La oposición mexicana calificó hoy de demagógico un plan económico lanzado por el gobierno con apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y que apunta a evitar la repetición una crisis similar a la de 1994.
Los rasgos dominantes del programa, además de sus índices halagüeños, consisten en el énfasis puesto en el ahorro interno y en la promesa de evitar un colapso como el que suele acompañar desde hace varios sexenios las sucesiones presidenciales.
En un inusual apoyo público inmediato, el FMI elogió la iniciativa, a la que definió como "ambiciosa pero alcanzable", señalando que muestra "determinación por consolidar la estabilidad".
El director del departamento del hemisferio occidental del organismo financiero, Claudio Loser, dijo en Washington que el acento puesto en reestructurar el sistema bancario y avanzar en una mayor desrregulación tendrá buenos resultados.
En cambio el presidente del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, afirmó que "el plan oficialista tiene claros fines electoreros y es otra promesa demagógica del fundamentalismo neoliberal".
Aludió así a los comicios legislativos y estatales previstos para el próximo 6 de julio, donde el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) podría perder la mayoría absoluta en el parlamento.
"Es como un avión sin tren de aterrizaje, ya que no hay manera de hacerlo bajar porque no tiene ningún sustento técnico, no sólo en lo económico sino sobre todo en lo político", señaló.
El muevo Programa Nacional de Financiamiento para el Desarrollo (Pronafide) promete para el lapso 1997-2000 un aumento anual promedio del producto interno bruto mayor a cinco por ciento y un descenso de la inflación de 15 a 7,5 por ciento.
Este año, con un incremento mayor a cinco por ciento, la producción recuperará el nivel absoluto de 1994, luego de caer siete por ciento en 1995 y remontar tres por ciento en 1996.
El crecimiento demográfico mexicano es del 1,6 por ciento anual, por lo que el producto por habitante está aún por debajo del período anterior al estallido de la crisis, que forzó un paquete de rescate financiero mundial de más de 40.000 millones de dólares.
El nuevo plan se sustenta en que se cumpla el objetivo gubernamental de incrementar la inversión basada en el ahorro interno, hoy menor a 20 por ciento del producto interno bruto (PIB), hasta 25 por ciento.
A la vez fija un tope al déficit de cuenta corriente de tres por ciento del PIB.
Simultáneamente las autoridades prevén crear en el período considerado un millón de empleos al año, lo que incrementaría en 20 por ciento el número de asalariados pero no disminuiría el de desempleados, debido al crecimiento demográfico.
Al hacer el anuncio este lunes ante la plana mayor de su gobierno y la prensa nacional y extranjera, el presidente Ernesto Zedillo calificó las metas de "prudentes y ambiciosas".
"La nuestra será la primera generación de mexicanos capaz de conjugar crecimiento económico con una democracia plena, donde todas las voces se oyen y todos los votos cuentan", sostuvo el mandatario.
Antonio del Valle, dirigente de la banca privada, advirtió que si la oposición gana las próximas elecciones legislativas y se perfila para llegar al gobierno en el año 2000, cuando habrá comicios presidenciales, podría cambiar la política económica.
Opinó que el programa oficial es "demasiado conservador" y que los problemas de incertidumbre se dan más en el ámbito político que en el financiero, ya que el marco macroeconómico es el adecuado.
A su vez el analista Jonathan Heath y el dirigente empresario Jorge Martín Santillán coincidieron en que nadie puede garantizar que no sobrevenga otra crisis financiera en lo que falta del sexenio gubernamental 1994-2000.
Otros voceros del empresariado, como Juan Pérez Góngora, adujeron que no se puede recuperar la economía sin reactivar el consumo y la producción en el mercado interno "con sentido social".
Según Pérez Góngora las ventas cayeron 30 por ciento y la mayor parte de la producción está orientada al mercado mundial.
López Obrador subrayó que "una vez más el gobierno prioriza el marco macroeconómico en detrimento de los ingresos de la población, sobre todo de los trabajadores, los campesinos, los desempleados y otros sectores pobres de la población".
El gobierno anunció este lunes que el superávit comercial del primer cuatrimestre de 1994, que fue de 1.622 millones de dólares, por lo que se redujo 41,6 por ciento respecto del mismo lapso de 1996.
También se informó oficialmente que en los cuatro primeros meses del año el peso se depreció ante el dólar 0,34 por ciento, contra 4,4 por ciento que se devaluó entre octubre y diciembre de 1996. (FIN/IPS/emv/dg/if-ip/97