IRAQ-SIRIA: Viejos enemigos abren frente de negociación

Oficialmente, la reunión fue de negocios. Pero la decisión de Siria de enviar una delegación a Iraq para discutir sobre relaciones comerciales, sumada a la decisión de Bagdad de recibirla, es sobre todo un hecho político.

El equipo sirio, dirigido el mes pasado por el industrial Rateb Shalleh, fue el primero desde la ruptura de relaciones en 1980 y el cierre de la frontera entre acérrimos rivales, en 1982.

Shalleh dijo en Bagdad que la frontera sería reabierta en breve, lo cual fue confirmado el viernes por el presidente de la Unión de Industrias Iraquíes, Adnan Al-Kaissi.

"Desde que Siria tomó la decisión económica de desarrollar lazos con Iraq y se abrió la frontera (para recibir al equipo de Shalleh), la decisión política de reabrir la frontera se anunciará pronto", dijo Al-Kaissi a la agencia de noticias jordana Petra.

El uso de puertos sirios podría significar un viaje terrestre más corto que la ruta actual utilizada por camioneros iraquíes, hacia el puerto jordano de Aqaba en el Mar Rojo.

Las ramificaciones de esta distensión se extienden a la diplomacia y la política regional, y por lo tanto al proceso de paz árabe-israelí, actualmente congelado en sus vertientes palestinas y siriolibanesa.

Todo indica que después de casi dos décadas de desconfianza y hostilidad, Siria e Iraq, gobernados respectivamente por el presidente Hafez Assad y Saddam Hussein, se preparan para un acercamiento.

Después de casi siete años de estricto embargo económico impuesto por la Organización de las Naciones Unidas y una actitud fría de los 22 miembros de la Liga Arabe, Bagdad está ansioso por normalizar las relaciones con todos los países que pueda.

Si el país interesado resulta ser un vecino y además árabe, como es el caso de Siria, aún mejor.

Por su parte, Assad tomó una iniciativa conciliadora hacia su colega iraquí, con vistas al impacto que tendría sobre Estados Unidos e Israel.

Si Israel continúa negándose a discutir el retiro total de los Altos de Golán como parte de las negociaciones de paz, advierte Damasco, entonces Siria cultivará su "frente este", socavando la política de Washington de aislamiento de Bagdad.

En el mundo árabe y fuera de él, Assad tiene una bien merecida reputación de ser consistente y tenaz, abocado a la estrategia de largo plazo. Además, es conocido por su hábito de armarse con todas las cartas posibles para mejorar su posición negociadora.

Actualmente Siria está en el centro de una red que cubre no sólo Líbano, su tradicional "hermana menor", sino también los territorios palestinos, Irán y Turquía.

Siria permite que todas las organizaciones radicales seculares e islámicas palestinas se instalen en Damasco. Sólo con la cooperación activa de Siria puede Irán suministrar armas y municiones a Hezbollah, la organización militante islámica que lucha contra las fuerzas de cooperación israelíes en el sur de Líbano.

Abdullah Ocalan, líder de los guerrilleros del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK) de Turquía se encuentra instalado, según se cree, en el valle Beka en el este de Líbano, donde están desplegados el grueso de los 30.000 soldados sirios.

Por lo tanto Assad tiene un instrumento de control en su larga disputa con Turquía por la construcción de una gran represa sobre el río Eufrates la cual, según reconoce Siria, la privará de agua muy necesaria.

Las primeras señales de distención de las relaciones entre los líderes sirios e iraquíes se produjeron en vísperas de las elecciones israelíes de mayo, cuando el primer ministro de Israel, Shimon Peres, montó en abril un operativo contra Líbano, matando a 200 personas.

Poco Antes Peres había bloqueado unilateralmente las conversaciones de paz entre Israel y Siria, las que habían logrado ciertos avances en Maryland, Estados Unidos.

Informaciones no confirmadas indicaron que Assad y Saddam Hussein se reunieron en secreto en un puesto fronterizo para revisar la condición del mundo árabe.

Desde entonces el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, descartó el retiro total de Israel de los Altos del Golán, un objetivo al cual Assad está dedicado con todas sus fuerzas. Esto congeló cualquier posibilidad de revitalizar la vertiente siria del proceso de paz árabe-israelí.

Tras reunirse con el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, en el balneario egipcio de Sharm al-Shaikh el 1 de mayo, Assad dijo que "ni las declaraciones ni las acciones del gobierno israelí indicaron que su orientación es la paz".

Refiriéndose a supuestos "problemas entre Estados Unidos e Israel" por el proceso de paz, Mubarak esperaba que Estados Unidos pudiera lograr algo con Israel, dando a entender que sus intentos por persuadir a Netanyahu no dieron resultado.

La medida conciliadora del líder sirio hacia Bagdad debe ser vista en el contexto de la impotencia de los regímenes árabes aliados con Estados Unidos y en paz con Israel. Pero, siendo un hombre cauto, no está jugándolo todo.

Assad está explorando el terreno iraquí en el frente económico en primer lugar, sabiendo que cualquier reanudación del comercio entre Siria e Iraq deberá ser en el contexto del esquema "petróleo por alimentos" impuesto a Bagdad por las Naciones Unidas.

Dos aliados regionales de Washington, Turquía y Jordania, venden alimentos y medicinas a Iraq. Si Siria se les une, Iraq estará satisfecho de tener un socio comercial no perteneciente al campo de Estados Unidos. (FIN/IPS/tra-en/dh/rj/lp/ip/97

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