Países del Caribe que firmaron acuerdos con Estados Unidos permitiendo que su Guardia Costera persiga a sospechosos de narcotráfico en sus aguas territoriales se embarcaron en una ofensiva marítima contra los cárteles de la droga sudamericanos.
La "Operación Tormenta de Verano" desplegará embarcaciones de alta velocidad navales y de la Guardia Costera y aviones de Estados Unidos, y botes caribeños.
"Lo que intentamos hacer es trabajar más en cooperación, de forma que cada país del Caribe haga su parte, pero en coordinación con otras naciones", dijo Felix Jiménez, de la agencia antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) en Puerto Rico.
Jimenez afirma que los acuerdos firmados con 13 de los 14 estados de Caricom (Suriname aún no firmó), harán más fácil para los países trabajar juntos e interceptar un mayor número de botes de alta velocidad que trafican desde América del Sur y por la cadena de islas caribeñas.
Los comentarios de Jimenez se produjeron después que el jefe de policía de Barbados, Grantley Watson, apelara al gobierno para tener mayor poder de lucha contra los traficantes, tras haber interceptado un intento de aterrizaje de 900 kilogramos de marihuana en Consett Bay, en la costa este del país.
Durante el enfrentamiento, la policía mató a un hombre y capturó a otros dos, incluyendo un ciudadano de San Vicente y Granadinas. Watson sostuvo que sus hombres tenían menor capacidad armada que los traficantes.
Bajo el acuerdo, firmado por Barbados, Estados Unidos está obligado a asistir en la capacitación de efectivos de seguridad que se enfrentan al narcotráfico. El pacto permite además operaciones conjuntas de captura.
Barbados fue el último de los 13 países en firmar el acuerdo, e incluyó condiciones que no presentaron los demás.
El último informe del Programa de Fiscalización Internacional de Drogas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que 248 toneladas de cocaína ingresan a Estados Unidos a través del centro y el este del Caribe cada año.
Esto representa alrededor de 40 por ciento de la cocaína que llega a Estados Unidos, a partir de 30 por ciento a comienzos de los años 90.
Otras 100 toneladas de cocaína dejan América del Sur a través del corredor del Caribe en ruta hacia Europa, mientras un tercer flujo transita el Caribe por el lado oeste, a través de América Central, y converge en la frontera mexicana para el tránsito por tierra hacia Estados Unidos.
De toda la cocaína que deja América Latina, 61,8 por ciento atraviesa el corredor caribeño.
Además de cocaína y marihuana, el año pasado se registró un número sin precedentes de confiscaciones en varios países del Caribe, como Belice, República Dominicana, San Martin y Puerto Rico.
Las autoridades también tienen en cuenta el hecho de que el tráfico de drogas está pasando del transporte aéreo al transporte marítimo.
Alrededor de 85 por ciento de la cocaína que pasa a través de la región hacia Estados Unidos lo hace por vía marítima, afirma el programa de fiscalización de la ONU, subrayando la necesidad de los acuerdos con países caribeños vulnerables que no tienen el personal y la capacidad de encarar el problema.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos registró una caída del número de aviones en la zona de tránsito de drogas de alrededor de 65 por ciento entre 1992 y 1995, y un aumento de los incidentes marítimos registrados de alrededor de 40 por ciento entre 1993 y 1995.
Con aparatos electrónicos de última tecnología, los narcotraficantes pueden ahora acordar y ubicar exactamente el sitio de las descargas marítimas y aéreas, sin tener que comunicarse tan frecuentemente como hicieron en el pasado, haciendo más difícil la tarea de las fuerzas de seguridad. (FIN/IPS/tra-en/ta/cb/lp/ip/97