La preocupación ante el contrabando que ingresa a Uruguay, principalmente de los vecinos Argentina y Brasl, determinó al gobierno a convocar a las Fuerzas Armadas para combatirlo.
"Usaremos todas las herramientos que nos da la legislación vigente" para librar un "combate frontal" contra el contrabando, declaró este jueves el ministro de Economía, Luis Mosca, adelantándose a posibles críticas.
La irrupción de los militares en tareas históricamente desempeñadas por la policía se produce 25 años después de haber sido llamados para combatir a la guerrilla urbana, una de las razones que condujo a la dictadura militar (1973-1985).
"Ante el esfuerzo impositivo que se le pide a la población, estamos obligados a enfrentar el problema con todos los medios legales a nuestro alcance", afirmó Mosca.
Manifestaciones populares en el interior del país en demanda de mayores fuentes de trabajo y menor presión impositiva pusieron en alerta al gobierno de Julio María Sanguinetti.
El desempleo está ubicado en 11,5 por ciento de una población económicamente activa de 1,3 millones de personas, pero la tasa es aún mayor en algunos departamentos (circunscripciones municipales) del interior.
El director de aduanas, Pablo Illarietti, señaló que en varios departamentos se estimula el contrabando, en lugar de combatirlo.
"Para mucha gente", la venta de productos de contrabando "es el único medio de vida", advirtió a IPS un intendente municipal que pidió reserva de su nombre.
No existen datos oficiales sobre el volumen y monto del contrabando, pero hay 130 puntos de ingreso ilegal de mercaderías, según el gobierno. Hace una década eran 10.
Uruguay tiene por el este y el noreste casi 500 kilómetros de frontera terrestre con Brasil, y la línea limítrofe con Argentina señalada en el este por el río Uruguay se extiende sobre 400 kilómetros, a los que aún debe sumarse el compartido Río de la Plata.
Pese a la zona de libre comercio creada por el Mercado Común del Sur (Mercosur), el ingreso de mercancías de contrabando desde Argentina y Brasil es notorio en las principales ferias vecinales de Montevideo y del interior.
Los vendedores informales también comercializan mercadería ilegal procedente de Bolivia, Chile, Estados Unidos e India, entre otros países, que es ingresada por "maleteros" y que los vendedores compran directamente a "mayoristas".
Un estudio de la empresa Equipos Consultores estableció que en Montevideo, donde vive casi 45 por ciento de los 3,1 millones de habitantes del país, operan por semana 20.929 puestos de venta callejera, de los cuales 46 por ciento ofrecen productos de contrabando.
La actividad informal ocupa entre el 13 y el 26 por ciento de la población económicamente activa.
La tendencia a la eliminación de aranceles en el área del Mercosur no ha sido suficiente para evitar el ingreso de contrabando en Uruguay y la razón reside fundamentalmente en los impuestos internos, que determinan diferencias de precio entre las mercaderías importadas legalmente y las de origen ilegal.
El economista Michele Santo dijo a IPS que los impuestos internos "son espectaculares", y que por ello el contrabando se ve favorecido.
"Los contrabandistas no tienen que pagar esos impuestos. Mientas no cambie la política impositiva, no creo que se pueda combatir con eficacia el contrabando". La represión sólo "aumenta un poco" los costos del contrabandista, observó Santo.
La diferencia de precios en prendas de ropa, bebidas cola, golosinas, dulces, vino o whisky, oscila entre 10 y 50 por ciento en favor de los productos de contrabando.
Un ejemplo claro son las bebidas cola, que en Uruguay, debido a los impuestos internos, tienen un precio superior entre 20 y 30 por ciento con relación a Argentina y Brasil.
Para aumentar la competitividad, el gobierno eliminó el 15 de febrero un impuesto a los refrescos, aunque sólo en los departamentos fronterizos con Argentina y Brasil.
"Aún cuando el arancel fuera cero" para todos los productos importados del área del Mercosur, "igualmente habría contrabando en Uruguay, debido a los impuestos internos", afirmó el ex viceministro de Economía Javier de Haedo.
"La tendencia regional para Uruguay no es buena, porque Argentina y Brasil registran una tendencia a abaratar su productos y nosotros no. Rebajar los impuestos en Uruguay es muy complejo, porque no se podría pagar, por ejemplo el salario de mcuhos trabajadores del Estado", dijo De Haedo.
"No es con represión, sino con competitividad, que se combate el contrabando", concluyó el experto. (FIN/IPS/rr/ff/if/97
