Miles de pequeños y medianos productores agropecuarios de Argentina, que perdieron más de 1.500 millones de dólares por la persistente sequía, reclamaron hoy al gobierno una tregua urgente para los vencimientos y créditos frescos para no migrar a la ciudad.
Una fila de 10 kilómetros de tractores, camiones y máquinas agrícolas, concentrados cerca de la localidad de Cañada de Gómez, en la provincia central de Santa Fe, congregados para protestar, interrumpieron el tránsito en un tramo de la ruta principal que va de Buenos Aires a Córdoba.
Las provincias afectadas son Córdoba, Santa Fé, Entre Ríos y Buenos Aires, la zona cerealera y ganadera más rica del país donde la sequía dejó como saldo un mínimo de 25.000 productores en emergencia, dijo René Boneto, dirigente de la Federación Agraria Argentina y líder de la protesta.
"Que se suspendan las intimaciones y las amenazas de ejecución, que se prorroguen los vencimientos impositivos y bancarios y que nos suministren dinero fresco para seguir produciendo y no tener que migrar a la ciudad, donde sabemos que hay graves problemas de desempleo", clamó Boneto.
La situación de los pequeños y medianos productores, sin resto para enfrentar imponderables debido al fenómeno de descapitalización y deudas que arrastran desde hace más de cinco años, contrasta con las celebraciones oficiales por la cosecha récord esperada para este año.
La Secretaría de Agricultura estimó en 53 millones de toneladas la cosecha de granos para este año, pese a calcular que hubo pérdidas por 1.500 millones de dólares debido a la sequía. En 1996, la cosecha había sido de 49 millones.
La explosión de demanda de Asia y Brasil, las pérdidas de cosecha en el hemisferio norte y la caída de los subsidios europeos provocaron aumentos de hasta 50 por ciento en los precios internacionales, un fenómeno que permitió a los grandes productores invertir en tecnología y aumentar los rendimientos.
Desde principios de esta década, el campo en Argentina está cada vez más concentrado en menos empresas, que aumentan sus ganancias a través de una reducción sustantiva de costos, lo que les permite enfrentar con más resto las adversidades climáticas. En cambio, los pequeños y medianos productores están en la ruina.
Los créditos bancarios siguen siendo caros para la producción. Los créditos agropecuarios del estatal Banco de la Nación Argentina, los más baratos, se otorgan a 12 por ciento anual, pese a que la inflación no llega a uno por ciento.
Sobre esta astringencia de fondos sobrevino la sequía. Las provincias de Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos fueron declaradas en emergencia agropecuaria, lo que significa que hubo pérdidas graves pero que si hay dinero aún se pueden recuperar algunas áreas.
En Santa Fe, epicentro de la protesta de este viernes, la calificación otorgada por la Secretaría de Agricultura para buena parte de la provincia fue de "zona de desastre", debido al carácter irreversible de las perdidas.
Los productores, nucleados en la Federación Agraria, pidieron al gobierno una tregua social y económica. Reclaman que se difiera el pago de deudas y 500 millones de dólares para hacer frente a los gastos de las familias en emergencia y para sembrar de cara a la próxima cosecha.
Por el momento, el gobierno ofreció un fondo de 80 millones de dólares para otorgar créditos a dos años, de un máximo de 10.000 dólares por productor, a un costo de 8,5 por ciento anual. Pero la oferta fue considerada insuficiente. (FIN/IPS/mv/ag/ip-if/97