El primer secretario general de la Comunidad Andina (CA), el venezolano Sebastián Alegrett, tendrá el reto de reforzar al bloque, dotarlo de infraestructura adecuada hacer que la integración trascienda lo económico.
Alegrett será desde el 1 de agosto el encargado de abrir una nueva etapa institucional en el grupo conformado por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, tras superar una de las mayores crisis de sus 28 años.
El funcionario dijo a IPS en Caracas, antes de viajar a su nuevo destino en Lima, que otro de sus propósitos es sumar activamente al sector laboral a la integración, en lo interno, y apuntalar la apertura andina a otros bloques, dentro y fuera de la región.
El secretario planteó que la prioridad externa andina es la negociación para establecer una zona de libre comercio con el Mercado Común del Sur (Mercosur), pero que también se le dará gran importancia a aumentar la relación con la Unión Europea.
Alegrett dijo que la CA y la Unión Europea tienen acuerdos comerciales cuya materialización incremetaría notablemente el acceso a Europa. Lo importante es "el acceso real" al mercado europeo, eliminando normas que lo entorpecen y mejorando los controles de calidad andinos, explicó.
También resaltó "el enorme potencial en servicios y en el desarrollo de la infraestructura andina, incluida la red vial", donde "en asociación con Europa se podrían desarrollar grandes proyectos de enorme interés para ambas partes".
La precariedad de la red vial andina dificulta el transporte de sus mercancias, en una subregión que tiene una red troncal de 8.100 kilómetros, una distancia equivalente, por ejemplo, a la distancia entre Lisboa y Yenesei, en Siberia, Rusia.
La apertura a otros esquemas de integración de América Latina y el Caribe, el incremento del dialogo con Chile, el incremento de los nexos con Asia-Pacífico y la activa participación en las negociaciones para establecer un Area de Libre Comercio de América (ALCa), son otros puntales de la agenda andina.
Para Alegrett, un concertador nato, lo importante es "saber sumar", teniendo en cuenta que "el comercio no resuelve todo", sin apostar a un proyecto único -en clara referencia al ALCA-, y donde el grupo andino se mueva "manteniendo la construcción de su propio espacio ideal".
La creación de una Secretaria General, con alto peso político y ejecutivo, es uno de los instrumentos con que el bloque andino busca cohesionar y ampliar su integración, y actuar con más peso en la apertura continental y en la globalización económica.
"El desafio será sumar al proceso de integración otras instancias de las ya cumplidas, extender a nuevos temas como servicios e inversiones el ámbito económico y abrirse a lo sociocultural, para apuntalar una real integración", dijo el economista y diplomático de 55 años.
El secretario andino recordó que el grupo cuenta con órganos, instituciones y convenios que facilitan esta andadura y que la integración es una vía ideal para dar respuesta a los problemas sociales que los ajustes económicos provocan.
El grupo integra geográficamente 4.700 kilómetros, una capacidad de compra de 23.000 millones de dólares anuales, un producto interno bruto superior a los 150.000 millones y una población colectiva de 95 millones de personas.
El bloque cuenta con dos organos financieros que canalizan millonarios recursos al área, un parlamento, un tribunal de justicia, convenios para promover proyectos de educación, salud, y trabajo, y consejos consultivos laborales y empresariales.
En 1989, su alicaida andadura fue reflotada con un enfoque neoliberal que centró su relanzamiento en aspectos comerciales y dio grandes pasos hasta 1993, multiplicándose un comercio de productos no tradicionales, e instituyéndose una zona de libre comercio y una unidad aduanera para las demás importaciones.
La negativa peruana a incorporarse a los compromisos comerciales, los cambios de gobierno en los demás países y las crisis internas de Colombia y Venezuela -sus mayores motores- colocaron al grupo en un momento muy delicado.
Alegrett estuvo vinculado a la integración andina desde el inició de su carrera y fue presidente del venezolano Instituto de Comercio Exterior antes de ejercer como secretario permanente del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), entre 1983 y 1987.
Después fue embajador en Brasil, la Organización de Estados Americanos y Colombia, posiciones donde consolidó su imagen de buen negociador y de innovador en las propuestas para responder a la globalización desde la región latinoamericana.
Tras ser designado secretario general por la última cumbre andina, en abril, participó ya como un articulador de la solución que evitó que Perú cumpliera su anunciada salida del grupo.
Al comenzar agosto, Lima dejará sin arancel cerca de 2.400 rubros, al comenzar a operar un crónograma pactado para sumarse progresivamente a la zona de libre comercio que ya opera plenamente entre los otros cuatro socios desde 1993.
Desde el viernes 1 de agosto también, el bloque constituido en 1969 como un Pacto Andino regido por el Acuerdo de Cartagena, dará vida a la Comunidad Andina de Naciones, mientras que todos sus órganos se integrarán en un Sistema Andino de Integración.
La Comisión formada por los ministros de Comercio dejará de ser la mayor instancia decisoria del grupo, que tendrá ahora encima al Consejo de Cancilleres y el Consejo Presidencial.
Alegrett subrayó que su prioridad inicial será la consolidación interna del bloque, dando a la Secretaría su propio espacio y promoviendo que "lo que va bien, pueda ir mucho mejor".
Hasta ahora, el bloque se apoyaba en una junta técnica de conducción colegiada, con sede en Lima, integrada por un centenar de personas de alta capacidad y mística, según Alegrett, y con las que no será difícil dar el salto a las nuevas tareas.
Alegrett anticipó que promoverá un mayor peso del parlamento andino y fortalecerá, incluido en su presupuesto, el tribunal andino, un respetado instrumento para resolver los contenciosos al que se someten por su iniciativa incluso grandes transnacionales.
Otros de sus objetivos son apuntalar áreas nuevas, como las comunicaciones y la marcha del proyecto satelital, y promover un desarrollo sustentable o ecológicamente concebido en los cinco países miembros, al igual que "contribuir activamente a los equilibrios sociales entre los países y dentro de ellos". (FIN/IPS/eg/ag/if/97