Refugiados que retornan a Ruanda desde Zaire, donde los insurgentes de la Alianza de Fuerzas Democráticas para la Liberación de Congo-Zaire (ADLF) controlan dos tercios del territorio, encontraron una fría recepción en su antiguo hogar.
"Los bastardos están de vuelta', dijo Vincent de Paul, conductor de taxi, en el aeropuerto de Kanombe, mientras aterrizaba un avión de fabricación soviética trasladando a unos 252 refugiados desde la selva de Zaire.
"Esta gente nunca quiso regresar a Ruanda cuando sus campos cayeron uno a uno en manos de los rebeldes de Zaire", argumentó Vincent de Paul.
De Paul cree firmemente que entre las mujeres, niños y jóvenes desnutridos hay miembros de las milicias extremistas hutu y el ejército ruandés responsables del genocidio en el cual murieron hasta medio millón de personas, en general pertenecientes a la minoría tutsi, y hutus moderados.
Los refugiados fueron alojados en el centro de tránsito Runda, unos 12 kilómetros al oeste de Kigali, antes de que comience el regreso a sus villas.
Los padres de de Paul fueron asesinados en las masacres, y el taxista no ha logrado olvidar y perdonar. "Cuando el genocidio estalló aquí, yo estaba finalizando estudios de maestría en Europa. No podíamos creer las imágenes que veíamos en televisión. Casi enloquecimos", relató.
Un resentimiento similar fue expresado en el campo de aterrizaje de Cyangugu, en el sudoeste, donde llegó un alto número de refugiados de Kisangani, al este de Zaire. Los retornados son en general hombres jóvenes.
Algunos ruandeses, como Jean Jules Nzozi, periodista independiente en Kigali, son extremadamente críticos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y las agencias de ayuda, y las responsabilizan de la crisis de refugiados de la región de los Grandes Lagos.
Molesto ante lo que considera un lento ritmo de repatriación de refugiados ruandeses desde Zaire, el gobierno ruandés amenazó con tomar el asunto en sus propias manos.
"Si la repatriación de los refugiados continúa estancada, el gobierno buscará el apoyo y la cooperación de la ADFL, y hará todo lo que esté en su poder para traerlos a casa", sostuvo esta semana una declaración del presidente de Ruanda, Pasteur Bisimungu. (FIN/IPS/tra-en/jbk/pm/lp/pr/97