Una misión humanitaria en la que participa un grupo de 300 marines de Estados Unidos en la construcción de escuelas y edificios estatales, reparación de caminos y salud en Guyana genera resistencias de la oposición.
El proyecto "Nuevos Horizontes '97" fue lanzado este miércoles por el presidente de Guyana, Samuel Hinds, el embajador en funciones de Estados Unidos, Hugh Simon, y altos funcionarios de ambos países con grandes elogios al papel de los estadounidenses.
Cuando ambas partes anunciaron su intención de lanzar la misión de ocho semanas a comienzos de este año, los partidos opositores liderados por el Congreso Nacional del Pueblo (CNP) presentaron objeciones, alegando que la realización de la misión antes de las elecciones nacionales causaba de preocupación.
La fecha original de octubre se adelantó entonces a julio, para permitir que la misión finalizara antes en lugar de comenzarla en el punto más alto de la campaña electoral.
Ahora se plantearon nuevos problemas. El canciller Clement Rohee fue cuestionado sobre la inmunidad diplomática de los marines durante su estadía en Guyana.
Rohee respondió que ese tipo de privilegios se entrega en general a soldados visitantes que participan en ese tipo de misiones. "Si hay un accidente o un incidente, intentaremos resolverlo en mutuo beneficio", sostuvo.
Un Memorando de Entendimiento que cubre los dos meses de operación es más específico. "Si las autoridades de Guyana detienen a personal de Estados Unidos, los guyanenses deben notificar a la embajada estadounidense y entregar al personal al control de Estados Unidos", indica el documento.
El memorando indica que el personal puede portar armas si fue autorizado por altos funcionarios.
Los marines estadounidenses disfrutarán otros privilegios que según las autoridades son necesarios para el buen discurrir de la misión, entre ellos excepciones de impuestos a importaciones, y cargas de avión y otros medios de transporte utilizados.
Uno de los aspectos más visibles de la misión implica la reconstrucción de una escuela comunitaria en el centro de Georgetown y la rehabilitación de un hogar para la tecera edad en el sur de la ciudad.
Esta área del proyecto también es objeto de polémica, y una disputa con la alcaldía liderada por el ex primer ministro Hamilton Green, quien amenaza con evitar que los estadounidenses participen en cualquier ejercicio de construcción, ya que el gobierno no solicitó permiso para llevar a cabo este programa.
El concejo amenazó con tomar represalias si las autoridades deciden seguir adelante con un plan para desmantelar puestos callejeros construidos con reservas estatales para vendedores ambulantes. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/lp/ip/97