Al menos dos grandes compañías mineras extranjeras podrían anunciar en las próximas semanas a habitantes de villas de Suriname que deberán dejar sus tierras para dar paso a la extracción de oro.
Representantes de las empresas de propiedad canadiense Golden Star Resources Ltd. y Cambior Inc. de Montreal entregaron al ministro de Recursos Naturales de Suriname, Errol Aibux, los resultados de estudios de viabilidad para la explotación de 17.000 hectáreas en el área de Gross Rosebel, al este del país.
Los informes indican que Golden Star planifica iniciar en julio la construcción de una mina de oro con un costo de 172 millones de dólares. La construcción deberá estar finalizada en 18 meses.
Las objeciones de habitantes de las villas sobre los efectos en sus vidas no han sido tenidas en cuenta por las autoridades, aparentemente más interesadas en las divisas que podría aportar el nuevo negocio que en los habitantes de Nieuw-Koffiekamp.
El emprendimiento podría brindar empleo a unas 1.500 personas, mientras se espera que el gobierno gane millones de dólares por derechos e impuestos.
A medida que los planes avanzan, autoridades de Golden Star intentan convencer a los habitantes de Nieuw-Koffiekamp de los beneficios para el país si cooperan y se trasladan para dar lugar a la extracción.
Si esta táctica no da resultado, autoridades de Golden Star utilizarán la del temor, dijeron analistas.
Los planes prevén una mina abierta a 500 metros de la villa. Un mina activa opera 24 horas al día siete días a la semana, usando equipos y explosivos, "lo cual podría herir a varias personas si están expuestas a las explosiones", dijo David Fennel, jefe ejecutivo de Golden Star.
"Además de las molestias generales por la mina, la gente no podrá continuar viviendo en la comunidad. La presencia de una mina activa impedirá la continuidad de las actividades agrícolas", añadió.
En su intento de persuadir a los habitantes de las villas para que se retiren, Fennel les recordó lo ocurrido en la mina de oro de Omai, en Guyana, hace menos de dos años.
En agosto de 1995 un accidente en esta mina Omai virtió más de 3,2 millones de metros cúbicos de desechos conteniendo cianuro en los ríos Omai y Essequibo, mantando peces e impidiendo el uso de las aguas durante varias semanas.
Las vidas de cientos de residentes fueron seriamente alteradas por la contaminación de las aguas.
Esta es la segunda vez que sus vidas son alteradas de este modo. En la década de 1960, los habitantes de las villas fueron desplazados de sus tierras con la construcción de una represa hidroeléctrica. (FIN/IPS/tra-en/rvdk/cb/lp/en-pr/97