El fin del monopolio del Estado en el sector petrolero de Brasil anuncia la asociación de capitales nacionales y extranjeros con Petrobrás, una corporación que escapó a la ola de privatizaciones.
Ya hay 65 empresas interesadas en participar en los 138 proyectos que la estatal Petrobrás ofreció al mercado para exploración y producción de petróleo y gas natural. Las inversiones pueden alcanzar a 3.000 millones de dólares.
Petrobrás se adelanta así a la entrada en vigor de la ley aprobada en el Congreso legislativo para reglamentar la apertura del sector. A la nueva norma se sumará la creación de la Agencia Nacional de Petróleo, que dictará la política petrolera del país.
El área petrolera fue la única excluida del plan de privatizaciones puesto en marcha por el gobierno tras la enmienda constitucional de 1996.
Petrobrás permanece en la órbita del Estado, mientras ya pasaron al sector privado otros símbolos del nacionalismo, como la minera Compañia Vale do Rio Doce y la Siderúrgica Nacional, y se privatizan las grandes empresas de telecomunicaciones, energía eléctrica y transporte.
Creada en los años 50, como resultado de una amplia movilización nacionalista, Petrobrás es la empresa más poderosa de Brasil.
El gobierno de Fernando Henrique Cardoso entendió que no hay condiciones políticas para promover su privatización, pero eliminó su monopolio en el área petrolera.
En efecto, la enmienda constitucional abrió el sector petrolero a la competencia de capitales privados de cualquier procedencia, tanto en la exploración y producción como en la importación y la refinación, actividades antes exclusivas de Petrobrás.
Las primeras reacciones, sin embargo, anuncian que la creación de asociaciones prevalecerá sobre la competencia en esta fase inicial de monopolio "flexibilizado". El sector exige grandes inversiones a largo plazo y ese hecho desestimula los proyectos audaces.
Es la opción, por ejemplo, de Petróleo Ipiranga, el mayor grupo privado nacional del área, que domina 28 por ciento de la venta de derivados del crudo en el país y sólo es superado por la Petrobrás Distribuidora, que controla 36 por ciento del mercado.
Petróleo Ipiranga se propone invertir en los próximos años 2.000 millones de dólares, en asociación con Petrobrás, especialmente en refinación petrolera y en el transporte de crudo por oleoductos.
"No hay otro camino", dijo Carlos Alberto Bastos, accionista y directivo de Petróleo Ipiranga. Las empresas que pretendan aprovechar la apertura del mercado petrolero de Brasil deben asociarse a Petrobrás, afirmó.
El mercado no admite nuevas refinerías y las firmas privadas sólo puede aspirar a compartir la ampliación o mejoras en las unidades de Petrobrás, señaló Bastos, para ilustrar su afirmación.
La exploración y producción de petróleo dependen del conocimiento acumulado por la corporación estatal que, naturalmente, mantendrá el control de los yacimientos más prometedores.
De todos modos, Petrobrás se prepara para nuevos tiempos de competencia. Su meta es terminar este año con una producción diaria de un millón de barriles de crudo y llegar a 1,6 millones en el 2000, según informaron sus técnicos.
La extracción de crudo alcanzó en 1996 un promedio de 809.000 barriles diarios, frente a 715.000 barriles en 1995.
El consumo actual se acerca a los 1,5 millones de barriles diarios, y su crecimiento es impulsado por la ampliación del mercado de automóviles. La venta de vehículos aumentó cien por ciento en cuatro años.
Un portavoz de Petrobrás puntualizó que la meta de producción de 1,6 millones de barrilles de crudo por día para el 2000 no fue fijada en busca de la autosuficiencia.
El camino son las asociaciones, tanto internas como internacionales, con actores privados o públicos. Una misión técnica de Petrobrás visitó Caracas la semana última, para seguir negociando proyectos conjuntos con Petróleos de Venezuela.
El objetivo de las dos corporaciones estatales es asociarse en una nueva empresa, PetroAmérica, que exploraría los ricos yacimientos de Venezuela, explicó José Coutinho Barbosa, director de operaciones internacionales de Petrobrás.
PetroAmérica también vendería derivados del petróleo en Brasil, especialmente en el norte y el nordeste, agregó Barbosa. (FIN/IPS/mo/ff/if/97