La nueva política, anunciada por el presidente Robert Mugabe en la apertura del periodo de sesiones del parlamento, pretende modificar esa situación.
El proyecto de reforma agraria incluye "un impuesto sobre tierras agrícolas, normas para regular el tamaño mínimo de los establecimientos, la adopción del concepto de una granja por cada agricultor y la prohibición a los extranjeros y a las empresas extranjeras de disponer de tierras en propiedad", informó Mugabe.
El llamado Proyecto de Asentamiento de Granjas Comerciales facilitará a los campesinos indígenas el ingreso en el sector agrícola y la adquisición de parcelas surgidas de la subdivisión de grandes propiedades compradas por el gobierno, explicó el presidente.
El Estado adquirirá tierras hasta disponer "de un total de 8,3 millones de hectáreas", que destinará a la reforma agraria. De momento, las tierras fiscales suman tres millones de hectáreas.
La nueva política no es aún clara, advirtieron algunos analistas. "No podemos comentar el anuncio del presidente porque no tenemos suficientes datos", dijo un experto.
Para el analista político John Makumbe, el proyecto de ley no alcanzará su objetivo de redistribución de la propiedad agrícola.
Al respecto, advirtió que las autoridades no están en condiciones de aplicar las normas anunciadas en su integridad y los terratenientes hallarán formas de eludirlas.
La iniciativa de Mugabe es débil, ya que bastará a los propietarios de grandes extensiones distribuir sus tierras entre sus familiares para evitar la expropiación", señaló Makumbe.
"Nada cambiará. El gobierno pretende engañar a los campesinos y a los sin tierra al afirmar que se propone realizar una reforma agraria", agregó. No obstante, la Unión de Agricultores de Zimbabwe apoyó la iniciativa.
"Es lo que la nación pedía desde la independencia. La tierra continúa en manos de una minoría" de propietarios "y ya no lo podemos tolerar", declaró Silas Hungwe, presidente de la Unión.
"El gobierno debe limitar la extensión de las granjas de propiedad individual. No podemos consentir la presencia de latifundios, cuando hay millones de personas sin tierra", dijo Hungwe a IPS.
Hungwe arguyó que toda persona, sin importar su color de piel, que posea más de un establecimiento agrícola, deberá ceder parte de sus propiedades para que otros también tengan un lugar en la agricultura.
"Los campesinos que sólo disponen de cultivos de subsistencia deben participar de la agricultura comercial. No sólo los blancos pueden hacerlo. Por demasiado tiempo, los negros fueron dejados de lado, como si no pudieran administrar una granja", concluyó. (FIN/IPS/tra-en/lm/pm/aq-ff/dv/97