El Director Ejecutivo del Programa de Control Internacional de las Drogas (UNDCP), Giorgio Giacomelli, destacó el lunes la magnitud de la lucha emprendida por los países latinoamericanos contra el trafico de droga.
Giacomelli, quien también es subsecretario general de las Naciones Unidas (ONU), presentó este lunes el informe internacional sobre las drogas en una conferencia de prensa conjunta con el subsecretario de Relaciones Exteriores de Italia, Rino Serri.
Subrayando los esfuerzos conducidos en América Latina para la erradicación y sustitución de cultivos ilícitos así como para el desarrollo de culturas alternativas, invitó a los países ricos a otorgar más fondos a los gobiernos del área.
La "comunidad internacional tiene una responsabilidad esencial en el desarrollo de los cultivos alternativos. Un apoyo externo, por medio de programas de ayuda al desarrollo, constituye un factor clave", aseguró.
Según señaló Giacomelli, la industria de las drogas ilícitas cosecha unos 400.000 millones de dólares cada año, equivalente a cerca del ocho por ciento del total del comercio internacional.
En 1994, las ganancias producidas por el narcotráfico fueron más elevadas que las generadas por el comercio internacional de hierro, acero y automóvil y análogas al de textiles.
Giacomelli reclamó la necesidad de mayores controles sobre los sistemas bancarios, para evitar el blanqueo de dinero sucio, y se manifestó contrario a la legalización de drogas, tanto por motivos de salud pública como de eficacia.
El 98 por ciento de la oferta mundial de cocaína proviene de Perú, Colombia y Bolivia.
La mitad del área mundial dedicada al cultivo de la hoja de coca, unas 220.000 hectáreas, está situada en Perú.
La producción mundial ilícita de hojas de coca duplicó entre 1985 y 1994, indicó el jerarca internacional italiano.
Por otra parte, observó que desde la mitad de los años 80 el se ha registrado un fuerte aumento en el uso de estimulantes sintéticos, en particular anfetaminas, consumidas por 30 millones de personas, 0,5 por ciento de la población mundial.
Según estimaciones oficiosas del UNDCP, entre 3,3 y 4,1 por ciento de la población mundial consume drogas ilícitas.
La más frecuentemente usada es el hachís, consumida por cerca del 2,5 por ciento del total de la población mundial, es decir unas 140 millones de personas.
Desde el punto de vista sanitario, expresó Giacomelli, la heroína es la más peligrosa.
La heroína sería consumida por alrededor de ocho millones de personas, 0,14 por ciento de la población mundial, y la cocaína por al menos 13 millones (0,23 por ciento).
En 1996, entre cinco y 10 por ciento de quienes padecían de sida fueron contagiados por el uso de jeringas contaminadas. (FIN/IPS/jp/dg/ip-he/97
