Para hacer honor a la secular confusión que se adjudica a los fines de siglo y más aún de milenio, en esta despedida del siglo XX suceden cosas como que las posibilidades de que prospere el Area de Libre Comercio de América (ALCA) dependan de la lejana Africa.
Un informe del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), conocido el martes en la capital de Venezuela, mostró que el gobierno de Estados Unidos va a obtener del Congreso el anhelado permiso para negociar el ALCA como parte de un paquete en el cual lo que se quiere impulsar es una iniciativa a favor de Africa.
La información se difundió dos días antes del comienzo de una reunión de ministros de Comercio de los países del ALCA, celebrada en Belo Horizonte, Brasil.
El gobierno de Bill Clinton requiere del permiso parlamentario (conocido como fast track o vía rápida) para negociaciones sobre comercio y con el dominio del opositor Partido Republicano en el legislativo, este requisito se le hizo por meses inaccesible.
Sin ese permiso, Washington no está en capacidad de participar en las negociaciones formales para establecer en forma progresiva el ALCA, que se proyectan lanzar en marzo de 1998 y concluir en el 2003 o 2005, ni podría comprometerse a hacerlo.
Los países latinoamericanos han criticado a Washington el intento de poner sus condiciones y su ritmo rápido a las discusiones, cuando ni siquiera puede negociar formalmente.
Pero he aquí, precisaron fuentes del SELA, que de pronto el gobierno, los partidos y los poderosos lobbies (grupos de presión) de Estados Unidos "descubrieron" Africa, un continente que hasta ahora parecían haber cedido económicamente a Europa.
Sin embargo, en la globalización no hay mercado prescindible, así que la administración Clinton decidió entrar en Africa con un acuerdo de apertura comercial a los países subsaharianos, que derive a un tratado de libre comercio hacia el 2020.
Se trata de una iniciativa que capturó la atención del partido de Clinton, el Demócrata, de los republicanos y de muchos grupos de presión, comenzando por el Cónclave de Congresistas Negros.
La iniciativa fue plasmada en un proyecto específico con el nombre de Ley de Crecimiento y Oportunidades para Africa. Pero en un contacto con el SELA, Newt Gingrich, presidente de la Cámara de Representantes, dio a entender que los beneficios para Africa integrarían un proyecto comercial más amplio.
En el SELA se precisó que esto significaría que se está negociando que la consensuada iniciativa para Africa rompa el estancamiento en que se encontraba hasta hace poco la concesión de la facultad de negociar por la vía rápida y otros temas de interés para los latinoamericnos y caribeños.
La vía rápida es uno de los tres proyectos que interesan en la región y de la que depende también la muy retrasada apertura de la negociación con Chile para su adhesión al Tratado de Libre Comercio (TLC), integrado por Cánada, Estados Unidos y México.
Otro punto de interés es el de la renovación del Sistema Generalizado de Preferencias para la región y las propuestas de "paridad con el TLC", que extendería algunos de sus beneficios a América Central y el Caribe.
Son proyectos que, según el SELA, estaban estancados en Washington por un coctel de proselitismo y de manejo de prioridade. Ahora, "hay indicios de que las diferencias podrían resolverse pronto", incluso con avances esta semana.
El nuevo ímpetu para las tres iniciativas prioritarias para la región aparece entonces como un peculiar beneficio indirecto del nuevo énfasis de Washington a las relaciones con Africa.
El SELA, un organismo con sede en Caracas que aglutina a 27 países de la región, recordó que las propuestas comerciales en Estados Unidos raramente se mueven solas, porque en su procelosa singladura por el Congreso, serían facilmente hundibles por sus oponentes.
Así que como en el "Lejano Oeste" se defienden yendo en caravana, para que los diferentes impulsores de cada proyecto defiendan en grupo cada uno de ellos.
La iniciativa para Africa no es "la varita mágica" que elimine toda la oposición a la llamada vía rápida. Gingrich dijo que los republicanos aseguraron ya cerca de 130 de sus 227 votos y Clinton debería sumar al menos 90 de los 206 de los demócratas.
El proyecto para Africa de la Casa Blanca se facilita porque los países subsaharianos han hecho notorios avances en favor del libre comercio y la apertura económica y serán estimulados por la promesa de futuras reducciones de barreras arancelarias hacia Estados Unidos y de otros beneficios.
Entre esos beneficios, podría incluirse un alivio limitado de la deuda para las naciones que acepten realizar reformas en materia de comercio e inversión. Además, la iniciativa impulsaría acuerdos de liberalización comercial entre los países de Africa.
Sus antecedentes se encuentran, para cerrar el círculo, en América Latina y el Caribe. Se trata de la Iniciativa para la Cuenca del Caribe y la Iniciativa de las Americas, impulsadas la década anterior, y el propio proyecto del ALCA.
Clinton siente que en el avance del ALCA y en iniciativas como la de Africa está su pase a la historia en materia comercial, algo que miran mucho los presidentes estadounidenses en su segundo y último mandato. (FIN/IPS/eg/jc/ip-if/97