El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) aspira a que las organizaciones internacionales suspendan su asistencia a proyectos viciados de sobornos y otras prácticas de corrupción.
La agencia sostiene que estas anomalías son un obstáculo al crecimiento económico. Las organizaciones de asistencia "deben ser escépticas al respaldar proyectos que puedan permitir que los funcionarios públicos saquen provecho", según un informe del PNUD titulado "Corrupción y buen gobierno".
"Si no pueden" garantizarlo, "los proyectos no deberían ser aprobados o deberían cancelarse si ya han comenzado" a implementarse, afirma el estudio de 138 páginas, el cual reconoce preocupaciones similares entre donantes occidentales.
El director general del PNUD, James Gustave Speth, dijo que la corrupción es endémica en todos los niveles de las sociedades y representa un cáncer que detiene el desarrollo, y agregó que su agencia se propone respaldar ataques directos e indirectos a prácticas corruptas.
Las medidas indirectas incluyen la reforma de la información pública y la creación de sistemas competitivos para permitir que las empresas compitan por contratos para brindar bienes y servicios a proyectos de desarrollo.
El PNUD también busca una gestión más estricta de los recursos externos y el fortalecimiento de la "sociedad civil", organizaciones no gubernamentales (ONG) y grupos de ciudadanos, como vigilantes de la corrupción.
La acción directa incluye el fortalecimiento de leyes contra la corrupción y la designación de un ombudsman contra las prácticas ilegales, agregó Speth.
El estudio del PNUD coincide con una conferencia de tres días sobre buen gobierno iniciada el lunes. La reunión atrajo a más de 1.000 participantes, inlcuyendo alcaldes, parlamentarios, jueces, líderes comunitarios y representantes de ONG.
Speth anunció el lunes un proyecto piloto de 36 millones de dólares para promover el buen gobierno en países en desarrollo, incluyendo esfuerzos para reducir los sobornos y la corrupción.
El nuevo estudio del PNUD demuestra que la reducción de la corrupción mejorará las perspectivas del desarrollo humano sustentable.
En enero, la Asamblea General de 185 miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó una resolución solicitando al secretario general, Kofi Annan, que asista a los países miembros en el diseño de estrategias para prevenir y controlar la corrupción.
Shabbir Cheema, director de la División de Gerencia y Gobierno del PNUD, dijo que la cuestión de la corrupción es muy compleja, y nadie espera que sea erradicada por completo en cada sociedad.
En realidad, agregó Cheema, las oportunidades para la corrupción a menudo crecen a medida que las sociedades pasan por rápidas transformaciones económicas.
El año pasado, la organización con sede en Berlín Transparency International identificó a Nigeria, Pakistán, Kenia, Bangladesh y China como cinco de los países más corruptos del mundo, y a Nueva Zelanda, Dinamarca, Suecia, Finlandia y Canadá como los más limpios.
La creciente campaña internacional por eliminar la corrupción generó reacciones encontradas en países en desarrollo. Muchos gobiernos y empresas saludaron estos esfuerzos, pero otros se preguntaron cuándo los donantes mirarán hacia adentro.
A muchos preocupa en especial la práctica de la ayuda condicionada, que fuerza a los países beneficiarios a comprar bienes y servicios de donantes a cambio de la financiación del desarrollo.
Según algunas estimaciones, esos contratos cuestan a los países en desarrollo entre 10 y 30 por ciento más que si escogieran libremente en el mercado internacional.
Agencias de la ONU y el Banco Mundial se enorgullecen de reglas vinculantes sobre competencia creadas para asegurar el mayor impacto para sus dólares para el desarrollo. Pero estas instituciones también son atacadas por operar fondos sociales atados a países donantes específicos. (FIN/IPS/tra-en/td/aa/lp/ip/97