El ex secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU) Boutros Boutros-Ghali aseguró que la comunidad internacional sobrestimó los beneficios económicos del desarme posterior al fin de la guerra fría.
"Nunca supe siquiera si existió en realidad un dividendo de la paz", dijo a IPS Boutros-Ghali, cuyo período de cinco años al frente de la ONU concluyó en diciembre del año pasado.
En la jerga de la ONU y de organizaciones no gubernamentales, el término "dividendo de la paz" denomina los ahorros de gastos militares originados por la distensión de la posguerra fría y que podrían destinarse a programas de desarrollo económico y social.
Boutros-Ghali dijo que el costo total del desarme supera con claridad las previsiones de beneficios económicos y financieros de la desmilitarización mundial.
"Subestimamos el precio del desarme. La comunidad internacional no tomaba en consideración el precio de la destrucción de esos gigantescos arsenales cuando hablaba de un dividendo de la paz", dijo Boutros-Ghali.
El diplomático egipcio se refería al costo de la eliminación de armas químicas, nucleares y misiles de largo alcance.
Estados Unidos y Rusia poseen los mayores depósitos de armas químicas. Se prevé que Washington las habrá eliminado todas en el 2004 y que Moscú seguirá el ritmo del país norteamericano, como parte del proceso de desarme tras el fin de la guerra fría que los tuvo como antagonistas.
El gobierno de Estados Unidos destinó 4.200 millones de dólares a la destrucción de sus armas químicas desde 1988, pero el Departamento de Defensa (Pentágono) afirmó que requerirá 23.400 millones de dólares más para concluir el proceso.
La Oficina General Contable del Congreso de Estados Unidos informó el mes pasado que el temor del público ante el eventual impacto ambiental de la incineración y destrucción de armas químicas fue clave en el retraso del programa.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), agencia dirigido por el estadounidense James Gustave Speth, informó que "el desvanecimiento del dividendo de la paz" es uno de los mayores misterios de la posguerra fría.
El PNUD estimó en 1994 el dividendo de la paz en alrededor de 810.000 millones de dólares en los países industrializados y 125 millones de dólares en el mundo en desarrollo.
La mayor parte de estos ahorros se originó en cortes a los gastos militares, pero nunca fueron canalizados, como se preveía, al desarrollo económico o social.
El Centro Internacional para la Conversión de Bonn informó el año pasado que el costo total del desarme que insumiría de 10 a 20 años ascendería a entre 90.000 y 185.000 millones de dólares.
El costo del desarme incluye el desmantelamiento de misiles nucleares submarinos, el depósito en hangares de aviones de combate, la limpieza y seguridad de sitios e instalaciones nucleares y el desmantelamiento de armas atómicas.
Boutros-Ghali se manifestó desilusionado por el hecho de que las armas de pequeño porte sean el instruento de guerra preferido en la mayoría de los conflictos y guerras civiles en todo el mundo.
Durante su período al frente de la ONU, agregó el diplomático, postuló lo que ha denominado "microdesarme", que abarca la eliminación de pequeñas armas como minas antipersonales, granadas de bazooka y obuses.
"Pero todavía se le presta atención a las armas pesadas y nucleares mientras se ignora a las armas de pequeño porte", se lamentó.
Boutros-Ghali percibe una relación entre desarme y desarrollo. "La pobreza y el subdesarrollo explican, en parte, los conflictos. Son dos elementos importantes en las guerras civiles. El desarrollo no es solo la base para la paz, sino también para la democratización", dijo. (FIN/IPS/tra-en/td/yjc/mj/ip dv if/97