Programadores de computadoras de India pretenden ganar parte de los 600.000 millones de dólares que se repartirán quienes aventen la pesadilla que se cernirá sobre las redes informáticas a la medianoche del 1 de enero del 2000.
A medida que los costos de la reprogramación suben en espiral, compañías de todo el mundo apelan a expertos indios para evitar la segura pérdida de archivos con el cambio de siglo.
El inconveniente se origina en el hecho de que los primeros programadores utilizaban apenas las dos últimas cifras del año en cada ingreso de información a los sistemas informáticos, sin prever la proximidad del segundo milenio de la era cristiana.
La resolución del «problema del año 2000» (Y2K, como se le conoce por sus siglas en inglés) requiere conocimientos de viejos lenguajes de programación, como el COBOL, muy utilizados en India.
Mientras tanto, en Occidente son escasos los técnicos familiarizados con estos lenguajes, explicó Sunil Agarwal, director de la empresa estatal Software Technology Parks (STPI), que ha instalado siete «parques de software» en todo el territorio de India.
La abundancia de programadores indios que apelan al COBOL se debe a que ese lenguaje era el instalado en las «mainframes» (grandes computadoras anteriores a las redes de computadoras personales) IBM antes de 1977.
Ese año, la compañía IBM, al igual que Coca Cola y otras, se retiraron de India porque, de lo contrario, se habrían visto obligadas a reducir su participación accionaria en las filiales nacionales a 40 por ciento, como lo requerían las leyes de nacionalización dispuestas entonces.
El lenguaje COBOL también se mantuvo en uso debido a que las empresas, muy protegidas por el Estado antes de la liberalización hoy en curso, no sentían necesidad de modernizarse y adoptar nuevos lenguajes o sistemas, como sí lo hicieron las del resto del mundo.
Muchas compañías de programación indias percibieron las oportunidades que les abre esta diferencia y ya instalaron oficinas en el extranjero o sellaron alianzas estratégicas con consultores dedicados al problema Y2K.
Dewang Mehta, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Servicios y Compañías de Programación (NASSCOM), sostuvo que el problema Y2K podría generar negocios por 5.000 millones de dólares a las empresas indias.
Para alentar esa corriente, NASSCOM difunde un directorio de 135 compañías nacionales de «software» que ya están dedicadas a abordar el Y2K. Allí constan sus características y, en especial, sus alianzas con empresas de Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países.
Estas firmas realizan, gracias a los vínculos establecidos por la STPI, estudios de factibilidad de reparación de programas, aislamiento de información, modificación de aplicaciones y pruebas para asegurarse de que las soluciones funcionan, dijo Mehta.
Las diferencias de horario entre Estados Unidos e India también motivaron el traslado de uno a otro país de muchas tareas de secretaría relacionadas con la informática, como transcripción de dictados por correo de voz así como trabajos de respaldo a grandes aerolíneas.
Los expertos consideran que India es una de las opciones más atractivas para quienes demandan servicios de «software» en Estados Unidos, no solo porque su mano de obra es barata sino por su alta calidad.
«Al menos 100 empresas indias tienen certificados de calidad mundial ISO 9.000 y una filial de Motorola obtuvo una puntuación que solo logran organizaciones como la NASA», afirmó Mehta.
El éxito de India en el sector informático también generó interés en China. Ambos países negocian la constitución de empresas de riesgo conjunto. Mehta y Agarwal viajaron a Beijing en una misión oficial este mes para considerar esa posibilidad.
Estos proyectos se destinarían a los grandes mercados de Japón y Corea del Sur. India y China tienen dificultades para ingresar a ellos, una por diferencias idiomáticas, otra por hostilidades tradicionales.
La industria india del «software» factura cada año 3.000 millones de dólares, de los cuales 1.800 millones corresponden a exportaciones a China. Allí, el sector factura 1.300 millones de dólares al año.
El problema Y2K no solo amplía el negocio sino que ubica a India en el mercado de solución de problemas informáticos. Entre ellos figura la conversión de los archivos cuando se imponga la moneda común europea (euro) y las fallas que origina en algunos programas la imprevisión de años bisiestos.
M. A. J. Jayaseelan, secretario de la poderosa Federación de Cámaras de Comercio e Industria de India (FICCI), atribuyó el éxito de India en materia de «software» al trabajo conjunto entre empresas privadas y el gobierno en Nueva Delhi.
La actividad industrial en India se caracteriza por carencias de infraestructura básica, por ejemplo, en materia de transporte y generación de energía, y la mala calidad de las materias primas.
Todo eso erosiona la capacidad exportadora del país, pero «el software elude esos inconvenientes porque depende en exclusiva de la mano de obra y está aislada de los problemas externos en ‘parques de software»‘, dijo.
Hasta ahora, se han instalado siete de estos «parques», cada uno con su «puerta» de entrada y salida satelital.
Las exportaciones, en especial las ventas directas al exterior, crecen con rapidez. Estos «parques» atrajeron inversiones de empresas transnacionales e indios expatriados.
Pero P. S. Narotra, director de un «parque de software» en las afueras de Nueva Delhi, se lamentó por la falta de interconexión de redes debido a que esos servicios son suministrados por empresas monopólicas.
Otro problema es que los programadores cambian de trabajo con frecuencia, muchos de ellos al exterior, a causa de los bajos salarios, agregó Narotra.
«Los salarios de los programadores indios suben 40 por ciento cada año. Si la tendencia continúa, el país perderá pronto la ventaja de costos frente a competidores como Irlanda, Indonesia y China», advirtió.
El problema Y2K generó una demanda de técnicos conocedores del lenguaje COBOL en el extranjero que perjudicó, a la postre, a las empresas indias.
El programador Sushil Malhotra, quien emigrará a Estados Unidos, dijo que las diferencias de salarios son demasiado grandes (hasta cinco veces mayores) para ignorarlas.
A menos que las empresas indias aumenten los suyos, tanto ellas como los «parques de software» se convertirán, pronosticó, en meros centros de entrenamiento. (FIN/IPS/tra-en/rd/an/mj/cr if/97