Los intereses opuestos de países en desarrollo de Asia y el Pacífico socavan los esfuerzos de la región por exigir al mundo industrializado una significativa reducción de sus emisiones de gases que producen el efecto invernadero, según expertos.
En una conferencia internacional sobre cambio climático celebrada en Manila, autoridades y ambientalistas señalaron que las divisiones en la región dificultan las ya de por sí complejas negociaciones para fijar nuevas metas sobre control de las emisiones de los países ricos luego del 2000.
"Los países asiáticos no tienen el mismo sentido de solidaridad que los de Africa o América Latina", aseguró Antonio La Viña, subsecretario (viceministro) de Ambiente de Filipinas, el país anfitrión.
"Es algo que sobre lo que deberíamos profundizar", declaró en la conferencia de tres días que terminó el domingo 19.
Filipinas, Malasia y Tailandia apoyan la adopción de metas más estrictas en materia de reducción de gases invernadero, en especial el dióxido de carbono que se genera en muchísimos procesos industriales.
Para Indonesia, las cosas son más complicadas. Por un lado, es una gran nación archipélago que sufrirá por el creciente nivel del mar que provoca el cambio climático. Por otro, es un país productor de petróleo cuyos ingresos se reducirán si disminuye la dependencia mundial de los combustibles fósiles.
Los países insulares del Pacífico pretenden que haya metas más rigurosas para reducir las emisiones, pues sus territorios serían los más afectados por la elevación de los mares provocada por el calentamiento mundial.
China e India, que suman 2.000 millones de habitantes, casi un tercio de la población mundial, son grandes productores de gases invernadero debido a su elevado consumo de combustibles fósiles.
Los países industriales pretenden que los dos estados asiáticos reduzcan sus emisiones de gases invernadero. Pero China e India afirman que tienen derecho, igual que ellos, a aspirar al desarrollo industrial, al tiempo que atribuyen los principales daños al Norte.
"La gran divergencia que existe en Asia" dificulta la unificación de posiciones, observó Gurmit Singh, de la organización no gubernamental Climate Action Network, que opera en el sudeste de Asia.
La incapacidad para elaborar una postura común disminuye el peso que los países en desarrollo de Asia debería tener para presionar al mundo industrial, sostienen analistas.
Hasta el momento, las negociaciones se encuentran a mitad de camino entre países en desarrollo que pretenden metas más severas y naciones ricas como Estados Unidos, Japón y Australia, más cautelosas para suscribir compromisos firmes y con metas concretas y cuantificables.
"Las cosas desde 1992 cambiaron con mayor lentitud de lo que nos gustaría", dijo Ravi Sharma, funcionario del Programa de Naciones Unidas para el Ambiente (PNUMA).
De acuerdo con la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático firmada en 1992, los países industrializados están comprometidos a reducir las emisiones de dióxido de carbono a los niveles de 1990 en el 2000.
El Norte industrializado produce 75 por ciento del total de las emisiones de gases invernadero. Estados Unidos produce la mayor cantidad y representa 25 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono, seguido por Japón, con cinco por ciento.
Los gases invernadero, liberados por la quema de combustibles fósiles como carbón, petróleo y gas natural, se acumulan en la atmósfera y atrapan la radiación solar, calentando el planeta a un ritmo preocupante.
Los científicos pronostican que el calentamiento tendrá consecuencias caóticas sobre el clima, lo que a su vez provocará la inundación de zonas costeras y perturbaciones en la agricultura y economías enteras.
Dadas las consecuencias proyectadas del calentamiento del planeta, la comunidad mundial percibe que los compromisos asumidos en 1992 fueron insuficientes, aun cuando los países ricos están lejos de cumplir con su promesa de estabilizar las emisiones de gases invernadero.
Las emisiones de dióxido de carbono de Japón, por ejemplo, aumentaron 8,3 por ciento entre 1990 y 1995.
En 1995, comenzaron nuevas negociaciones para asegurar el cumplimiento de las metas de reducción de emisión de gases invernadero del mundo industrializado.
Las conversaciones terminarán en Kyoto, Japón, en diciembre, donde los signatarios del acuerdo de la ONU fijarán objetivos más allá del 2000.
Hasta hoy no existe acuerdo sobre las metas y el desafío de Kyoto será congeniar los intereses de los países del Norte industrializado con los del Sur en desarrollo.
Estados Unidos y Japón evitaron comprometerse con metas numéricas mientras la Unión Europea pretende una reducción de emisiones de invernadero de 15 por ciento por debajo de los niveles de 1990 para el 2010.
Los estados insulares pretenden una reducción de 20 por ciento de las emisiones de los niveles de 1990 para el 2005. Otros proponen una reducción similar más otra de 20 por ciento para el 2010.
Las divisiones de Asia afectaron a los estados del Pacífico, que serán los más perjudicados por el cambio climático. "Creo que la mayor debilidad de la región de Asia y el Pacífico es que no apoyó con la fuerza debida a los pequeños estados insulares", destacó Singh.
Aun entre grupos asiáticos subregionales como la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) no hay una postura común ni un debate profundo sobre el cambio climático, añadió Singh.
Mientras, las naciones en desarrollo reciben presión para controlar sus propias emisiones de gases invernadero.
Washington pretende que los países del Sur fijen sus propias metas. "Nosotros emitimos más que nadie, por lo que debemos actuar en primer lugar, pero los demás también tendrán que hacerlo en forma gradual", declaró el subsecretario de Estado para Asuntos Mundiales de Estados Unidos, Timothy Wirth.
Un nuevo informe afirma que las naciones en desarrollo están haciendo esfuerzos en ese sentido.
El estadounidense Instituto de Recursos Mundiales señaló que las medidas que tomó China en los años 80 para elevar el precio de la gasolina y aumentar la eficiencia condujeron a una reducción de 20 por ciento de los niveles estimados en las emisiones de carbón.
Una declaración conjunta divulgada tras el encuentro de cambio climático en Manila sostuvo que los países en desarrollo "están haciendo más de lo que les corresponde" para cumplir con los compromisos asumidos por la convención de 1992.
Por ahora, los países en desarrollo pueden argüir que los países ricos cargan con la mayor parte de la responsabilidad para limitar las emisiones de gases invernadero, pero esto cambiará ya que sus propias emisiones crecen con rapidez.
Se estima que el mundo en desarrollo emitirá más gas invernadero que los países industrializados dentro de 30 años. Las economías de Asia y el Pacífico crecen con rapidez y la región produce en la actualidad 25 por ciento de las emisiones mundiales de dióxido de carbono.
A medida que crece su propia responsabilidad, las naciones en desarrollo deben tomar la delantera en las conversaciones de cambio climático, sostuvo La Viña.
Las actuales negociaciones sobre cambio climático son la "última oportunidad para sacar provecho del argumento histórico" de que las naciones ricas, y no las pobres, son las que deben hacer más para disminuir los gases de invernadero, concluyó. (FIN/IPS/tra-en/js/ral/aq/en/97