Los capitales no huyeron de Hong Kong tras la devolución del enclave a China el día 1. Muy por el contrario, las empresas controladas por Beijing aseguraron su permanencia a través de una abundante inyección de inversiones.
La torre de vidrio azulado de la China International Trust and Investment Corporation (CITIC) es característica del paisaje de Hong Kong, frente al cuartel que dejaron libre las tropas británicas y hoy ocupa el Ejército de Liberación Popular de China.
El edificio de CITIC, principal compañía de inversiones en el extranjero del gobierno chino, adorna un horizonte dominado por la torre del Bank of China.
Se trata de uno de los muchos bienes inmuebles que compró Beijing en el distrito comercial de Hong Kong a medida que el dinero chino comienza a fluir hacia la ex colonia británica.
Algunos economistas pronosticaron el año pasado una huida masiva de capital de Hong Kong cuando fuera devuelta por Gran Bretaña a China. Eso ya ocurrió. Pero las predicciones no se cumplieron y, por el contrario, se registró un flujo masivo de capital de Beijing al enclave.
Muy pocos previeron ese escenario hace 12 meses. "La gente hablaba de una posible quiebra de Hong Kong. Pero nadie habla de eso ahora", dijo el secretario de Finanzas de Hong Kong, Donald Tsang.
Muchos economistas creen ahora que la estrategia de China es reforzar la economía de Hong Kong a toda costa para demostrar que la devolución del territorio no generará una corrida de capital. "La confianza en Hong Kong es considerada una señal de la confianza en China", sostuvo un analista.
Pero no fue necesario esperar mucho tiempo después de la entrega para constatar que el capital no seguiría el camino de retirada emprendido por los británicos.
"Desde fines de 1996, el gobierno de China aflojó hasta cierto grado su estrecho control sobre las divisas extranjeras y tolerado un incremento del flujo de capital hacia Hong Kong", informó la consultora DBS Investmente Research, con sede en Singapur.
"La medida está vinculada con la intención de Beijing de estabilizar el mercado de Hong Kong durante el período de transición", agregaron los expertos de la firma.
En años anteriores, China trabó el flujo de dinero hacia Hong Kong por temor a que eso originara una burbuja especulativa. Las empresas chinas apelaban, por lo general, a firmas de terceros para adquirir bienes en la entonces colonia británica. Por eso es difícil estimar las inversiones de Beijing.
Hoy, 1.800 firmas chinas (había apenas 120 en 1979) poseen 195.000 millones de dólares en el territorio, cifra solo superada por los intereses británicos, dijo al diario chino Wen Wei Po el gerente de la Asociación de Empresas Chinas de Hong Kong, Shi Jiyang.
Shi admitió que se trata de una cifra conservadora, pues excluye los bienes y operaciones que no están bajo directo control del estado.
DBS estimó la inversión extranjera directa anual en China en los últimos tres años en 2.000 millones de dólares. "Se cree que buena parte de esas inversiones ingresan a Hong Kong, pues las empresas chinas han asumido un papel cada vez más activo en los últimos años", explicó la firma consultora.
Otros análisis sostienen que más de 80 por ciento de la inversión extranjera directa hacia China en los últimos tres años se dirigió hacia Hong Kong.
El valor de las compras de empresas chinas en Hong Kong difundido de forma oficial fue de 3.530 millones de dólares este año. En 1996, fueron 1.100 millones de dólares. Pero esas cifras no incluyen, con seguridad, todas las transacciones.
CITIC adquirió la quinta parte de China Light and Power en enero y China Telecom adquirió 5,5 por ciento de Hong Kong Telecom un mes antes de la entrega. Ambas operaciones ascendieron a 3.000 millones de dólares de la cifra declarada este año.
Pero la inversión china en Hong Kong podría ser muchísimo mayor. "Hay, significativamente, más rumores sobre compañías chinas que compran compañías de Hong Kong que transacciones anunciadas de forma oficial", dijo el director de Corporaciones y Finanzas de BZW Asia, Kalpana Desai.
Las adquisiciones inmobiliarias se declaran en raras ocasiones, pues Beijing las desaprueba. Pero agentes del sector en Hong Kong afirman que las compras hechas por chinos o compañías que operan en su nombre representaron 50 por ciento de las ventas de propiedades de lujo y comerciales.
"Vienen a Hong Kong a especular porque se enteraron de que el mercado está en auge", dijo Li Wing-on, de la consultora inmobiliaria China Real Estate Investment Consultants.
"Las empresas chinas están involucradas en casi todos los sectores de la actividad aquí", sostuvo Alex Tang, jefe de investigaciones de Tamaichi International.
La firma Yamaichi asesora a numerosos representantes de gobiernos provinciales chinos. "Están interesadas en adquirir bienes y empresas. Quieren tener parte en Hong Kong", dijo Tang.
Basándoses en el número de chinos que apelan a sus servicios en los últimos meses, los analistas prevén que continúe un gran auge de las compras al menos hasta finales de año.
Los bancos locales saben que tendrán una dura competencia con los procedentes del resto de China, pues los analistas pronostican que las próximas operaciones se dirigirán al sector financiero.
El Banco de China está activo en Hong Kong hace más de un decenio, pero otros bancos chinos de menor tamaño expresaron su interés en comprar acciones en varias entidades locales para poner un pie en el sector.
China también espera participar en grandes proyectos de infraestructura y en la construcción de puentes, túneles y carreteras entre Hong Kong y el continente. Ya posee intereses importantes en terminales portuarias.
Hasta ahora, centró sus operaciones en firmas como China Light and Power, Hong Kong Telecom y las aerolíneas Cathay Pacific y Dragonair.
Los analistas afirman que la intención no es solo comprar empresas redituables sino el control estratégico de industrias antes propiedad de británicos.
En ese sentido, observan que las compañías chinas no han manifestado interés en firmas importantes, como Hong Kong Electric y Hong Kong and China Gas, cuyos propietarios son magnates locales, Li Ka-shing y Lee Shaw-kee, considerados "patriotas".
La adquisición por parte de empresas chinas de porciones significativas de los paquetes accionarios de compañías de Hong Kong eran consideradas en el pasado manifestaciones de hostilidad de Beijing, pero esas actitudes están cambiando.
Con la participación de China, los valores de las acciones aumentan, a medida que los inversores extranjeros también participan.
Dragonair, la segunda aerolínea de Hong Kong, fue un caso paradigmático. Poco después de que Aerolínea Nacional de China compró 35,86 por ciento de su paquete accionario al conglomerado británico Swire el año pasado, la compañía obtuvo varias rutas aéreas muy lucrativas hacia el continente.
"China no solo busca una parte de las acciones. Busca otra cosa. El mercado de Hong Kong tiene un potencial de crecimiento limitado y las firmas deben diversificarse. Del otro lado de la frontera está otro gran pedazo de la torta", dijo Keith Wo, jefe de investigaciones de Hong Kong y China en Peregrine Securities. (FIN/IPS/tra-en/ys/js/mj/if/97