Con el sorprendente triunfo de Gustavo Kuerten en el torneo Roland Garros, este domingo en París, Brasil gana un nuevo héroe nacional, en un deporte de elite ignorado por las capas populares: el tenis.
Muchos comentaristas deportivos ya lo apuntan como el sucesor de Ayrton Senna en la devoción de los brasileños. También el automovilista, muerto en un accidente hace tres años en Italia, tuvo éxito en una actividad individual y asociada a los ricos, características opuestas al fútbol, la gran afición nacional.
La hazaña de Kuerten, de 20 años, permitió recuperar el orgullo de la nación, frustrada por los últimos fracasos de su selección de fútbol, también en Francia, y produjo grandes celebraciones populares, especialmente en la sureña ciudad de Florianópolis, donde nació y vive el tenista.
Con sus 76 kilogramos de peso y 1,91 metros de altura, pelo largo y un aire adolescente y burlón, el nuevo ídolo deportivo brasileño no tiene la apariencia elegante de los campeones de ese deporte.
Sus ropa a rayas azules y amarillas, toleradas en Roland Garros desafían la tradición del uniforme blanco del tenis, y no se verán nuevamente en Wimbledon, el templo británico del deporte en que Kuerten reaparecerá en dos semanas, ya como una atracción especial.
Como nuevo campeón de Roland Garros, Kuerten, el "Guga" o "Manezinho" para sus amigos de Florianópolis, saltó del puesto número 66 mundial, en la lista de la Asociacion de Tenistas Profesionales, al decimoquinto, la mejor clasificación obtenida por un brasileño.
En el pasado, Brasil tuvo una solitaria campeona de tenis entre 1959 y 1968, Maria Esther Bueno, quien ganó 19 veces en los principales torneos mundiales, del llamado "Grand Slam", incluso ocho veces en Wimbledon, en disputas individuales y de dobles. Pero su éxito no llegó a popularizar el tenis en Brasil.
Ahora todos esperan otro resultado del fenómeno Guga. En estas dos semanas en que venció a tres de los mejores tenistas del mundo para ganar su primer gran título, despertó un gran interés de los brasileños por ese deporte, especialmente entre los niños.
Su triunfo impulsará la práctica del tenis en el país, coincidieron ex tenistas profesionales, como Carlos Alberto Kirmayr, ahora entrenador, y periodistas especializados.
Cumplirá el mismo papel de Emerson Fittipaldi, el primer campeón brasileño de la Fórmula Uno del automovilismo en los años 70, que abrió paso a Nelson Piquet, Senna y muchos otros, según esos vaticinios.
Brasil es hoy uno de los países que más automovilistas tiene en las grandes competiciones: tres en la Fórmula Uno y seis en la Indy.
Pero Guga tiene mejores posilidades de difundir la práctica de su deporte incluso en las capas pobres de la población, debido a la enorme diferencia de costo entre formar un piloto y un tenista.
Hijo de una familia de clase media de inmigrantes alemanes, Kuerten tuvo un padre aficionado del tenis que murió de un infarto durante un partido en que actuaba como árbitro, cuando Guga tenía nueve años y tres de aprendizaje del deporte.
Algunos años después vivió una intensa duda, entre dedicarse al tenis o al fútbol. Su entrenador, Lari Passos, lo convenció, argumentando que con el tenis "ganaría el mundo", mientras el fútbol sólo le concedería un papel secundario en equipos del sur de Brasil.
Aficionado también al surf, que practica en las playas cercanas a su ciudad natal, Guga parece reunir condiciones para afirmarse como ídolo y ejemplo para la juventud.
Además del estilo creativo que los expertos ven en su tenis, tiene la simplicidad y actitudes consideradas positivas por la sociedad brasileña, como la de un "buen hijo" apegado a su familia, amplia, unida y entusiasmada por su éxito.
Muchos de sus triunfos los dedica a su hermano menor, Guilherme, que sufre de parálisis cerebral y cuenta con la atención de Guga, a quien logra reconocer con una sonrisa.
La fama y el éxito económico -el joven tenista ya acumuló un millón de dólares en premios, 632.000 de los cuales ahora en Roland Garros- completan el cuadro.
Es muy importante para Brasil y para el deporte esa fulminante ascensión internacional de Guga, opinó el secretario municipal de Deportes de Río de Janeiro, José Moraes. Eso muestra que el país "no se limita al fútbol y al carnaval, y puede ser una potencia en todos los deportes", afirmó. (FIN/IPS/mo/ag/cr/97