Una denuncia sobre presuntas torturas cometidas por miembros del ejército de Italia contra prisioneros somalíes durante la operación militar realizada en Mogadiscio causó conmoción hoy en este país europeo.
Los cascos azules italianos "recurrían habitualmente a la tortura", según la denuncia hecha por Michele Patruno, un ex paracaidista que en 1993 participó en la fracasada misión de paz de las Naciones Unidas (ONU) en el país africano.
La denuncia, publicada este viernes por la revista romana Panorama, está acompañada por una serie de impactantes fotografías tomandas por el propio Patruno, de 26 años, quien señaló casos de violencia física y síquica, e incluso la destrucción gratuita de casas.
"Italia debe saber, no podía seguir manteniendo silencio. Lo hice porque ahora hay otra misión italiana en el extranjero (en Albania)", afirmó el ex militar, quien añadió que había tomado la decisión hace dos meses, cuando vio en diarios italianos fotos de soldados belgas y canadienses que torturaban a somalíes.
Los italianos torturaban a los prisioneros somalíes para que confesaran donde tenían las armas y donde se escondían sus cómplices, dijo Patruno.
Hace ya cuatro años, los paracaidistas italianos fueron acusados de haber torturado a prisioneros somalíes, lo que fue desmentido por las autoridades políticas y militares. Pero ahora, por primera vez, hay un testigo que habla en público.
Este viernes, Patruno se presentó en los canales de la Radio y Televisión Italiana (RAI), la cadena estatal.
Una de las fotos más dramáticas muestra a un somalí desnudo, rodeado por militares italianos que le aplican electricidad en los órganos genitales. Primero se había pensado en las manos, dijo Patruno, pero por consejo de un oficial médico se pasó a los testículos porque "conducen mejor la corriente eléctrica".
En los interrogatorios, agregó, participaban también algunos oficiales y el comando italiano conocía estos hechos.
Sus declaraciones cayeron como una bomba en el Ministerio de Defensa, empeñado en la difícil operación militar en Albania, donde también participa la brigada "Folgore", cuyos miembros fueron acusados ahora de torturas en Somalia.
El subsecretario de Defensa, Massimo Brutti, del ex comunista Partido Democrático de Izquierda (PDS), principal fuerza de la gobernante coalición de centroizquierda, dijo que "los que han cometido estos delitos, serán perseguidos con la justa severidad".
La justicia militar italiana ya había abierto una investigación en 1993, cuando el semanario Epoca publicó unas fotografías de algunos militares italianos con prisioneros somalíes encapuchados, amarrados de los pies y de las manos.
Los militares se apresuraron en esa ocasión a desmentir cualquier tipo de tortura.
El general Bruno Lois, comandante del contingente italiano, arguyó que les habían disparado: "Los amarrábamos, los encapuchamos para que no vieran como estábamos organizados, y los interrogábamos".
La investigación interna de las Fuerzas Armadas concluyó que había habido un "exceso en los métodos coercitivo", pero que formaban parte de las reglas de la ONU.
Un tribunal islámico de Mogadiscio informó el jueves pasado a las autoridades italianas que desea procesar al general Loi.
Los Verdes, que forman parte del gobierno de centroizquierda en Italia, pidieron que se disuelva la "Brigada Folgore" y se disponga el retiro inmediato de Albania. Pidieron además al gobierno que informe al parlamento sobre lo ocurrido en Somalia y las medidas que piensa adoptar.
Desde Beijing, donde se encuentra de visita, el jefe del gobierno italiano, Romano Prodi, aseguró que "Italia no es un país que tolera torturas".
"Es necesario que se hagan escrupulosas investigaciones y se proceda de la manera más severa", manifestó Prodi.
El Estado Mayor del Ejército informó en un comunicado que ya se encuentra en desarrollo una investigación de la justicia y añadió que "es interés de la institución militar llegar cuanto antes a conocimiento de la verdad sobre estos hechos" para adoptar las medidas que correspondan. (FIN/IPS/jp/ag/ip-hd/97