Los países no alineados tomaron la iniciativa esta semana en la Conferencia de Desarme, en un intento por supeerar el estancamiento de negociaciones para el desarme nuclear y la prohibición de minas terrestres antipersonales.
La embajadora de Kenia, Esther Mshai Tolle, coordinadora del Grupo de los 21 (G-21), como se identifican los no alineados en la Conferencia de Desarme, propició la creación de comités especiales para destrabar la discusión de los temas más conflictivos.
Los 61 países miembros de la Conferencia dilatan desde enero la aprobación de un programa de trabajo para negociar los tres puntos básicos de su temario: desarme nuclear y prohibición de minas terrestres y de producción de material fisionable.
La iniciativa del G-21 se basa en la idea de establecer comités ad hoc para impulsar la negociación de tres de los puntos más debatidos del orden del día de la Conferencia.
Un comité se ocuparía del primer punto de la agenda, sobre "El cese de la carrera de armamentos y el desarme nuclear".
Otro grupo ad hoc negociaría el tercer punto, relativo a la "Prevención de la carrera de armamentos en el espacio ultraterrestre".
Al tercer comité le correspondería el cuarto punto, sobre "Acuerdos internacionales eficaces que den garantías a los Estados no poseedores de armas nucleares contra el empleo o la amenaza del empleo de esas armas".
La propuesta del G-21 incluye la designación de coordinadores especiales para recabar los puntos de vista de los miembros de la Conferencia sobre el "Programa de completo desarme" con una referencia especial a las minas terrestres antipersonales y acerca de la "Transparencia en materia de armamentos".
Los no alineados también reaccionaron con demora al presentar una fórmula para destrabar las negociaciones sólo después de transcurridos casi cinco meses desde la reanudación del período de sesiones de la Conferencia.
En el G-21 existían diferencias de criterio, que aún subsisten, sobre las vías para alcanzar el desarme nuclear.
Sudáfrica, uno de los disidentes, puntualizó en la sesión de este jueves que suscribía la iniciativa del G-21 por razones de solidaridad.
Sin embargo, la delegación sudafricana confirmó que mantiene sus objeciones sobre vínculos entre distintos temas de negociación y sobre garantías a los estados no nucleares.
Dentro del G-21, Sudáfrica, y en menor medida Chile, son identificados como dos países distantes de la ortodoxia que propone alcanzar el desarme a través del establecimiento de un calendario de metas.
En cambio, prefieren lograr avances para detener la carrera armamentista apoyados en bases más doctrinarias e ideológicas que pragmáticas.
Para salvar las objeciones de Sudáfrica y Chile, la embajadora Tolle agregó a la propuesta una declaración que anticipa una futura presentación más específica sobre el mandato del comité ad hoc sobre asuntos nucleares.
La declaración de Tolle no aclara si el G-21 será el encargado de la futura presentación, lo que deja abierta la posibilidad de que sólo un sector del bloque no alineado se defina sobre el mandato.
Una fuente de un país no alineado, que pidió reserva de su nombre, observó que, además de Sudáfrica y Chile, también Marruecos, Mongolia y en cierta medida Egipto, procuran evitar que una posición totalmente antagónica a las potencias nucleares frustre la constitución del comité ad hoc.
Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia y China, los cinco países con arsenales nucleares declarados, objetan el tratamiento del tema del desarme nuclear en una negociación multilateral.
El director de la Agencia de Control de Armas y Desarme de Estados Unidos, John Holum, afirmó en mayo que el escenario apropiado para el desarme nuclear "es la negociación entre Estados Unidos y Rusia".
Mientras, India y Pakistán, integrantes del Grupo de los 21, sostienen que todas las negociaciones de la Conferencia deben supeditarse a los avances enla cuestión de desarme nuclear.
Dentro del G-21, Sudafrica y Chile encabezan una corriente que propicia un enfoque más gradual. La Conferencia, estiman, no debería limitarse a la negociación, sino también incursionar en la deliberación, incluyendo asuntos nucleares que se debaten en otros foros multilaterales.
Ninguna de las potencias nucleares acepta esas tesis que, sin embargo, son compartidas por varios países del grupo Occidental y del bloque Oriental.
La fuente consultada por IPS destacó la "muy interesante evolución de Irán hacia posiciones mas cercanas a los moderados" dentro del G-21.
El grupo no alineado tampoco presentó homogeneidad en el tema de las minas terrestres antipersonales, porque países como México y Siria se oponen a su tratamiento en la Conferencia de Desarme.
México, porque favorece el Proceso de Ottawa, una vía más rápida, que debería dar lugar en diciembre a la proscripción de la producción, el almacenamiento, uso y transferencia de minas.
Los delegados mexicanos entienden que la negociación del caso de las minas en la Conferencia de Desarme aplazaría por mucho tiempo una prohibición efectiva.
Estados Unidos admite que la Conferencia puede dilatar la negociación, pero estima que es el único foro donde un acuerdo puede obtener la obligatoriedad jurídica necesaria para erradicar las minas.
En cambio Siria, precisó la fuente, forma parte del grupo de países que no creen imprescindible la prohibición de las minas.
El ministro de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, Evgueny Primakov, destacó en la sesión de este jueves la importancia de los últimos acuerdos entre su país y la Organización del Tratado del Atlántico Norte. (FIN/IPS/pc/ff/ip/97