Los científicos incas, que aportaron a la humanidad la papa, uno de los más importantes alimentos del mundo, conocían y aplicaban técnicas de clonación para fijar y orientar las características de las especies cuya evolución genética procesaban.
Clonación es un término científico que se puso de moda en febrero pasado, cuando la revista Fortune informó que el biólogo escocés Ian Wilmut había creado, mediante ese procedimiento, a la famosa oveja replicada Dolly.
El fantasma de las audacias posibles de la ingeniería genética derivó en paranoia ética cuando la prensa alertó sobre la posibilidad de que los científicos se atrevieran a "clonar" seres humanos y desafiaran la evolución natural para poblar el mundo de Claudias Schiffer, Maradonas, Borges o Eisteins.
"Por suerte, el sensacionalismo que trivializó el tema no duró mucho y los científicos pueden trabajar en paz en el desarrollo de las técnicas de clonación, que servirán para mejorar y multiplicar sin límite las especies vegetales y animales", dice el investigador Carlos Antúnez de Mayolo.
"La clonación fue tratada por la mayoría de la prensa como si fuera un descubrimiento nuevo, una fantasía de cienciaficción convertida en realidad, ignorando que se trata de un conocimiento técnico muy antiguo, que practicaban los peruanos antes de la era cristiana", expresa a su vez el profesor Sven Villagarcía.
Profesor de la Universidad Nacional Agraria, Villagarcía destaca que "la papa es un testimonio de que las prácticas de ingeniería genética en Perú son muy antiguas, pues era un tubérculo originalmente tóxico, que los incas convirtieron en comestible".
Villagarcía dice que desde hace varios años en su universidad se realizan clonaciones para difundir entre los agricultores especies mejoradas de diversos productos.
"Sólo falta poner un letrero en la puerta de la Universidad que diga 'se venden clones', pues cualquiera puede adquirir clones de papa y otras especies a menos de medio dólar", comenta.
Más o menos en la misma época en que los incas convirtieron a la papa en comestible y mejoraban otras especies nativas, los chinos mejoraron las variedades de su arroz seleccionando las semillas de sus mejores plantas.
En los tiempos modernos, el descubrimiento fortuito del microscopio por un empleado del ayuntamiento de la ciudad holandesa de Delft permitió la observación de los detalles de la reproducción, conocimiento que abrió más tarde el interés de reproducir el proceso por vías no sexuales.
El monje austríaco Johann Gregorio Mendel, el padre de la genética moderna, publicó en 1866 un libro sobre sus experimentos de cruces e hibridación en guisantes (arvejas), trabajo que pasó inadvertido para la comunidad científica por años.
A fines del siglo pasado, tres biólogos europeos, el holandés Hugo de Vries, el alemán Carl Correns y el austríaco Eric von Tschernak, confirmaron científicamente los resultados de Mendel, al informar sobre sus trabajos de hibridación en especies de maíz, guisantes y frijoles.
Desde entonces la genética ocupa un lugar destacado en las ciencias biológicas y sus investigaciones condujeron al descubrimiento de los procedimientos de reproducción clónica, como el de la oveja Dolly, el caso más conocido pero no el primero, pues antes se lograron reproducciones en anfibios y ratones.
Además de la clonación de vegetales, en Perú se trabaja en el campo zootécnico, e inclusive de medicina humana, en los llamados "anticuerpos monoclonales", un tipo de célula fusionada que se utiliza para efectuar determinados diagnósticos médicos.
Este método fue introducido en Perú en 1975 por científico argentino César Milstein, quien recibió algunos años después el premio Nobel por sus investigaciones.
En Perú se realizan actualmente investigaciones con animales transgenéticos, como el cerdo, introduciendo genes humanos en los embriones para conseguir mayor compatibilidad en los procesos de injertos o trasplantes.
"Lograda una compatibilidad aceptable, se recurre al método de clonación para obtener copias genéticas", señala Juan Rodríguez Tafur, experto en inmunología de la Universidad Nacional de San Marcos.(FIN/IPS/al/dg/ct/97