VIETNAM: Refugiados en Hong Kong deben volver antes de julio

A medida que se acerca la fecha límite del 30 de junio para que Hong Kong vacíe sus campamentos de refugiados vietnamitas, Vietnam y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) intentan convencer a los expatriados de volver a su casa.

Se espera que la repatriación de los vietnamitas se incremente en las próximas semanas, ya que el gobierno de China pretende que los campamentos de Hong Kong estén clausurados para cuando retome el control de la actual colonia británica, en la medianoche del 30 de junio.

Aún quedan 2.600 vietnamitas en los campamentos de refugiados de Hong Kong, y los observadores dudan que todos ellos puedan ser repatriados antes de la fecha indicada.

El problema se remonta al éxodo de más de 250.000 vietnamitas luego de la caída de Saigón en 1975, que desencadenó una serie de medidas internacionales para brindarles refugio en los países industrializados.

Pero a diferencia de estos refugiados, la mayoría de los vietnamitas que abandonaron su país a fines de la década de 1980 lo hicieron por cuestiones económicas y no políticas. Muchos los consideran inmigrantes ilegales.

El Plan Global de Acción de 1989 identificó a los auténticos refugiados políticos para reubicarlos en terceros países. Desde entonces, los países que cuentan con campamentos de refugiados indochinos, así como el propio Vietnam y la ONU, intentan convencer a sus residentes para que vuelvan a su país.

Al principio, sólo unos pocos volvieron en forma voluntaria, porque la mayoría aún deseaba reubicarse en otro país. Ello condujo a la repatriación obligatoria de la población de los campamentos de Hong Kong y Filipinas, lo que provocó violentas protestas.

Pero la cantidad de refugiados que regresaban a su país fue en aumento a medida que el retorno a Vietnam se revelaba inevitable.

Desde el mes pasado, 109.199 vietnamitas volvieron a su país desde campamentos de Indonesia, Hong Kong, Singapur, Filipinas, Malasia, Japón y Tailandia. Todos eran emigrantes por motivos económicos.

Casi 90 por ciento de esa cifra, o 94.241 personas, volvieron por su voluntad, mientras el resto lo hizo a la fuerza, señaló el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Actualmente, Hanoi intenta convencer a los refugiados que quedan de que el retorno no es tan malo como temían, mientras los diplomáticos asiáticos destacan que el país está pasando por una etapa de alto crecimiento económico.

A fines de abril, Sergio Vieira de Mello, subcomisionado del ACNUR, indicó en una conferencia de prensa que "no hubo casos" denunciados de persecución tras el retorno de los vietnamitas a su país.

El gobierno de Vietnam se mantiene fiel a sus compromisos, garantizando que los repatriados se beneficien de una amnistía por su salida ilegal del país, señaló.

Afortunadamente, el sufrimiento de los refugiados vietnamitas, uno de los ejemplos más trágicos en la historia reciente de la región, está llegando a su fin, agregó Vieira de Mello.

Desde 1989, ocho funcionarios internacionales de ACNUR controlan que el gobierno cumpla su promesa de amnistía para las personas que dejaron el país en forma ilegal, en algunos casos mediante reiteradas visitas a los repatriados. Estas actividades continuarán al menos durante los próximos dos años.

Aunque los esfuerzos de ACNUR son loables, la organización de derechos humanos Human Rights Watch/Asia señaló en un reciente informe que el retorno a Vietnam no es completamente seguro, y mencionó varios casos de acoso e intimidación de repatriados.

Un semanario editado por la Policía de Seguridad de Hai Phong sostuvo en septiembre de 1995 que las autoridades identificaron a 79 sospechosos políticos entre 1.432 repatriados, dice el documento.

Los refugiados que se desempeñaron como militares o participaron de actividades anticomunistas en los campamentos de Hong Kong también sufrieron acoso al volver a Vietnam, indica el informe de Human Rights Watch/Asia.

Un repatriado declaró que la policía a menudo lo interrogaba sobre su participación en Nueva Democracia, un grupo político anticomunista dentro de los campamentos de Hong Kong.

"La policía local a menudo nos viene a 'ver'. La vida se torna relativamente complicada", escribió en una carta de junio de 1996, citada por el informe.

Especial riesgo corren los vietnamitas que trabajaron en seguridad y fueron interrogados por la Oficina de Seguridad de Hong Kong o autoridades de Defensa de Estados Unidos sobre la estructura de mando o la seguridad interna de Vietnam.

A menudo, las autoridades vietnamitas descubren quiénes fueron interrogados, lo que crea "cierto grado de peligro para los refugiados que participaron de este tipo de actividades", señala el informe.

Un vietnamita que entregó documentos a la Oficina de Seguridad de Hong Kong escribió a su hijo, quien se halla en un campamento de refugiados de ese territorio, informándole que oficiales de seguridad pública registraron su casa y lo estaban vigilando.

Estos casos sugieren "la necesidad de un control más estricto", advierte el informe.

Las autoridades de ACNUR informaron que la mayoría de los repatriados reanudaron sus vidas normalmente, lo que consideran un "logro verdaderamente notable".

En 1996, ACNUR brindó su apoyo a 129 proyectos de reintegración a un costo de 2,8 millones de dólares, y en 1997 gastará 5,3 millones para el mismo fin. En los últimos siete años, la agencia aportó 59 millones de dólares para la repatriación.

Catherine Bertrand, principal representante de ACNUR en Hanoi, dijo que el problema de los refugiados fue resuelto en gran medida a fines de 1996.

Al 30 de junio de 1996, ACNUR había reducido su aporte para los campamentos del sudeste asiático, lo que condujo a la clausura de la mayoría de los refugios, excepto los de Hong Kong. Sin embargo, el principal campamento del territorio, llamado centro de detención Whitehead, cerró en enero de 1997.

A pesar del plazo límite del 30 de junio fijado por China, más de la tercera parte de los 2.600 vietnamitas que siguen en Hong Kong no recibieron la autorización del gobierno de Hanoi para volver, sostienen las autoridades.

Ello significa que para la medianoche del 30 de junio, muchos refugiados vietnamitas podrían estar aún en Hong Kong. Su futuro es incierto, ya que nadie sabe qué harán las nuevas autoridades chinas con ellos, señaló Human Rights Watch. (FIN/IPS/tra-en/sb/js/aq-ml/pr/97

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