IRAQ: Cerco internacional contra Saddam Hussein cede poco a poco

Iraq ya puede hacer planes para cuando las sanciones internacionales que sufre desde 1990 sean levantadas en su totalidad, pues el Consejo de Seguridad de ONU prorrogó seis meses más la vigencia del acuerdo "petróleo por alimentos".

Y el régimen de Saddam Hussein recibe señales de respaldo de todo tipo, incluso de países que antes le eran hostiles como Siria, Qatar, Emiratos Arabes Unidos y Omán, a los que pronto se sumarían, incluso, Arabia Saudita y Kuwait.

Si bien Estados Unidos advirtió que impedirá el levantamiento de las sanciones mientras Saddam Hussein sea presidente, los países contrarios a esa posición buscan y encuentran caminos para eludir las restricciones comerciales y financieras dispuestas por la ONU (Organización de Naciones Unidas).

El Consejo de Seguridad resolvió el miércoles dejar en efecto durante otros seis meses el acuerdo que permite a Iraq vender cantidades limitadas de petróleo para comprar comida y medicinas y pagar indemnizaciones a los afectados por la ocupación de Kuwait (1990) y la guerra del Golfo (1991).

De acuerdo con funcionarios de la ONU en Bagdad, 600.000 toneladas de alimento de las 800.000 toneladas importadas hasta ahora ya fueron distribuidas entre la población iraquí.

Pero Iraq mira hacia adelante, al igual que el Consejo de Cooperación del Golfo, cuyos ministros de Relaciones Exteriores se reunieron el día 1 en Riyadh, Arabia Saudita, para debatir el camino a "relaciones positivas" con Bagdad, a iniciativa de Qatar y Emiratos Arabes Unidos.

Los cancilleres de los seis países también se alinearon con Bagdad al condenar la incursión en el norte de Iraq de tropas de Turquía que combaten contra separatistas kurdos.

Además, una delegación de empresarios sirios visitó Iraq el mes pasado para restaurar los vínculos económicos entre Damasco y Bagdad y para abrir un nuevo canal de comercio del aislado país hacia el oeste, donde Jordania es su último socio mercantil.

La misión empresarial fue considerada por los observadores la señal de un acercamiento del presidente sirio, Hafez Assad, a su viejo rival Saddam Hussein.

Mientras tanto, Bagdad aún se regocija por la derrota del conservador John Major en las elecciones en Gran Bretaña el 1 de mayo. Major había sido uno de los impulsores de la estrategia de mantener el norte del territorio de Iraq fuera del control de Saddam Hussein.

Con la caída de Major, todos los líderes occidentales y soviéticos en funciones durante la carga mundial contra Bagdad entre agosto de 1990, cuando invadió Kuwait, y marzo de 1991, cuando acabó la guerra del Golfo, quedaron fuera del poder.

El entonces presidente Mijaíl Gorbachov siguió el destino de la Unión Soviética, disuelta en diciembre de 1991. El presidente estadounidense George Bush perdió las elecciones de noviembre de 1992. El de Francia, François Mitterrand, hoy fallecido, se retiró en 1995.

Saddam Hussein, en cambio, sigue en la presidencia de Iraq.

Moscú anunció en abril un contrato entre una empresa rusa e Iraq para el desarrollo y la operación durante 23 años del campo petrolero de Qurna Occidental, en el sur de Iraq, con una inversión de 200 millones de dólares en los próximos tres años.

Como Iraq repagará el préstamo ruso con petróleo, no habrá transacciones de dinero y, por lo tanto, no habrá violación alguna a la resolución 687 de la ONU de abril de 1991, que prohíbe las transacciones financieras con Bagdad.

China firmó el miércoles un acuerdo para desarrollar un campo petrolero iraquí con una inversión de 1.200 millones de dólares. Bagdad espera que muchos otros países sigan esos pasos.

Estos contratos erosionan poco a poco las sanciones económicas impuestas por la ONU tras la invasión iraquí de Kuwait.

La resolución 687 del Consejo de Seguridad obliga a Iraq a eliminar sus armas de destrucción masiva (biológicas, químicas y nucleares) y todos los misiles de alcance mayor a 150 kilómetros, así como los laboratorios de investigación, diseño y producción de armamentos.

Pero la resolución 986 del mismo consejo autorizó a Bagdad a vender 2.000 millones de dólares de petróleo crudo cada seis meses, renovables una vez concluido ese lapso. La ONU supervisa las ventas y el destino del dinero obtenido, que debe limitarse a la compra de alimentos y medicinas.

El embajador de Iraq ante la ONU, Nizar Hamdoun, dijo al servicio árabe de la BBC que su país cumplió las disposiciones de la resolución 687, lo que lo habilita a exigir el fin de la prohibición de exportaciones a países de la ONU y de transacciones financieras comerciales.

"Existen muy pocas obligaciones que restan por cumplir, si es que existe alguna", afirmó el diplomático.

De cualquier modo, poco después de asumir la secretaría de Estado (cancillería) de Estados Unidos en enero, Madeleine Albright anunció que Washington se opondría al levantamiento de las sanciones contra Iraq mientras Saddam Hussein fuera presidente del país.

Aquellas naciones que estén en desacuerdo con esta posición deberán buscar modos para aliviar el efecto de las sanciones. El emprendido por Rusia es uno de los caminos posibles.

Por otra parte, el principal motivo aparente del acercamiento de Siria con Iraq es el congelamiento del proceso de paz entre Israel y los palestinos, que influye también en la actitud del resto del mundo árabe hacia Bagdad.

Las monarquías del Golfo perciben que el mayor beneficiado por el aislamiento de Saddam Hussein es Israel. Qatar y Emiratos Arabes Unidos restauraron, por lo tanto, sus vínculos diplomáticos con Iraq, y se prevé que Omán lo hará pronto.

Lo que más importa ahora es la posición que asumirán Arabia Saudita y Kuwait, la víctima de la agresión iraquí.

Riyad y Kuwait se opusieron en el pasado a cualquier acercamiento a Bagdad. Pero eso se debe en parte al temor de que un reingreso de Iraq en el mercado petrolero internacional deprima los precios con perjuicio de sus economías.

Sin embargo, el flujo de crudo iraquí bajo supervisión de la ONU no provocó rebajas de precios, lo que tranquiliza a Arabia Saudita y a Kuwait.

Igual de tranquilizadora es la imposibilidad de que se produzca un levantamiento total de las sanciones, como lo advirtió Estados Unidos, que dispone de poder de veto en el Consejo de Seguridad.

Estas circunstancias les vienen a Arabia Saudita y Kuwait como anillo al dedo para sepultar la enemistad con Bagdad. Así, luego de siete años, el aislamiento internacional de Iraq se acaba poco a poco. (FIN/IPS/tra-en/dh/rj/mj/ip/97

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