CUBA: Importación de alimentos agudiza déficit comercial

Cuba deberá aumentar su producción de alimentos para resolver el déficit de la balanza comercial, que conspira contra la reactivación de su economía, tras vivir esta década la peor crisis desde el triunfo de la Revolución en 1959.

Cuba invirtió 699 millones de dólares el pasado año en la compra de alimentos en el mercado internacional.

Fuentes del Ministerio de la Agricultura indicaron que en 1996 Cuba compró en el extranjero de 300.000 toneladas de arroz, 135.000 de frijoles, 38.000 de leche en polvo, así como grandes cantidades de grasas y otros alimentos.

Muchos de los alimentos que se importan pueden producirse en mayores cantidades en el país, según una conclusión de ese Ministerio recogida por la prensa local.

"Sin aumentar la producción de alimentos y lograr un uso mejor de los recursos energéticos que permitiera congelar los niveles actuales de importación, no pudiéramos pensar en reactivar la economía", advirtió un congreso de economistas celebrado en 1995.

El ministro de Economía y Planificación, José Luis Rodríguez, afirmó a principios de esta década que en 1989, el año anterior al comienzo de la crisis, Cuba importó 57 por ciento de las proteínas y 51 por ciento de las calorías que consumió.

Durante ese año, el país caribeño invirtió unos 1.000 millones de dólares en la compra de alimentos en el exterior, cifra que descendió hasta 500 millones de dólares en 1992, considerado uno de los peores años para la economía cubana en esta década.

Los alimentos, el combustible y los medicamentos significaron en 1996 más del 60 por ciento del total de las importaciones cubanas, una estructura de gastos que debe cambiar radicalmente según los expertos.

Fuentes del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC) indican que entre 1992 y 1996 las compras de Cuba en el exterior se ubicaron en un promedio anual de 2.567,1 millones de dólares, lo que significa 234 dólares por habitante.

Cuba mantuvo el pasado año un intercambio comercial de 5.661.500 de dólares. Exportó por un valor de 1.966,4 millones e importó por 3.695,1 millones.

Con los ingresos por exportaciones sólo cubrió alrededor del 70 por ciento de las importaciones el año pasado.

Economistas cubanos estiman que de mantenerse el incremento de las importaciones como la base fundamental de la recuperación de la crisis comenzada en 1990, Cuba corre el riesgo de entrar en una situación de "recalentamiento".

Pronósticos oficiales prevén para este año un crecimiento de 11,5 por ciento de las importaciones contra 12 por ciento de las exportaciones y un déficit comercial externo que asciende a unos 1.900 millones de dólares.

Expertos y autoridades coinciden en que el hilo de la madeja comienza por las altas importaciones de bienes que no repercuten directamente en la reanimación económica o lo hacen, como en el caso de los combustibles, de manera ineficiente.

El Ministerio de Agricultura pidió este mes a los productores un incremento en diversos renglones agropecuarios, como tubérculos, hortalizas, granos, arroz, carnes y leche.

Trascendió que una comisión ministerial recorre las provincias para evaluar las deficiencias en la producción de alimentos y pedir mayor eficiencia a los cosecheros estatales y privados.

Las autoridades pretenden que con los mismos recursos, muy depauperados en los últimos años, los trabajadores del campo cubano logren un despegue del sector, elevando la producción y la eficiencia.

El sector agrícola creció en 30 por ciento el año pasado y contó para hacerlo con ocho por ciento de los fertilizantes, 15 por ciento de los productos químicos, la mitad de la maquinaria y dos tercios del combustible que empleó en 1995.

El viceministro cubano de Agricultura, Alfredo Gutiérrez, reveló que el empleo de pesticidas disminuyó 60 por ciento respecto de la década pasada, el uso de tractores bajó de 75.000 a 35.000 unidades y la utilización de bueyes subió a más de 400.000 animales.

Fuentes oficiales atribuyen el salto del año pasado a los esfuerzos en la búsqueda de una gestión económica más eficiente, como resultado de profundas transformaciones realizadas en el sector como parte de las reformas económicas iniciadas en 1993.

El programa del Ministerio de Agricultura para reactivar la producción agropecuaria incluye la atracción de capital foráneo, la creación de unidades básicas de producción, la entrega de tierras en usufructo y la apertura de mercados donde rige la ley de la oferta y la demanda.

Hasta mayo, 14 asociaciones económicas con capital extranjero funcionaban en diversas ramas del sector y otras 40 se encontraban en diferentes fases de negociación y puesta en marcha.

La creación de las unidades básicas de producción agropecuaria y la entrega de tierras en usufructo, a partir de 1993, facilitó una reestructuración de la propiedad en los campos cubanos que, según los expertos, debería contrarrestar la ineficiencia de las grandes empresas estatales.

El informe cubano a la Cumbre de la Alimentación, realizada en Roma en noviembre, afirma que esas medidas condujeron a que 42 por ciento de las tierras estatales pasaran a cooperativistas y campesinos privados.

El sector no estatal cubano poseía, a fines del año pasado, 67 por ciento de la tierra cultivable, lo que representa 78,1 por ciento de la superficie total del país.

Sin embargo, expertos y autoridades coinciden en que la reestructuración de la propiedad no ha tenido aún la debida respuesta productiva de forma tal que incida en una disminución significativa de las importaciones. (FIN/IPS/da/ag/if/97

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