YUGOSLAVIA: Milosevic toma la corona en medio de protestas

La constitución prohibía a Slobodan Milosevic presentarse por tercera vez como presidente de Serbia, pero el político logró asegurar la presidencia de la Federación Yugoslava.

Milosevic renunció como presidente serbio este miércoles, antes de jurar como jefe de Estado de la federación que une Serbia y Montenegro, aunque la palabra "renuncia" no figuró en la carta que debió enviar a Dragan Tomic, jefe del parlamento serbio.

Tomic asumirá como presidente en funciones de Serbia hasta la celebración de nuevas elecciones, las cuales, según Milorad Vucelic, uno de los asesores más allegados a Milosevic, se celebrarán el 21 de septiembre.

"Juro que cumpliré mis deberes consciente y responsablemente, de acuerdo a la Constitución y las leyes, y que lucharé por salvaguardar la soberanía, la independencia y la integridad de la República Federal de Yugoslavia", dijo Milosevic al asumir su cargo, vestido con traje negro y corbata roja.

Los medios estatales se mostraron muy entusiastas. Belgrado TV y Politika TV presentaron documentales que se refirieron al derecho casi dinástico de Milosevic al gobierno, incluso planteando una relación con la vieja familia real Karadjodjevic, la cual se mantuvo en el poder hasta 1945.

El fin de semana pasado Milosevic cerró seis estaciones de radio independientes y dos canales de televisión, en preparativos del evento de este miércoles.

En un raro discurso público, "dirigido a todos los ciudadanos de Yugoslavia", Milosevic denunció ante el parlamento la corrupción generalizada y prometió un renacimiento para el país, además de prometer proteger el carácter multiétnico de la nación.

Milosevic, responsabilizado por muchos en Occidente de precipitar la ruptura de Yugoslavia y el baño de sangre que le siguió, juró trabajar hacia "el logro de los derechos y libertades de los ciudadanos y salvaguardar la paz y la prosperidad de todos los ciudadanos de Yugoslavia".

"Es irónico, él (Milosevic) es en quien tenemos que confiar", comentó este miércoles un diplomático occidental.

Policías antidisturbios rodearon el edificio del parlamento para mantener alejados a manifestantes. Miles de opositores se congregaron bajo la consigna "Un par de zapatos para cada uno de los desaparecidos".

Los manifestantes se proponían llevar el calzado ante el parlamento, simbolizando a los 450.000 jóvenes y personas sin capacitación que dejaron el país desde que Milosevic llegó al poder, hace 10 años.

Al encontrar cerrado el acceso a la explanada del parlamento, los manifestantes dejaron los zapatos en las calles cercanas. Barrenderos municipales los retiraron en las horas siguientes.

Milosevic provocó enormes manifestaciones populares el invierno (boreal) pasado, cuando multitudes de hasta 150.000 manifestantes demócratas se congregaron en el centro de Belgrado exigiendo su renuncia.

Aunque enfrenta grandes problemas, entre los primeros el desastroso estado de la economía, muchos analistas estiman que Milosevic seguirá dirigiendo el juego político. Apoyado en el respaldo total de la policía y los poderosos medios estatales, siempre logró enfrentar a sus enemigos entre sí.

"Utilizará todas sus tácticas previas y su política de la cuerda floja para permanecer en el poder", pronosticó el analista de Belgrado Dejan Djordjevic. "Ese es el único juego que conoce y le gusta", agregó.

Nacionalistas que respaldaron la ambición de Milosevic por unir las áreas bajo control serbio en Croacia y Bosnia-Herzegovina bajo una "Gran Serbia" lo acusan de perder las guerras que siguieron, aunque Milosevic dijo una vez que Serbia nunca estuvo en guerra contra nadie, a pesar de la destrucción que provocaron los conflictos.

Las guerras terminaron con los serbios de Bosnia aplastados por tanques de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y los serbios de Krajina en Croacia desplazados de sus hogares históricos por unidades armadas croatas.

Además, trajeron las sanciones impuestas por las Naciones Unidas, el aislamiento internacional, una hiperinflación sin precedentes, y la caída del producto interno bruto (PIB) a 59 por ciento de su nivel de 1989.

Quienes no jugaron ningún papel en las guerras acusan a Milosevic de la destrucción total de la economía nacional, el aislamiento del país y su retorno a una autosuficiencia primitiva.

"La única victoria de Milosevic es su victoria sobre Serbia. Convirtió al país en una pesadilla de pobreza, caos y robos", escribió Stojan Cerovic, columnista del semanario independiente Vreme. (FIN/IPS/tra-en/vpz/mom/rj/lp/ip/97

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