Los presidentes Gonzalo Sánchez de Lozada, de Bolivia, y Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, dieron inicio el viernes 25 a la construcción del gasoducto más grande de América Latina, que se convertirá en el eje de una futura integración energética del cono sur de América.
Un acto celebrado en Puerto Suárez, ciudad boliviana fronteriza con la brasilera Corumbá, en el este del país, marcó el inicio del más ambicioso proyecto binacional entre Bolivia y Brasil, tras más de cuatro décadas de negociaciones.
El gasoducto, de 3.150 kilómetros, el tercero más extenso del mundo, será el "cordón umbilical que unirá dos economías y atravesará siete estados y 120 municipios brasileños", dijo Cardoso en el acto.
"Este es un enlace efectivo entre Bolivia y Brasil. Ya somos socios en el Mercado Común del Sur (Mercosur), tenemos otros vínculos, pero esta es una ligazón umbilical fundamental que será de beneficio de nuestros pueblos y también intentará disminuir las desigualdades entre nuestras naciones", añadió.
El presidente de Brasil calificó el futuro gasoducto que se construirá entre Río Grande (Bolivia) y Sao Paulo como "la madre del progreso" del cono sur de América, a la que en un futuro próximo se integrarán la producción gasífera de Argentina y los campos de Camisea, en Perú.
Cardoso garantizó que en todas las obras que se realizarán para el tendido del ducto habrá una preocupación por el ambiente, y en su uso final el gas boliviano que se utilizará en la industria de Sao Paulo será una energía barata y no contaminante.
En tanto, Sánchez de Lozada afirmó que este proyecto de integración gasífera le dará a Bolivia la esperanza de mejores condiciones de vida para sus habitantes, y a Brasil la capacidad de ser más competitivo en el mundo globalizado de hoy.
El gasoducto y la futura exportación de gas permitirán a Bolivia un crecimiento adicional de su economía entre 0,5 y 1,5 por ciento anual, aseguró el mandatario. En los últimos años, Bolivia tuvo un crecimiento anual promedio de tres por ciento.
Sánchez de Lozada dijo que en una economía "tan pequeña como la boliviana, un solo proyecto va a tener un gran impacto, y va a compensar ampliamente el desbalance" en el intercambio con Brasil e incluso permitirá que el país cubra su déficit comercial hasta el año 2000.
El mandatario también resaltó la dimensión ambiental de este proyecto porque proveerá a varios estados brasileros abundante energía limpia para movilizar la industria.
Al acto de Puerto Suárez asistieron como invitados especiales los ex presidentes de Brasil Itamar Franco y José Sarney, y los ex mandatarios bolivianos Jaime Paz Zamora y Hugo Banzer. Este último volverá a gobernar Bolivia desde este 6 de agosto.
"Iniciar una obra que tiene un contenido de integración fabuloso es un hecho histórico para América del Sur, porque se abren enormes oportunidades para Bolivia, pero también para el gas de Perú y Argentina", dijo a IPS Enrique García, presidente de la Corporación Andina de Fomento CAF).
La CAF fue el primer organismo multilateral que concedió un crédito a la empresa Petrobras, de 215 millones de dólares, para el financiamiento parcial del gasoducto.
Los ejecutivos de las empresas privadas que tendrán a su cargo la construcción del gasoducto afirmaron en el acto que el tendido de la tubería estará concluido en un plazo de 18 meses.
Ese día comenzará la venta de ocho millones de metros cúbicos de gas natural por día, cantidad que crecerá progresivamente hasta llegar a la máxima capacidad de transporte del ducto, que es de 30 millones de metros cúbicos por día.
El gasoducto, de 32 pulgadas de diámetro, tendrá una extensión de 557 kilómetros en el lado boliviano y 2.593 kilómetros en la parte brasilera, y demandará una inversión aproximada de 1.800 millones de dólares, 460 millones en Bolivia y 1.340 millones de dólares en Brasil.
Será operado por el consorcio Enron-Shell en el lado boliviano, y por Petrobras, Petrofertil y el consorcio conformado por British, Tenneco y BHP en el lado brasilero. (FIN/IPS/jcr/ag/if/97