IRAN: Votantes se pronunciaron por un régimen islámico más justo

El resultado de las elecciones de Irán parece más una protesta calificada contra las objeciones conservadoras a la participación de todos los sectores de la sociedad en la vida pública que una oposición activa a los principios del régimen islámico.

"Irán superó exitosamente otra prueba, y una nueva era ha comenzado en la brillante historia de la República Islámica", dijo el presidente electo de Irán, Mohammed Khatame, ex ministro de Cultura y clérigo moderado de rango medio.

Khatame derrotó decisivamente el viernes a su rival conservador, el presidente del parlamento Ali Akbar Nateq-Nouri, quien obtuvo sólo 25 por ciento de los votos. Asumirá la presidencia en agosto de manos de Ali Akbar Hashemi Rafsanjani, quien permaneció ocho años en el poder.

Khatame logró nada menos que 69 por ciento de los votos en unos comicios marcados por la alta participación del electorado: más de 29 millones de los 33 millones de votantes registrados.

No hubo celebraciones, ya que la mayoría de los iraníes aún observan el período anual de duelo por el mártir chiíta Imán Hussein, que vivió en el siglo VII.

En la primera sesión del Parlamento de 270 escaños desde el comienzo de la campaña presidencial, hace dos semanas, más de 200 diputados prometieron pleno apoyo a Khatame.

Previamente, una clara mayoría de parlamentarios había apoyado al presidente conservador del parlamento, al igual que los líderes religiosos y la influyente comunidad empresarial del país, conocida como "bazar".

Sin embargo, todos fueron sorprendidos por la masiva concurrencia a las urnas de moderados de todos los sectores, izquierdistas islámicos, jóvenes desconformes y mujeres.

Se trató de la mayor victoria política de Irán desde 1979, cuando los chiítas liderados por el fallecido ayatolá Ruhollah Khomeini derrocó al shah.

La campaña de Khatami se basó en la defensa de la libertad personal, la democracia y la ley. Reconocido partidario de la libertad de prensa y de manifestación del pensamiento y de las artes, se inclina por ubicar a mujeres en altos cargos de gobierno.

"Las mujeres iraníes hemos sufrido mucho y debemos dejar de hacerlo", declaró Laila, hija de Khatame, a la revista femenina Séptimo Día.

Laila Khatame afirmó que la opresión de las mujeres forma parte de la cultura de Irán y no tiene nada que ver con la religión islámica.

El derrotado Nateq-Nouri también se ganó el respaldo de algunos grupos de mujeres, pero la mayoría de las votantes se inclinaron por las promesas de Khatame sobre la aplicación de las leyes existentes y del desarrollo del sector privado en favor de la mujer.

Además, la juventud es un factor clave en un país donde los mayores de 15 años tienen derecho a voto y la población casi se duplicó a más de 60 millones de habitantes entre la revolución islámica de 1979 y 1995.

Una estudiante de economía que pegó afiches de Khatame en su automóvil dijo que decidió su sufragio para conquistar un pequeño derecho, el de ver televisión vía satélite sin temor a ser detenida.

Escuadrones de vigilantes religiosos, que operan separados de la policía, detienen a mujeres en la calle por infracciones a menudo nimias a los supuestos códigos islámicos en materia de vestimenta.

La autoridad pública de Irán está dividida entre muchos cuerpos de policía que interpretan las leyes de modo contradictorio, mientras cuerpos paralelos (algunos creados luego de la revolución islámica y otros prerrevolucionarios) las practican cada cual a su manera.

La población en general está molesta por la forma arbitraria en que se aplica la ley islámica más que por la ley en sí misma, y ello constituye la principal fundamentación del voto por Khatame.

Los conservadores, por su parte, consideraron que la identidad islámica de Irán no corre peligro por el voto mayoritario a favor de Khatame, hijo de un ayatolá (líder religioso).

Chiítas devotos, en especial en áreas rurales, tomaron nota de su participación activa en la revolución de 1979, así como de su título de "seyyed" y su turbante negro, reservado a los descendientes del profeta Mahoma.

Khatame también debió pasar la prueba del Consejo de Guardianes, órgano en el que predominan las autoridades religiosas y que, entre otras funciones, está a cargo de autorizar las candidaturas a cargos públicos.

En esta ocasión, hubo 238 aspirantes a la presidencia, pero apenas cuatro obtuvieron el aval del Consejo. Los restantes fueron rechazados después que el órgano juzgó insuficiente la adhesión de los postulantes a los principios islámicos del líder espiritual ("vilyat-e-Faqi"), el ayatolá Seyyed Ali Khamenei.

Toda la legislación aprobada por el parlamento, donde predominan los conservadores religiosos, debe ser aprobada por el Consejo de Guardianes antes de convertirse en ley. (FIN/IPS/tra-en/db-ns-nm/rj/ml-mj/ip/97

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe