Autoridades de Kenia a las órdenes del tribunal de crímenes de guerra en Ruanda detuvieron a siete personas, incluyendo al ex primer ministro Jean Kambanda, sospechosos de participar en el genocidio de 1994, se anunció hoy en la sede de la ONU.
Autoridades de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) manifestaron su satisfacción ante la secreta captura y detención de los sospechosos, como un gran avance para el tribunal, el cual tiene la facultad de detener y juzgar a personas sospechosas de organizar las masacres de hasta un millón de ruandeses.
Los siete sospechosos fueron detenidos en Nairobi, donde muchos ex funcionarios ruandeses viven desde que el régimen genocida fuera desplazado por el Frente Popular Ruandés (RPF), hace tres años.
Ahora permanecen provisionalmente en una prisión en Arusha, Tanzania, hasta el momento de la acusación formal, dijeron fuentes de la ONU.
Las detenciones significan que el tribunal de Ruanda, después de meses de críticas por ineficacia y corrupción, podría hacer historia judicial, dijo el portavoz del foro mundial Fred Eckard.
El vicefiscal del tribunal, Bernard Muna, dijo que "gracias a la cooperación de ciertos estados, en particular Kenia, estamos en el camino correcto", y agregó que "estas detenciones prueban que nadie está más allá del alcance de la justicia".
Kambanda, quien ocupó el cargo de primer ministro durante el corto régimen que tomó el poder entre la muerte del presidente Juvenal Habyarimana el 6 de abril de 1994, y la victoria del RPF en julio de ese año, fomentó, según se cree, la formación de milicias de civiles del grupo étnico hutu vinculadas al genocidio de la minoría tutsi del país.
El propio Kambanda llegó al poder cuando su antecesora, Agathe Uwilingiyamana, y una docena de soldados belgas que la protegían fueron masacrados poco después de la muerte de Habyarimana en un accidente aéreo.
Otro ex ministra del gabinete, Pauline Nyiramasuhuko, ministra interina de familia y bienestar social, también fue detenida junto con Kambanda, al igual que su hijo, Arsene Shalom Ntahobali.
Los otros cuatro sospechosos incluyen dos altos militares, el coronel Gratien Kabiligi y el comandante Aloys Ntabakuze, Sylvain Nsabimana, alcalde de Butare, sitio de muchas masacres de tutsis, y Hassan Ngeze, promintente figura de los medios acusado de distribuir materiales incitando a la violencia contra la minoría.
Las sorpresivas detenciones parecieron posibles por un cambio de posición del gobierno del presidente de Kenia, Daniel Arap Moi, quien se ha enfrentado al actual gobierno del RPF en Ruanda, y había hecho poco por transferir a sospechosos de crímenes de guerra que buscaron refugio en su país.
También detenidos en Arusha se encuentran otros 12 sospechosos, incluyendo el coronel Theoneste Bagosora, jefe militar del régimen de facto de Ruanda tras la muerte de Habyarimana, quien a su vez fue extraditado por Camerún.
Hasta ahora el tribunal, con sede en Arusha y Kigali, abrió juicio sólo contra cuatro sospechosos, y no tomó decisiones. El lento ritmo de los juicios y acusaciones de corrupción y mala gestión produjeron fuertes críticas contra el tribunal.
Autoridades de la ONU esperan que el trabajo del tribunal y las últimas detenciones calmen las críticas y la preocupación del gobierno de Ruanda de que los principales culpables del genocidio escapen a la justicia.
"Espero que con estas detenciones el foco se colocará en la calidad del trabajo hecho por el tribunal, a la luz del innegable éxito judicial que ha tenido", dijo en Arusha el juez Laity Kama, presidente del tribunal. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/lp/ip-hd/97