YUGOSLAVIA: El irresistible ascenso de un ultranacionalista

El líder ultranacionalista Vojislav Seselj es cada día más popular en Serbia, a tal punto que muchos comparan su ascenso al parecer incontenible con el de Adolfo Hitler en Alemania. Pero las similitudes no terminan allí.

Nicola Barovic, célebre abogado de Belgrado, parece haber sufrido un accidente de tránsito. Debieron reconstruirle su rostro, mandíbula y nariz en un quirófano. Barovic le tiró un vaso de agua a Seselj en medio de un debate televisado en vivo porque el dirigente lo insultaba a él y a su padre fallecido.

Después del programa, Seselj arrinconó al abogado en un lugar apartado del estudio de televisión. Su guardaespalda lo arrojó al suelo y le pateó varias veces la cabeza. Le quebró los dos pómulos, el mentón y la nariz. Se detuvo solo cuando su jefe se lo ordenó "Es suficiente. Así aprenderá la lección", dijo.

Seselj sonrió cuando los periodistas le preguntaron sobre el episodio. "Barovic se resbaló con una cáscara de banano y cayó por la escalera", dijo.

Las autoridades miraron hacia otro lado. "No sé nada sobre ese incidente", dijo el ministro de Justicia de Serbia, Arandjel Markicevic. El presidente del parlamento de Serbia, Dragan Tomic, dijo lo mismo.

"Barovic dejó el estudio de televisión con la cara sangrienta, mientras Seselj se fue con su rostro de fascista", acusó el diario Nasa Borba titulado "Seselj, el pequeño cabo", en el que comparó al dirigente nacionalista con Adolfo Hitler.

"Serbia se convertirá en un estado nazi si se permite que Seselj y los de su calaña impongan sus reglas. Si la fiscalía sigue en silencio, deberemos considerar que el estado tiene responsabilidad directa de lo que le sucedió a Barovic", sostuvo Vesna Pesic, la líder de la opositora Alianza Cívica.

Seselj, diputado y líder del ultranacionalista Partido Radical Serbio (SRS), es también presidente del concejo municipal del distrito de Zemun, en Belgrado, donde son frecuentes las denuncias de matonismo a manos de sus simpatizantes.

El dirigente aplicó todo su poder y sus prácticas intimidatorias para desalojar a los no serbios de Zemun.

"Con ayuda de la policía y la bendición silenciosa de los socialistas en el gobierno, Seselj convierte Zemun en una cervecería bávara. No pasará mucho hasta que el fascismo se extienda como un cáncer desde Zemun a toda Serbia, con la generosa colaboración de los amos de Seselj", según Nasa Borba.

"Seselj utiliza Zemun como banco de pruebas de la paciencia del estado. Cuando agredió a Barovic hizo lo mismo", estimó Zoran Sekulic, editor en jefe de la agencia de noticias independiente FoNet.

El Partido Socialista gobernante en la Federación Yugoslava, que integran Serbia y Montenegro, tiene una profunda y compleja relación con el racista SRS de Seselj, a quien el mandatario considera su "político opositor favorito".

La antigua Yugoslavia se fragmentó en 1991. El hoy presidente de Yugoslavia y de Serbia, Slobodan Milosevic, encabezó entonces una furiosa campaña por la constitución de una "Gran Serbia", para lo que pretendió anexar a su país partes de los territorios de Croacia y Bosnia-Herzegovina.

Los paramilitares del SRS fueron de los primeros en cometer atrocidades contra los no serbios que residían en esos territorios, práctica que se conoció como "limpieza étnica".

Seselj acudió en 1992 a un estudio de la televisión estatal para difundir una lista de periodistas independientes y personalidades públicas que se oponían a la guerra de Milosevic, a quienes calificó de "traidores a la nación serbia que deben ser echados".

"El SRS hizo el trabajo sucio que los socialistas no quisieron hacer en público durante los últimos seis", explicó la periodista Milanka Saponja.

Muchos de los integrantes de los escuadrones de la muerte del SRS que operaron en Croacia y Bosnia-Herzegovina están ahora en actividad dentro de la propia Serbia.

La relatora de Naciones Unidas sobre derechos humanos en Serbia, Elizabeth Rehn, alertó en una carta al Ministerio del Interior de Serbia contra las políticas racistas impulsadas por Seselj, pero las advertencias fueron ignoradas.

Seselj parece casi invencible y es mencionado como candidato a la presidencia de Serbia en lugar del saliente Milosevic, quien asumió este mes la presidencia de la Federación Yugoslava.

El creciente poder del SRS pone en un brete a los socialistas de Miloscevic. El mensaje de Seselj gana terreno en un país que sufre el colapso económico, no se resigna a perder el sueño de la Gran Serbia y ha perdido todas las guerras que emprendió.

La firma encuestadora Mark Plan, de Belgrado, estimó que 15 por ciento de los ciudadanos de Serbia votarían a Seselj a presidente, lo que convierte a su SRS en el principal partido del país. Los gobernantes socialistas apenas obtuvieron 14 por ciento de las preferencias en esa encuesta.

El sondeo reveló que 36 por ciento de los serbios rechazan a todos los líderes políticos, pero Seselj es el preferido en primer lugar, con 17,5 por ciento de respuestas, seguido por Milosevic y, en el tercer puesto, el opositor Vuk Draskovic.

"El líder del SRS dirige su discurso simple y comprensible a un tercio de los votantes de Serbia, a los analfabetos que quieren ser guiados por una 'mano dura'. La silenciosa tolerancia del régimen solo contribuye a su ascenso", dijo Saponja.

"El pueblo de Serbia está cansado de todo lo que sucedió en estos últimos años. La apatía prevalece. Creen que la mano dura del SRS es la solución a sus problemas. La democracia no figura entre sus preocupaciones", explicó la socióloga Vera Mircesky. (FIN/IPS/tra-en/vpz/rj/mj/ip/97

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